¿De qué va?:
Pip, un niño huérfano, vive con una hermana que lo maltrata y el marido de ésta, un herrero bondadoso que espera hacer de él su aprendiz. El primer acontecimiento excepcional en la vida de Pip tiene lugar cuando un preso fugado le pide ayuda. Poco después, la rica y extraña señorita Havisham lo requiere como pasatiempo tanto para ella como para su protegida, Estella. Es entonces cuando el niño queda prendado de ella y, dándose cuenta de las penurias de su propia clase social, se hace a sí mismo la promesa de prosperar hasta convertirse en caballero, oportunidad que se le presenta gracias a una inesperada noticia.
¿Qué opino yo? (Sin destripes):
Esta película es una de las muchas adaptaciones que se han hecho de una novela homónima de Charles Dickens. Ese libro fue el primero que leí de este autor, hace ya muchos años, y no me gustó tanto como esperaba, ya que algunas partes se me hicieron algo pesadas. Con el paso del tiempo, afortunadamente me he reconciliado con él gracias a la maravillosa Historia de dos ciudades. Eso me ha llevado a reconsiderar mis primeras impresiones y enfrentarme de nuevo con Grandes esperanzas, esta vez a través de su última versión cinematográfica.
Con respecto a ésta, tengo sentimientos encontrados. Por un lado, el director consigue condensar en dos horas la esencia de la obra de Dickens, pero por otra, no llega a captar el alma de los personajes.
Ésta es una historia muy psicológica, pero en la cinta, los conflictos internos de los personajes y su evolución se tratan muy superficialmente. Ya desde el principio nos encontramos a un protagonista en condiciones sociales muy desfavorables (¡cómo le gustan a Dickens estos personajes!). El inicio promete mucho: se nos muestran los maltratos que recibe Pip por parte de su hermana (una Sally Hawkins que sobractúa demasiado), sus esperanzas de futuro, consistentes en aprender el oficio de herrero, y su encuentro con tres personas que de un modo u otro van a condicionar su vida: Magwitch, la Srta. Havisham y Estella.
La señorita Havisham está interpretada por Helena Bonham Carter, y aquí encuentro el primer fallo, ya que avanzada la película se nos explica el drama personal de esta mujer y se nos quiere hacer ver que sufre un trastorno mental a causa de ello, pero a mí me parece más una excéntrica aburrida. No me da la impresión de que una total amargura la lleve a odio y la locura, sino que lo que muestra más bien es un completo desapego por todo lo que la rodea y un voluntario desinterés por llevar una vida normal. No se observa bien la complejidad que debería ir intrínseca a este personaje.
Algo parecido ocurre con Estella. Esta joven, que representa el amor imposible para Pip, insiste una y otra vez en que no tiene corazón, que no puede sentir nada y que el amor no tiene sentido para ella. Hemos de creer por sus palabras y las de su tutora, la Srta. Havisham, que es fría, imperturbable e impasible, pero pese a eso, se nos muestra una Estella a la que todo lo que hace y dice Pip le afecta muchísimo. No es la Estella del libro, pero eso no es lo grave; lo grave es que no resulta creíble. No puede decir que no siente nada mientras vemos cómo sufre por Pip. No es una muchacha que no ama, sino una muchacha que, por algún motivo que sólo ella conoce, se niega a entregarse a ese amor.
A lo largo de la cinta, el tiempo transcurre y Pip crece. Va formándose y transformándose. Es en su etapa adulta cuando los cambios vividos no terminan de convencer al espectador. Una vez que sale al mundo, el joven ve lo que hay más allá de su pequeño hogar. Se deja llevar por los aspectos más negativos, pero eso no se aprecia bien aquí. Ni lo he sentido como alguien totalmente despreciable ni me ha causado simpatía en sus momentos de arrepentimiento. Se queda a medio camino.
Para mí, la estrella indiscutible es Ralph Fiennes. Su personaje, Magwitch, es el más cuidado, y su interpretación, la mejor. Es su relación con Pip lo que más me ha gustado de todo el metraje. Él sí ha logrado transmitirme diversas sensaciones.
El apartado técnico está muy bien elaborado. La fotografía es magnífica, así como la ambientación y el vestuario. Las primeras escenas ya consiguieron atraparme: ese niño visitando el cementerio, el paisaje con la niebla, los encuentros con el preso fugado, la jaula colgando (que aparece con asiduidad), y luego la decadente mansión de la Srta. Havisham.
Una vez en Londres, vemos una ciudad con dos caras, una sucia, mugrienta, y la otra, elegante y adinerada.
El ritmo es bueno y, aunque la segunda mitad sea más atropellada que la primera, no se me ha hecho una película aburrida, pero tampoco es la mejor adaptación que la novela de Dickens pueda tener.
Con respecto a ésta, tengo sentimientos encontrados. Por un lado, el director consigue condensar en dos horas la esencia de la obra de Dickens, pero por otra, no llega a captar el alma de los personajes.
Ésta es una historia muy psicológica, pero en la cinta, los conflictos internos de los personajes y su evolución se tratan muy superficialmente. Ya desde el principio nos encontramos a un protagonista en condiciones sociales muy desfavorables (¡cómo le gustan a Dickens estos personajes!). El inicio promete mucho: se nos muestran los maltratos que recibe Pip por parte de su hermana (una Sally Hawkins que sobractúa demasiado), sus esperanzas de futuro, consistentes en aprender el oficio de herrero, y su encuentro con tres personas que de un modo u otro van a condicionar su vida: Magwitch, la Srta. Havisham y Estella.
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«Con mis elogios, mis joyas y
mis enseñanzas le robé el corazón y puse hielo en su lugar».
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La señorita Havisham está interpretada por Helena Bonham Carter, y aquí encuentro el primer fallo, ya que avanzada la película se nos explica el drama personal de esta mujer y se nos quiere hacer ver que sufre un trastorno mental a causa de ello, pero a mí me parece más una excéntrica aburrida. No me da la impresión de que una total amargura la lleve a odio y la locura, sino que lo que muestra más bien es un completo desapego por todo lo que la rodea y un voluntario desinterés por llevar una vida normal. No se observa bien la complejidad que debería ir intrínseca a este personaje.
Algo parecido ocurre con Estella. Esta joven, que representa el amor imposible para Pip, insiste una y otra vez en que no tiene corazón, que no puede sentir nada y que el amor no tiene sentido para ella. Hemos de creer por sus palabras y las de su tutora, la Srta. Havisham, que es fría, imperturbable e impasible, pero pese a eso, se nos muestra una Estella a la que todo lo que hace y dice Pip le afecta muchísimo. No es la Estella del libro, pero eso no es lo grave; lo grave es que no resulta creíble. No puede decir que no siente nada mientras vemos cómo sufre por Pip. No es una muchacha que no ama, sino una muchacha que, por algún motivo que sólo ella conoce, se niega a entregarse a ese amor.
A lo largo de la cinta, el tiempo transcurre y Pip crece. Va formándose y transformándose. Es en su etapa adulta cuando los cambios vividos no terminan de convencer al espectador. Una vez que sale al mundo, el joven ve lo que hay más allá de su pequeño hogar. Se deja llevar por los aspectos más negativos, pero eso no se aprecia bien aquí. Ni lo he sentido como alguien totalmente despreciable ni me ha causado simpatía en sus momentos de arrepentimiento. Se queda a medio camino.
Para mí, la estrella indiscutible es Ralph Fiennes. Su personaje, Magwitch, es el más cuidado, y su interpretación, la mejor. Es su relación con Pip lo que más me ha gustado de todo el metraje. Él sí ha logrado transmitirme diversas sensaciones.
El apartado técnico está muy bien elaborado. La fotografía es magnífica, así como la ambientación y el vestuario. Las primeras escenas ya consiguieron atraparme: ese niño visitando el cementerio, el paisaje con la niebla, los encuentros con el preso fugado, la jaula colgando (que aparece con asiduidad), y luego la decadente mansión de la Srta. Havisham.
Una vez en Londres, vemos una ciudad con dos caras, una sucia, mugrienta, y la otra, elegante y adinerada.
El ritmo es bueno y, aunque la segunda mitad sea más atropellada que la primera, no se me ha hecho una película aburrida, pero tampoco es la mejor adaptación que la novela de Dickens pueda tener.
| Puntuación: 2'5 (sobre 5) |
