El signo del Zorro

31/08/2013


  Título original: The mark of Zorro      Género: Aventuras 
  Año de estreno: 1940                              Duración: 93' aprox. 
  Productora: 20th Century Fox             País: EE.UU.
  
 

¿De qué va?:

Cuando don Diego Vega (Tyrone Power) regresa a su hogar desde Madrid, descubre que su padre, el alcalde del pueblo de Los Ángeles, ha sido destituido por el capitán Esteban Pasquale. Ocultando su identidad bajo una máscara, se convierte en el abanderado de la justicia social e intentará que don Luis Quintero abandone el puesto usurpado.  (FILMAFFINITY).



¿Qué opino yo? (Sin destripes):

     Personalmente nunca he sido admiradora de este personaje, hasta que me he topado con esta película. Sobre él se han rodado multitud de versiones cinematográficas y televisivas, aunque siempre he oído decir que esta cinta es la que mejor recoge el espíritu del Zorro. No he visto todo lo que se ha hecho de este enmascarado, pero recordando las adaptaciones que conozco, estoy completamente de acuerdo con la afirmación que reconoce la supremacía de ésta sobre las demás.

     Se dice que Bob Kane se inspiró en este justiciero para crear al famosísimo Batman, y lo cierto es que existen evidentes paralelismos entre ambos. En los dos casos, la auténtica personalidad del protagonista es la que muestra cuando va oculto tras un disfraz, y en cambio el verdadero disfraz es el del hombre que exhibe su rostro día a día y al que todos creen conocer.


      Ahora bien, el Zorro no es un superhéroe, sino un héroe a secas. No sería justo afirmar que es un hombre común, ya que tiene habilidades muy destacables, pero su excepcionalidad no está en hacer cosas que nadie más pueda hacer, sino en tener el valor para llevarlas a cabo.

     El doblaje español respeta el nombre original del Zorro, Diego Vega (tiempo después se alargaría a Diego de la Vega). Tyrone Power realiza una actuación magnífica dando vida tanto a Diego como al justiciero, y aporta a éste el carisma necesario.

     Diego empieza a forjarse una personalidad falsa cuando, tras su vuelta a California después de muchos años fuera, comprueba el abuso de poder por parte del nuevo alcalde y las situaciones inhumanas a las que el pueblo es sometido. Comienza a mostrarse entonces como un cobarde amanerado amante de las sedas, los perfumes y los juegos de manos, mientras que el Zorro, un desconocido oculto bajo ropajes negros, ducho con la espada, consumado jinete y extremadamente ágil, siembra una semilla de esperanza entre los oprimidos atacando directamente al alcalde y sus secuaces.

     A veces he sufrido con él, ya que para no atraer sospechas sobre sí, Diego se ve obligado a mantener esa imagen superficial que decepciona incluso a su propio padre.

     Lo que el joven no esperaba era enamorarse de Lolita Quintero, la sobrina del malvado alcalde, pero es consciente de su deber y no deja de fingir ni siquiera ante ella. Con la muchacha protagoniza dos escenas que la más reciente La máscara del Zorro homenajea dejando claro que el de 1940 es el Zorro por excelencia.


«He de conseguir mis propósitos aunque tenga que desilusionar a muchas personas, incluso a vos».

     
     En la primera de estas escenas (quien haya visto la película de Antonio Banderas enseguida se dará cuenta), Diego se hace pasar por eclesiástico para escapar de sus perseguidores, y ella, creyéndole un religioso, le confiesa sus pensamientos más íntimos.
  
     En la segunda escena a la que me refiero, Diego y Lolita comparten un baile en el que saltan chispas entre ellos. Y es que hay cosas que no se pueden ocultar siempre. Sea cual sea el papel que él adopte, su atracción por ella se muestra más que evidente durante el tiempo que dura el baile. 


     En la adaptación de 1998, Antonio Banderas y Catherine Zeta-Jones bailan una pieza musical que, pese a ser distinta, recibe el mismo nombre que la que suena en El signo del Zorro, Sombrero blanco. Sus pasos y movimientos son mucho más sensuales, pero en la película a la que dedico esta entrada no necesitan un acercamiento tan carnal, sino que la química entre los protagonistas se ve por cómo se miran a los ojos mientras danzan y por cómo va cambiando la expresión en el rostro de ella, ya que poco a poco cree vislumbrar algo del verdadero hombre que es Diego. Sin embargo, el baile termina y el hechizo se rompe, Diego vuelve a su papel de delicado afeminado y Lolita se desencanta nuevamente.

     Al margen de estas dos escenas que se copian en la versión más reciente, hay otra que me ha fascinado, y es el duelo final con espadas. Adoro los duelos a espada en el cine: en ellos siempre hay que resolver una cuestión de honor en un cuerpo a cuerpo entre caballeros con una cierta nobleza y habilidad que se pierden en el uso de las armas de fuego. En esta producción el enfrentamiento me ha resultado espectacular por el verismo de las estocadas y la aparente destreza de los dos actores. Parece ser que Basil Rathbone fue un consumado esgrimista, y Tyrone le da la réplica perfectamente en esta cinta.


     Lo único que resta realismo es algo que también sucede en las producciones actuales, la pésima puntería de los malos. Da igual que haya treinta hombres disparando al héroe, ninguno acierta.

     En conclusión, es una película muy recomendable que nos hará pasar un rato entretenido aunque no seamos aficionados al cine de capa y espada. Tyrone Power ha pasado a convertirse uno de mis actores preferidos, junto con Gregory Peck y Dana Andrews. 

 
Puntuación: 5 (sobre 5)

Isabel (temporada 1)

25/08/2013

  Estreno: 2012
  Género: Histórico
  Cadena: TVE
  Episodios: 13
  Duración por episodio: 70' aprox.


¿De qué va?:

     A finales de la Edad Media, la Península Ibérica está muy fragmentada políticamente; los distintos reinos cristianos y la zona de dominio musulmán conviven envueltos en continuos conflictos. En el trono de Castilla se sienta Enrique IV, un monarca débil e influenciable que ve cómo en el seno de la Corte empiezan a alzarse conspiraciones en su contra. 
     En ese mundo gobernado por hombres crece Isabel, la joven hermanastra de Enrique. Por avatares del destino, Isabel se ve conducida hacia el camino que lleva a la Corona y debe abandonar todo cuanto conoce para tratar de convertirse en la reina que cambie el futuro de Castilla.


 

¿Qué opino yo? (Sin destripes):

     Esta producción española me ha sorprendido muy gratamente. Lo cierto es que no esperaba demasiado de ella; de hecho, abandoné el primer episodio en dos ocasiones, pero como se suele decir, a la tercera va la vencida. En parte le debo a The White Queen el haber visto finalmente Isabel. La decepción que ha supuesto para mí la primera me dejó con las ganas de ver una serie ambientada en la Edad Media.

     Me acordé entonces de que a la española apenas le había dado la oportunidad, ya que sólo había visto unos veinte minutos. Ahí es cuando vino el tercer y definitivo intento. Pasaron esos veinte minutos, y después el capítulo entero. Tuve que ver el segundo, y enseguida estaba enganchada.


     Isabel, claro está, es de corte histórico, pero los guionistas han sabido cómo plantear cada situación para mantenernos pegados a la pantalla. A ello se suma que la historia de España es apasionante, y durante el reinado de Isabel y su marido sucedieron muchísimas cosas importantes. Por ejemplo, a ellos debemos la configuración del mapa peninsular que tenemos hoy. Otras cuestiones de trascendencia indiscutible son el descubrimiento de América y la fijación del español preclásico; además, también tomaron algunas decisiones no exentas de polémica, como la expulsión de los judíos.

     Esta primera temporada se centra en cómo llegó Isabel a ser reina de Castilla. Las traiciones, las intrigas palaciegas, las alianzas por conveniencia, las guerras y las muertes por envenenamiento estaban a la orden del día, y todo se refleja con gran fidelidad. Hay algunas licencias, pero sorprende cómo los creadores tratan de ajustarse a lo que se cree que ocurrió.

     Isabel comienza siendo casi una niña, inocente, alejada de todo ese mundo de la Corte, conviviendo con su madre y su hermano Alfonso. En el trono está su hermanastro, Enrique IV, que ha tenido la desgracia de pasar a la historia con el sobrenombre de "el Impotente". En la serie conoceremos por qué.


     Todo lo que tiene que vivir la joven, las duras pruebas a las que tiene que enfrentarse y las vilezas que presencia la llevan a madurar y a forjar una personalidad cada vez más endurecida. Su camino hacia el trono no está libre de sangre, y veremos cómo los nobles sin escrúpulos trataban de manejar a su antojo el destino de Castilla.

     Ya avanzada la serie se une a ella Fernando, heredero de la Corona de Aragón, reino también envuelto en problemas. En guerra con Francia y con graves conflictos internos con parte de sus súbditos, los catalanes, Juan II, padre de Fernando, busca una alianza fuerte. Fernando se convertirá así en uno de los pretendientes de Isabel.


    
    Hay muchos actores excelentes en la serie, pero lamentablemente, y esto es una opinión personal, las actuaciones de la propia Michelle Jenner (Isabel) y Víctor Elías (Alfonso) no están a la altura. La única que es peor que ellos es Blanca Espino, que da vida a Aldonza de Ivorra. 

     Para mí, los mejores de todo el reparto son Ginés García como el pérfido Pacheco y Pablo Derqui como Enrique IV. Este último parece nacido para este papel.

     Rodolfo Sancho hace un buen Fernando, pero con su elección se han permitido una de esas licencias de las que hablaba antes, ya que en la vida real Fernando tenía diecisiete años cuando contrajo matrimonio. Este actor ni los tiene ni los aparenta, pero es guapo y no actúa mal, así que le doy el visto bueno.

     Hay un par de aspectos negativos (porque nada es perfecto) además de las tres interpretaciones antes mencionadas: para empezar, el tiempo pasa, los años transcurren y los actores están siempre igual. Y por otro lado, si querían incluir desnudos femeninos, al menos deberían descartado a chicas que tuvieran el pecho operado, porque a alguna se le nota demasiado y esto da lugar a un claro anacronismo.
     
     Como vemos, no son cosas realmente graves, aunque sí mejorables. En algunas ocasiones, además, es evidente la falta de presupuesto. Esto es algo flagrante, por ejemplo, en  las batallas, pero la trama está tan bien elaborada que rápidamente nos introducimos en ella olvidando lo demás.

     La vestimenta está muy bien conseguida, aunque no es que yo entienda mucho de moda medieval. Los exteriores están rodados en localizaciones históricas de diversas Comunidades, como Madrid, Castilla y León y Castilla-La Mancha.

    
     No es una producción para todos los públicos, especialmente por las frecuentes escenas de sexo. 

     Mención aparte merece la banda sonora. Compuesta por Federico Jusid y grabada con la Orquesta Sinfónica de Budapest, llega a poner los vellos de punta por su belleza y adecuación a las escenas.

     Isabel dista mucho de otras ficciones nacionales como Águila Roja o Toledo, superándolas con creces. Y si la primera temporada ha sido, por lo general, muy buena, todo apunta a que la segunda será todavía mejor; no hay más que ver el avance para darse cuenta. Quien conozca la historia puede ver la promo sin miedo a los spoilers, incluso sin haber visto la primera temporada, pero si alguien no sabe quién fue el consorte de Isabel la Católica, es mejor que no vea este avance.

PROMO DE LA SEGUNDA TEMPORADA:



 
Puntuación de la primera temporada: 4'5 (sobre 5)