Hombrecitos

09/08/2014

     El éxito cosechado por la historia de las hermanas March empujó a Louisa May Alcott a seguir escribiendo sobre ellas, por lo que a Mujercitas y a Aquellas mujercitas les siguieron Hombrecitos (1871) y Los muchachos de Jo  (1886). Hoy por hoy, ninguna de estas dos obras está publicada en España.
   Se han rodado tres películas basadas en este libro, concretamente en 1934, 1940 y 1998. También existe una serie de dibujos animados.

¿De qué va?:

     El matrimonio Bhaer vive feliz en Plumfield, antigua casa de la tía March. Debido a la amplitud del edificio y al deseo de los Bhaer de ayudar a otros, deciden convertirlo en una escuela donde se reunirán niños con personalidades muy diferentes y distintas aptitudes. Las peripecias de los muchachos constituyen el eje principal.


¿Qué opino yo? (Con destripes de Mujercitas  y Aquellas mujercitas):

    Independientemente de la opinión que pueda tener sobre esta novela, siempre me ha sorprendido que en España ninguna editorial conocida haya publicado nunca de forma íntegra las dos obras que cierran la historia de la familia March: Hombrecitos y Los muchachos de Jo.

     En realidad, estos dos libros no son una continuación propiamente dicha de Aquellas Mujercitas, ya que se centran fundamentalmente en la siguiente generación, pero son la clave para conocer qué les deparó la vida a estas hermanas tan queridas por muchísimos lectores.

    Yo tuve la suerte de encontrar hace años en una librería de ocasión una traducción completa de Hombrecitos hecha por una editorial completamente desconocida. Sin embargo, no he podido conseguir la cuarta novela de la serie. No pierdo la esperanza de que tarde o temprano alguien se decida a traernos por fin la conclusión de esta historia.

     Para ser sincera, me ha parecido que Hombrecitos carece de la frescura y el encanto que a muchos nos enamoró de sus predecesoras, pero tiene virtudes que no deben ser pasadas por alto.

     El desenlace de Aquellas mujercitas ha causado mucha controversia desde que se publicó por primera vez. Louisa May Alcott llegó a recibir muchas cartas de admiradores que se quejaban por la decisión de separar a Jo y Laurie. Como hay opiniones de todos los estilos, existen también lectores satisfechos con la elección de Jo. Yo no estaba en este último grupo. 


«La bondad sencilla y auténtica es el mejor capital sobre el que asentar el negocio de esta vida. Perdura cuando fallan el dinero y la fama y es la única riqueza que podemos llevarnos al partir de este mundo».

   
     Una de las mayores decepciones literarias que he tenido en mi vida ha sido precisamente el final de Jo en Aquellas mujercitas, no sólo porque rechazara a un hombre que parecía su alma gemela, sino también por su cambio de personalidad y por casarse con Fritz Bhaer. La Jo fuerte, luchadora e independiente se convirtió en una mujer sumisa que se dedicaba a zurcirle los calcetines a un profesor que se permitía coartar su creatividad casi imponiéndole sobre qué tenía que escribir y sobre qué no. A mí eso me enfadó muchísimo.

    Pues bien, Hombrecitos sirve para que le demos una oportunidad a este matrimonio y para convencer a quien no lo estaba ya (como yo) de que la elección de Jo fue la correcta. Tanto ella como su marido aparecen constantemente en el libro, desde el principio hasta el final, cuidando, enseñando y guiando a todos los niños que tienen en su escuela, una escuela que es, sobre todo, un hogar.

     Jo ya no escribe, y esto es lo que más pena me ha dado, pero observamos rasgos de su personalidad que recuerdan mucho a la decidida Jo de Mujercitas.

    Ella misma explica que sus sueños han cambiado, ya que antes se centraban en ella y ahora, en los demás. Conforme vamos leyendo nos damos cuenta de que ese nuevo sueño de ayudar a niños que lo necesitan creando para ellos un hogar donde aprender jamás hubiera sido posible al lado de Laurie. 


    En cambio, su marido parece alguien distinto, en parte, a como Alcott nos lo había presentado antes. Ahora tiene en cuenta todas las opiniones de su mujer y las respeta. Es un hombre completamente enamorado para quien no existe nadie mejor que Jo, además de un profesor comprensivo que trata de educar con firmeza pero sin imposiciones.

    Son felices juntos y su labor es verdaderamente gratificante y loable. Laurie, quien aparece dos o tres veces a lo largo del libro, sigue siendo divertido y parece complacido con su vida, además de que continúa siendo el mejor amigo de Jo. La química entre ambos sigue ahí: con una mirada cada uno ya sabe lo que piensa el otro. De este modo, tengo el corazón dividido: si sólo hubiese leído Mujercitas y Aquellas mujercitas, seguiría pensando que Jo y Laurie estaban hechos para estar juntos, pero tras leer Hombrecitos, tengo que admitir que Fritz es el hombre adecuado para ella.

     Meg y Amy no aparecen, salvo en una o dos ocasiones, pues los auténticos protagonistas son Jo, su marido, los hijos de las tres hermanas (Demi, Daisy, Teddy y Bess) y el resto de chicos acogidos por los Bhaer.
     
     En mi opinión, el mayor problema de esta obra es que no tiene un argumento sólido que transcurra de manera progresiva y se estructure en introducción, núcleo y desenlace. Cada capítulo es independiente de los demás, y en cada uno de ellos se cuenta alguna anécdota cotidiana, alguna travesura o algún juego relacionados con los niños. Por eso, para que no llegue a aburrir, ha de leerse poco a poco, quizás intercalando incluso alguna otra lectura.

     Por lo demás, el estilo de la autora sigue siendo el mismo que en Mujercitas y casi cada capítulo encierra una moraleja. El didactismo y la educación en determinados valores continúan presentes. Algunas ocurrencias de los pequeños son muy divertidas y otras, no tanto.


     Ninguno de los niños tiene el carisma suficiente para ser tan admirado y recordado como Jo, pero cuando se juntan y hacen de las suyas, conforman escenas dignas de tener en cuenta

     En resumen, a pesar de que no llegue a la calidad de sus predecesoras, esta novela es imprescindible para saber qué fue de las hermanas March. Aunque no gire en torno a ellas, hay sucesos importantes que les afectan, especialmente uno que ocurre casi al final.

Puntuación: 2'5 (sobre 5)
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