23/03/2013
Persuasión es la
última novela de Jane Austen. Su escritura concluyó en 1816, pero debido al
fallecimiento de la autora en 1817, se publicó de forma póstuma un año después
del deceso. Existen tres adaptaciones a la pantalla, de 1971, 1995 y 2007. Sólo he visto las dos últimas, pero ninguna puede compararse con el
texto.
Fue la primera obra de Jane que se tradujo al español en nuestro país, concretamente en 1919. Hoy en día existen varias ediciones a precios muy diferentes. Una muy asequible es la de la editorial Debolsillo (por 8’95 euros). Otras opciones son la de Alba (en la que se incluye la novela inacabada Sanditon), la de Cátedra y la de RBA, que es la que yo tengo.
Fue la primera obra de Jane que se tradujo al español en nuestro país, concretamente en 1919. Hoy en día existen varias ediciones a precios muy diferentes. Una muy asequible es la de la editorial Debolsillo (por 8’95 euros). Otras opciones son la de Alba (en la que se incluye la novela inacabada Sanditon), la de Cátedra y la de RBA, que es la que yo tengo.
¿Qué opino yo? (Sin destripes): Con Jane Austen
tengo una relación de amor-odio: su prosa es elegantísima y la autora muestra
un sutil sentido de la ironía que deja ver la inteligencia con la que estaba
dotada, pero sus obras siempre tratan del mismo tema. Una vez que se lee un
libro suyo, se sabe cómo van a terminar todos. Sin embargo, no por ello tiene
menos mérito. Por algo se ha consolidado como una de las grandes plumas de su
época y muchos han visto en su legado una gallina de los huevos de oro.
Lo que sí me resulta
curioso es que sus novelas se tomen como las mejores historias de amor que
pueda haber, cuando su contenido puede enmarcarse dentro de un sosegado costumbrismo
desprovisto de la exacerbada pasión que se observa, por ejemplo, en las
hermanas Brontë. Y es que, aunque el amor esté presente, Jane Austen no era una
escritora sentimentalista, sino fundamentalmente social, y en ello está su
valor. Jane contaba con gran maestría lo que ella conocía, los conflictos a los
que las mujeres de clase media debían enfrentarse en su época y en su entorno. Claro
que sus protagonistas son bastante afortunadas: siempre se quedan con el hombre
al que aman, que además tiene dinero, cierto atractivo y suele realizar alguna
acción meritoria que lo eleva ante los ojos de la joven (conste que me queda
por leer Mansfield Park).
Yo me inicié en su lectura cuando era bastante jovencita y, si bien no siento la admiración que causa en otras personas (ya que algunas de sus obras me encantan y otras no las soporto), no dejo de reconocer su valía. Dentro de su producción, mi novela preferida es Persuasión. Éste es quizás el libro más sentimental, más romántico, de Jane, pero manteniéndose siempre dentro de sus propios límites, dentro de la contención racional que la caracteriza. Aquí no se nos presenta un amor juvenil que se vaya desarrollando a lo largo de las páginas de la narración; ésta es la historia de una segunda oportunidad, de arrepentimientos, de una madurez alcanzada con sufrimiento por unas decisiones erróneas. Tal vez por todo ello me parezca la más real de sus obras.
«Debo hablarle con los medios que
tengo a mi alcance. Lo que dice me traspasa el alma. Vivo mitad en la agonía,
mitad en la esperanza. No me diga que llego demasiado tarde...».
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Anne Elliot no es una mujer de carácter débil (aunque en principio pueda parecerlo), ya que vemos cómo soporta con estoicismo las consecuencias de las decisiones que ella misma tomó. Le duelen, por supuesto, pero las afronta con todas las fuerzas de las que puede hacer acopio. El problema de Anne es que, pese a no ser débil, sí resulta influenciable.
Tal vez no guste tanto como otras protagonistas de Austen, no tiene el ingenio de Elizabeth Bennet o la pasión de Marianne Dashwood, por poner algunos ejemplos. El carácter de Anne es sosegado, servicial y hasta sumiso en ocasiones. Pese a ser una mujer más bien pasiva y dada a satisfacer los deseos de otros, son sus actos los que desencadenan el conflicto principal y la resolución del mismo. Cuando la conocemos, se nos presenta como alguien sensato, juicioso, tranquilo y que parece haber aceptado el papel que tiene en la vida. Quizás sea la compasión que siento hacia ella el motivo por el que me cae bien.
Por su parte, el
capitán Wentworth no es el hombre austeniano que más me gusta (ese papel lo tiene
el coronel Brandon). A lo largo del libro, de sus acciones se desprende cierto
rencor. A la aparente indiferencia que muestra por Anne se suma su galanteo con
la antagonista de turno (siempre puesta por Austen en sus obras para hacernos
sufrir), de lo que resulta que, frente a la madurez de Anne, su comportamiento es
en ocasiones pueril. Con todo, su gallardía y su atractivo son evidentes, y a
raíz de un incidente, se produce un cambio de actitud. Es también el autor de una
carta que, probablemente, sea lo más tierno que ha salido de la pluma de Jane.
Esta misiva junto con la fidelidad hacia sus propios sentimientos le hacen
ganar muchos puntos.
Los secundarios
tienen un papel similar a los del resto de la producción de la autora. Está la
familia que influye en la protagonista, el hombre que puede suponer para ella
una alternativa al principal, la antagonista que se disputa el amor de este último…
El texto está escrito en
tercera persona y el estilo es asequible para cualquier tipo de lector, además
de que se trata de un libro más bien corto. Posee, asimismo, dos finales, uno
que es el oficial y otro alternativo. Es muchísimo mejor el
primero.
Puntuación: 4'5 (sobre 5) |