¿De qué va?: El viejo Harmon
fallece dejando a su único hijo una jugosa herencia con la condición de que
contraiga matrimonio con la joven que ha elegido para él, Bella Wilfer. Sin
embargo, el muchacho es encontrado sin vida en las aguas del Támesis. A raíz de
este suceso, otro hombre, John Rockesmith, hace su aparición en la ciudad. Por la
relación que entabla con casi todos se convierte en un conocido común, pero
realmente nadie sabe nada sobre él.
Al mismo tiempo,
el responsable de hallar el cuerpo del ahogado comienza a ser sospechoso de su
asesinato. Eugene Wrayburn, un joven de clase alta, se compadece de la hija
éste, Lizzie Hexam, y le ofrece su ayuda sin poder prever las consecuencias que
conllevarán sus actos.
¿Qué opino yo? (Sin destripes): Muy buena
producción de la BBC que adapta una novela homónima de Charles Dickens. Todo está cuidado hasta el detalle: los escenarios, los decorados, el
vestuario, la iluminación… Los episodios se abren con una excelente pieza
musical que se encuentra al nivel del resto del rodaje.
En el primer
capítulo, ya la presentación es fabulosa: comienza con un plano del Támesis
durante la noche. Por él van en una barca un hombre con su hija en busca de
cadáveres a los que despojar de sus bienes.
El barquero, Gaffer Hexan, justifica su oficio afirmando que no se puede
robar a los muertos, puesto que lo que tenían ya no pertenece a nadie.
Es en ese momento,
con el hallazgo de un cuerpo, cuando se desencadena todo lo que ha de venir y
comienza a circular una galería de personajes de muy diferente índole. De
hecho, está muy presente la diferencia entre clases, rasgo muy destacado en
Dickens. En esta serie se busca el contraste de un modo muy marcado,
como vemos por ejemplo en dos escenas consecutivas: en la primera de ellas, un
camarero sirve en una mesa al perro de una mujer adinerada, y acto seguido se
nos muestra a obreros trabajando con montones de basura.
En lo que respecta a los personajes, considero que hay cuatro principales, John Rockesmith, Bella Wilfer, Eugene Wrayburn y Lizzie Hexam. El resto, pese a tener su importancia, orbita en torno a estos. Con todo, el reparto del tiempo entre todos es equitativo. La buena estructuración da como resultado una serie equilibrada en la que el interés no decae en ningún momento, ni siquiera cuando la acción se centra en los antagonistas o en los secundarios de menor categoría.
John Rockesmith (interpretado
por Steven Mackintosh) me ha parecido un personaje demasiado flojo para un
papel tan relevante. Es un hombre con un carácter débil que sólo saca algo de
genio hacia el final. La verdad que esconde resulta muy previsible desde el
principio, pero no por ello interesa menos, porque lo que realmente importa no
es el secreto en sí, sino cuándo lo desvelará, cómo y qué consecuencias tendrá.
Como contrapunto tenemos a Wrayburn (Paul McGann), un hombre carismático e ingenioso que suple su escaso atractivo físico con otras características que hacen que disfrutemos de él cada vez que aparece en pantalla. Su historia con Lizzy me parece mejor lograda que la de la otra pareja, ya que se va desarrollando lentamente y se nos muestra cada estado de ánimo por el que pasan. Sin embargo, en la relación entre Rockesmith y Bella se dan unos cambios un tanto abruptos.
A Lizzie le da vida Keeley Hawes, que es una
cara conocida en el mundillo. La hemos visto en series y películas como Esposas e hijas y Under the greenwood tree. Su personaje resulta el más plano de
todos y muy típico. Es una muchacha abnegada, bondadosa, generosa y
trabajadora. Es un compendio de virtudes. Su mala suerte, el sufrimiento al que
se ve sometida y su modo de enfrentarse a ello nos hace compadecernos de ella y
que terminemos cogiéndole cariño.
Por otro lado,
Bella (Anna Friel) es una joven que desde el principio es un juguete del
destino. Se ve prometida a un hombre que no conoce y futura poseedora de una
fortuna de la que se ve privada porque su prometido ha muerto. Es ambiciosa y
soberbia, pero no egoísta. Permítaseme una nota un poco frívola: esta mujer
saca unos vestidos preciosos. Ella y Eugene son los que más evolucionan, aunque en el caso de este último, ese cambio es más sutil y lógico.
A quien he visto
fuera de lugar es a David Morrissey en el papel de Mr. Headstone, el maestro
obsesionado con Lizzie. Me da la impresión de que trata de mostrar a un
psicópata atormentado, pero algunas de sus escenas son excesivamente exageradas,
de tal modo que no sabía si estaba viendo Our
mutual friend o The vampire diaries.
Uno de los
recursos que se usan en esta historia también lo empleó Dickens en el que,
hasta el día de hoy, es el libro que prefiero de él, Historia de dos ciudades, aunque con diferente resultado. No puedo
decir de qué se trata sin revelar demasiado.
Ésta es, por lo tanto, una producción de gran calidad, amena e interesante.
Puntuación: 4 (sobre 5) |