¿De qué va?:
Alex (Romain Duris), su hermana Mélanie (Julie Ferrier) y su cuñado Marc (François Damiens) son rompeparejas profesionales. Sus servicios son requeridos por quienes creen que alguien apreciado no ha elegido a la persona correcta y desean abrirle los ojos. El método que usa el equipo de Alex es el de la seducción, aunque tienen unas normas muy claras: no inmiscuirse en noviazgos estables y no enamorarse. Sin embargo, todo se tambalea cuando deben destruir la relación de Juliette Van Der Beck (Vanessa Paradis) y las reglas impuestas comienzan a romperse.
¿Qué opino yo? (Sin destripes):
La comedia romántica es un
género muy denostado en estos últimos años. Tras las grandes glorias de los 90,
la fórmula se repitió hasta la saciedad causando hartazgo en gran parte de
los espectadores no sólo por la falta de originalidad, sino también por el
claro empeoramiento de los productos que se iban rodando. A ello se suma que
vivimos en una sociedad cada vez más sexualizada que cree que el amor es cosa
de cuentos, y eso se refleja en las películas. No obstante, el amor y el
romance, pese a los agoreros, existen y aún hay personas que esperan que esos
aspectos positivos y gratos de la humanidad se tengan en cuenta en los medios
televisivos, cinematográficos y literarios. Entre ellas me incluyo y por eso me
he sentido feliz al descubrir un filme que no ha perdido la esencia de aquellas
añoradas comedias de los 90.
A pesar del desgaste del
género, Los seductores ha sabido
rescatar los elementos que siempre han gustado del mismo y mezclarlos con
aspectos más actuales. No todo es idealización ni romance ingenuo en esta cinta,
pero no tiene la necesidad de recrearse en escenas de mal gusto o en el habitual
lenguaje vulgar al que recurren últimamente las comedias hollywoodienses y que tanto he criticado en otras reseñas similares a esta. Los
franceses han sabido, en este caso, dar un toque de modernidad sin encajar un exceso de metraje
chabacano o escatológico.
Los protagonistas tienen sus
historias íntimas con otras personas y están perfectamente adaptados a la realidad
que todos conocemos. Ni Alex ni Juliette son personajes estereotipados, aunque
la evolución de sus sentimientos sea esperable y deseable. Esto último no
impide que ambos tengan un carácter propio, bien definido y no acartonado.
Quizás podamos reconocer en él al embaucador de buen corazón que ya hemos visto
en otras ocasiones, pero, como digo, su forma de ser y sus problemas internos
le pertenecen y no son copia de otros.
La parte de romance y la de
comedia están muy bien equilibradas, y
esta última logra que sea inevitable soltar alguna que otra carcajada. Esta
virtud es algo que echaba de menos en algunas producciones que llevan la
etiqueta de “comedia romántica” y que de lo primero no tienen mucho. Los seductores es, por tanto, muy
divertida gracias a unos golpes de humor inesperados y simpáticos.
Aunque el guion no contenga frases memorables, el desarrollo argumental es muy
ágil. Se pasa por todas las fases ya conocidas en este tipo de cintas, pero no
hay lugar para el aburrimiento, ya que a lo tradicional se incorpora la
originalidad, como el curioso trabajo al que se dedica Alex y las consecuencias
que se derivan de ahí, especialmente a partir de su encuentro con Juliette.
Romain Duris es uno de esos
actores feos con algo inexplicable que los convierte en alguien atractivo.
Cuando comienza la película uno se cuestiona cómo un hombre con ese aspecto
físico puede lograr que todas las mujeres caigan rendidas ante él. El hecho de
que sea un seductor profesional resulta una gran ironía. El espectador se
pregunta por qué no se eligió a un intérprete más guapo, pero cuando van
pasando los minutos, vemos que no podía haberse escogido a un protagonista
mejor. Romain gusta con su actuación, como también gusta, precisamente, el
hecho de que un feo sea atractivo y un auténtico conquistador.
Vanessa Paradis da vida a una
mujer de armas tomar, orgullosa e independiente. Ella es el gran obstáculo con
el que se encuentra Alex en su actividad laboral. Su papel es mucho más seco
que el del anterior, pero no deja de ser el contrapunto perfecto para el
protagonista masculino.
Los secundarios que completan
el elenco contribuyen a dar calidad a los distintos gags. Muy amenas son las intervenciones de la hermana de Alex, su
cuñado y la amiga ninfómana de Juliette. Con ellos, las risas están aseguradas.
Se agradece, además, el
homenaje a Dirty Dancing, un clásico
de los 80 que proporciona a esta película la posibilidad de crear momentos
graciosos y sentimentales basados en la cinta de Patrick Swayze y Jennifer
Grey.
En definitiva, estamos una
comedia romántica con un toque canallesco que encantará a los entusiastas del
género y que puede entretener a los que no lo son.
Puntuación: 4'5 (sobre 5) |