¿De qué va?:
En Haworth, un pequeño pueblo del condado de Yorkshire, las hermanas Brontë desarrollan sus dotes como escritoras, cada una de ellas con un objetivo muy diferente. Con la llegada a la vida de las jóvenes del nuevo vicario, Arthur Bell Nicholls, se producen algunos cambios. No sólo les ofrece su ayuda, sino que se enamora de una de ellas. Al mismo tiempo, deben hacer frente al alcoholismo de Branwell, el hermano de las muchachas.
Me he pasado varios años queriendo ver esta película a pesar de no esperar mucho de ella, pero no había forma hallarla. En España no la venden, y tampoco estaba disponible por otros medios. Hace muy poco he reanudado la búsqueda y me he encontrado con que alguien la había subtitulado en nuestro idioma, así que por fin he podido verla, y casualmente lo he hecho el día en que se cumplían 159 años de la muerte de Charlotte Brontë.
Creo que para disfrutar con esta cinta es necesario dejar a un lado todo lo que se sepa de la familia Brontë, porque si comparamos sus vidas y personalidades reales con lo que se nos muestra en la pantalla, más de uno se llevará las manos a la cabeza. De hecho, yo he estado a punto de hacerlo al ver el proceso de creación de Cumbres Borrascosas y de dónde sale el trágico amor que se plantea en la novela (entre otros aspectos), pero no hay que perder de vista que esta película es pura ficción, aunque, eso sí, con algunos elementos verídicos cogidos de aquí y allá.
Con esto no estoy diciendo que no merezca la pena, sólo que no se puede tomar como una biografía al uso, sino como un producto de entretenimiento que, quizás, pueda hacer que alguien que aún no conozca bien a estas magníficas escritoras se interese más por ellas, y que quien ya las conozca pase un rato ameno.
Aunque haya cosas que resulten inverosímiles para los admiradores de las Brontë, la película también tiene sus virtudes. La escena en la que Emily muestra los páramos a Arthur Bell Nicholls pone los vellos de punta por lo enigmático de las palabras de la joven y lo tenebroso de sus sueños, y porque allí, a lo lejos, está la Cumbres Borrascosas que sólo ella de entre sus hermanos puede apreciar.
«Eso es lo que quería mostrarle. No podría formar parte de ningún sueño, ¿verdad? Pero está en los míos desde que puedo recordarlo [...]. Es el lugar sobre el que escribiré». |
Pese a los elementos ficticios, la cinta refleja aspectos reales como la ambición de Charlotte, la soledad de Emily, el viaje a Bruselas, el enamoramiento de Charlotte de su profesor, las borracheras de Branwell y cómo Emily era quien lo recibía por las noches a su vuelta de la taberna, el éxito de Jane Eyre frente a las malas críticas de Cumbres Borrascosas, etcétera.
Además, tiene imágenes que se quedan grabadas en la mente del espectador, como ésta, completamente simbólica:
Olivia de Havilland siempre me ha parecido una actriz estupenda, pero éste no es su mejor papel. Representa a una Charlotte inmadura, demasiado desenvuelta y con sentimientos muy volubles, aunque, y esto sí se ajusta a la realidad, se ve que es ella quien insta a sus hermanas a publicar.
Para mí, la auténtica estrella del film es Ida Lupino. No comparte todos los rasgos de la verdadera Emily Brontë y parte de su comportamiento dista mucho del de la escritora, pero su papel y su actuación no dejan de ser maravillosos. El tono de su voz, el misterio que parece rodearla, su sufrimiento silencioso y sus tormentosas pesadillas hacen que eclipse por completo a la Charlotte de Olivia. Como curiosidad diré que Ida Lupino fue, además, la primera mujer que dirigió una película de cine negro.
En cuanto a Anne (Nancy Coleman), pasa sin pena ni gloria, a la sombra de sus hermanas y desde luego no tan inteligente como ellas. Ojalá algún día se le rinda a la pequeña de las Brontë el tributo que merece.
El enfoque que se le da a Branwell quizás sea el más acertado de la cinta. Se nos enseña con más fidelidad a la realidad el gran talento que tenía y su incapacidad para sacar partido de él. Queda patente también su afición a los extraños acertijos. A pesar de todo, creo que su comportamiento en el film está bastante suavizado.
El otro papel masculino de importancia es el de Arthur Bell Nicholls (Paul Henreid), aunque no quiero revelar nada sobre él, pues tiene mucho peso en la trama y gran influencia en otros personajes.
Como decía al principio, la película es para curiosos y para admiradores de las Brontë que tienen que ver todo lo habido y por haber sobre ellas, donde me incluyo, pero si lo que se busca es una biografía, mejor optar por otra cosa.
Puntuación: 3 (sobre 5) |