Todo ese fuego

24/04/2016

     Ángeles Caso es la autora de esta obra sobre las hermanas Brontë. Ha sido publicada por la editorial Planeta en 2015. Cuesta 20 euros y consta de 254 páginas.

¿De qué va?:

     En la casa parroquial de Haworth, las tres hijas del pastor comienzan la jornada ocupándose de las tareas domésticas mientras esperan que llegue la tarde, cuando puedan dedicarse a escribir las novelas que ansían publicar. Son las hermanas Brontë, tres mujeres que desde la infancia han sobrevivido, gracias a la literatura, a las tragedias familiares. (Sinopsis de la editorial).


¿Qué opino yo? (Sin destripes):
   
   Empecé este libro con muchas ganas a pesar de haber leído opiniones muy negativas. Al principio incluso me estaba gustando bastante, pero conforme avanzaba la lectura, ya no me convencía tanto y la impresión final no es buena.

                                  El hogar de los Brontë a mediados del siglo XIX
   
                           Brontë Parsonage Museum

    El principal problema es que se nos ha vendido como una novela y realmente no es tal, puesto que es el narrador quien va aportando datos, anécdotas y vivencias de las hermanas sin que haya casi ninguna participación directa por parte de ellas, ya que prácticamente casi ni hay diálogos. Se trata simplemente de un compendio de hechos alrededor de la familia sobre los que el narrador no se priva de dar su opinión, a veces incluso alejándose del contexto en el que vivieron los Brontë. Así, no le importa hablar de coches o teléfonos cuando mete, ni corto ni perezoso, reflexiones y divagaciones acerca de diversos asuntos.

    Tampoco es una biografía al uso, puesto que no todo lo que se cuenta es fiable al cien por cien y hay elementos fruto de la imaginación y suposiciones de la autora. A este respecto, me han llegado a molestar algunas afirmaciones demasiado arriesgadas y atrevidas, de muy mal gusto si se me permite decirlo. Me refiero concretamente al hecho de aseverar que a Charlotte Brontë no le hubiera importado convertirse en la “puta de su maestro”, “una ramera”, literalmente, y repetido varias veces. 

Cowan Bridge en 1824, la escuela donde las dos hermanas mayores contrajeron tuberculosis. Sirvió de inspiración a Charlotte para crear Lowood en Jane Eyre.

                    Cowan Bridge con su aspecto actual
    
    Lo que Charlotte sentía o pensaba no puede saberlo nadie a ciencia cierta, pero aunque sea normal en una obra de este tipo dejar libertad a la mente para que complete el puzle a su manera, afirmar algo así sin ningún pudor me parece una falta de respeto hacia una escritora cuyo papel en la historia de la literatura merece mucho más que este enfoque simplista y chabacano de sus emociones.

    Además, la autora hace algo de trampa, puesto que el libro se divide en dos partes y se expone que la primera de ellas transcurre el 16 de julio de 1846, pero no es cierto, porque lo que se hace ahí es un recorrido retrospectivo por toda la vida de ellas hasta ese día.

     Top Withens en los años 20 del siglo XX. ¿Cumbres Borrascosas?

                Top Withens en su lamentable estado actual
    
    Por otra parte, el libro contiene datos interesantes que consiguen captar la atención y suscitar el interés por saber más. Aborda además algunas ideas que desconocía sobre un posible amor de Emily, Robert Clayton. Quizás se trate de un planteamiento arriesgado, como la propia Ángeles Caso asegura, pero hay pistas de que podría haber existido y arrastrado a la autora de Cumbres Borrascosas a un cambio de actitud por un suceso inesperado.

    Me ha gustado también la benevolencia con que trata a Patrick Brontë. No faltan textos que lo representen como un padre severo, pero yo siempre me he compadecido de él, por cuanto tuvo que sufrir. El destino se cebó con él y su familia, y eso se muestra en esta obra. La autora limpia un poco su imagen y nos hace ver que no pudo ser tan estricto cuando permitió a sus hijas una educación y una libertad que no eran habituales en la época. A esto se suma todo lo que tuvo que pasar a causa de la mala vida de Branwel, los insultos que tuvo que aguantar de él, el maltrato psicológico al que estuvo sometido por su hijo y quién sabe si también físico.

El Black Bull, donde Branwell tomaba alguna copita de más, algo después de la época de las Brontë
    
                       El Black Bull recientemente
    
    Lo que se ve muy bien, además de esto, es que los hábitos de Branwell sirvieron a las hermanas para sus novelas, especialmente a Anne para La inquilina de Wildfell Hall.

    Por otro lado, es un libro muy, muy fácil de leer. El lenguaje y el estilo son sencillísimos. Eso sí, recomiendo leer primero las novelas de las hermanas Brontë, especialmente la que he nombrado de Anne, porque de esa sí que se hacen algunos destripes.

    En fin, como veis, a pesar de las cosas buenas que he mencionado, no me ha entusiasmado. Si lo que se busca es una novela biográfica, no lo recomiendo, y si queréis una biografía pura y dura, es mejor elegir la de Lyndall Gordon sobre Charlotte y la de Winifred Gérin sobre Emily. Anne, la pobre, sigue muy marginada y no tenemos nada sobre ella en español. A ver si alguna editorial se anima a traducir la que se dice que es la mejor biografía existente sobre la familia: The Brontës, de Juliet Barker.


Puntuación: 2 (sobre 5)

Batman v. Superman: El amanecer de la Justicia

09/04/2016


       Título original: Batman v. Superman: Dawn of Justice                  País: EE.UU.
       Género: Superhéroes                                                                    Año de estreno: 2016  
       Duración: 153' aprox.                                         Productora: Warner Bros. Picture / DC 
             


¿De qué va?:

    Ante el temor de las acciones que pueda llevar a cabo Superman, el vigilante de Gotham City aparece para poner a raya al superhéroe de Metrópolis, mientras que la opinión pública debate cuál es realmente el héroe que necesitan. El Hombre de Acero y Batman se sumergen en una contienda territorial, pero las cosas se complican cuando una nueva y peligrosa amenaza surge rápidamente, poniendo en jaque la existencia de la humanidad. (FILMAFFINITY).

 

¿Qué opino yo? (Sin destripes):


    Podría decir muchas cosas negativas sobre esta película y sobre mis propios gustos, como que Batman no me ha conquistado nunca y que Wonder Woman siempre me ha sido indiferente (no podía tomarme en serio a una heroína en bañador), pero la verdad es que la cinta ha superado mis expectativas a pesar de no ser perfecta. No me aburrió en ningún momento y me ha dejado con ganas de saber más.

    Sinceramente, fui a verla por Superman, mi superhéroe favoritísimo (junto con el Capitán América, aunque este ha llegado a mi vida mucho más tarde) y al final he disfrutado, sufrido y hasta emocionado.

    Se le está criticando que es oscura, y es cierto: el argumento, la historia e incluso los personajes lo son. ¡Hasta Alfred es oscuro! (Ahí sí puede ser que se hayan pasado un poco). No obstante, incluso yo, que no soy lectora de cómics, sabía que de DC iba a salir algo así, especialmente estando ahí Batman y sus traumas, así que no sé dónde está lo sorprendente ni por qué hay que llevarse las manos a la cabeza por eso. Sí, es un filme serio, adulto, reflexivo e incluso opresivo a veces, y me ha encantado que sea así. El resultado es muy diferente de los últimos productos cinematográficos sobre superhéroes que nos han llegado de la mano de Marvel. No alcanza, por ejemplo, el nivel de El Soldado de Invierno, pero supera, para mi gusto, las dos de Los Vengadores. Todas ellas son películas muy distintas que no tienen nada que ver y, como es lógico, cada uno tendrá sus preferencias.


     Quizás el metraje de Batman v. Superman sea algo excesivo. Podría haberse contado lo mismo en menos tiempo, pero tal y como está montada, no hay prácticamente ninguna escena que sobre, salvo la repetición de ese suceso de la infancia de Bruce Wayne que marcó su vida y algunos sueños y visiones que no aportan nada más que conferir un tono metafísico. 


«Me enseñaron que este mundo sólo tiene el sentido que tú le des».


  Me ha sorprendido la religiosidad que emana de la cinta. Se habla muchas veces de Superman como un dios, y el carácter mesiánico se confirma con muchas escenas, especialmente con aquellas que trasladan a la pantalla obras de arte sacras (no diré cuáles para no destripar nada), encarnadas, claro está, en la figura de los protagonistas. Y no sólo eso, sino que se muestra como la gente cree, reza y se persigna con absoluta normalidad, porque en la película, la fe o la falta de ella es un asunto trascendental.

    No hay que esperar escenas de acción continuas. Estas están concentradas sobre todo hacia el final. El resto del metraje se encamina a que conozcamos el interior de los protagonistas y su relación con el mundo, los hilos que los atrapan y que los llevan a hacer lo que hacen. Además, se va abonando el terreno para futuras producciones. Quizá haya a quien esta le parezca lenta, pero a mí me ha gustado ver todo el proceso por el que tienen que pasar.

    Centrándome en los personajes, empiezo por el que menos me ha gustado, Batman. Ben Affleck está mejor de lo que esperaba, pero aun así, no me ha acabado de convencer. Como Batman no está mal, es decir, resulta convincente como un héroe cansado, desencantado y desconfiado que lleva nada menos que veinte años viendo corrupción y maldad. Sin embargo, Affleck tiene la misma cara de palo en todas sus escenas y Bruce tiene que actuar como un vividor rico, frívolo y despreocupado, algo que el actor no aparenta en ningún momento. Además, me parece que físicamente se ha pasado con la musculatura. En algunas escenas me dio la impresión de que le costaba moverse.

    Affleck tenía muy difícil despegarse de la sombra de Daredevil y, sobre todo, de la de Christian Bale. Para mí, no lo ha conseguido.


    Por otro lado, Wonder Woman ha sido la sorpresa. A pesar de sus pocas escenas, está muy acertada en todas ellas. Me hubiera gustado que se nos mostrara algo sobre su origen, ya que muchos no la conocemos tanto como a otros superhéroes de renombre, pero eso se lo están reservando para su película individual. Es evidente que han querido suscitar en el espectador el deseo de saber más sobre personaje y lo de dejarnos con la intriga es una estrategia que funciona.

    La otra mujer de la película, Lois Lane, también me ha gustado mucho. Su relación con Clark es perfecta, y ya iba siendo hora de que se nos mostrara en un filme maduro que una relación amorosa no se limita a las sonrisas, los besos y la vida entre algodones, sino que una pareja debe enfrentarse junta a las adversidades y mostrarse su apoyo en los momentos malos, sin perder nunca la fe en el otro, trabajando así en la relación cada día. Gracias a Lois se revela el lado más humano de Superman. Hay quien critica que en los momentos más cruciales él abandone las batallas para sacarla de uno de los muchos líos en los que se mete, pero es que esa decisión de elegir siempre el amor es lo que nos enseña que él es ante todo Clark Kent, más humano que muchos humanos, y eso, aunque suene paradójico, es lo que le permite ser Superman.


    Y como por criticar que no quede, también hay quien está muy molesto porque la periodista estrella del Daily Planet sea rescatada varias veces por el Hombre de Acero, tachándola de débil y prescindible. Lois Lane podrá ser muchas cosas, como excesivamente temeraria, pero desde luego no es ni débil ni prescindible. Hay que entender que hablamos de una humana normal, corriente y moliente, que no tiene ningún tipo de poder especial para escapar de determinadas situaciones. Ya me gustaría a mí ver cómo reaccionaríamos más de uno en su lugar, si no necesitaríamos ayuda. Además, también ella saca de apuros a Superman en un par de ocasiones. Todo lo que ellos sienten y hacen es recíproco y dentro de la lógica.

    En cuanto a él, se desvía del héroe que conocemos de otras adaptaciones y se adapta al tono general de la cinta. Es un Superman (y un Clark) más serio, con el ceño casi siempre fruncido, preocupado. No obstante, hay claros contrastes con Batman: juventud frente a madurez, inexperiencia frente a experiencia, amor frente a aventuras esporádicas… Hay más esperanza en Clark que en Bruce.

La banda sonora es excelente. Tanto las piezas originales como las que no los son están muy bien integradas. Estoy convencida de que no seré la única a la que se le pongan los vellos de punta cuando suena Amazing Grace.

    En definitiva, yo sí recomiendo la película, pero si alguien espera ver batallas épicas constantes entre Batman y Superman, saldrá decepcionado. A pesar de la primera parte del título y de que ambos héroes sí que aparecen enfrentados, esta cinta no es eso.


Puntuación: 3'5 (sobre 5)
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...