Poldark (2015) (Temporada 1)

20/12/2015


                       Estreno: 2015                                                Género: Drama, romance
                      Cadena: BBC                                                  País: Reino Unido    
                      Duración por episodio: 60' aprox.                Episodios: 8
 


¿De qué va?:

     A finales del siglo XVIII, Ross Poldark regresa a Cornwall, en Inglaterra, después de luchar en la Revolución Americana. Su familia y amigos pensaban que estaba muerto. La mujer con que esperaba casarse está ahora comprometida con su primo. Su padre ha fallecido y la propiedad que ha heredado ha empezado a deteriorarse. (FILMAFFINITY).


¿Qué opino yo? (Sin destripes):

    Me atrevo a decir que Poldark ha sido el period drama más destacado de 2015. He visto a muchísimas personas enganchadas a él, e incluyo a gente que no es seguidora habitual de dramas de época. Fijaos si habrá causado sensación que tras la emisión de la primera temporada ya hay acordadas (aunque no confirmadas oficialmente) seis para adaptar los doce libros de Winston Graham. Son muchas las virtudes responsables de haber logrado este éxito de audiencia. En primer lugar, unos protagonistas carismáticos. Ross Poldark es un hombre imperfecto con un carácter que atrae: es alguien que sufre por amor, lucha por lo que cree justo, se preocupa por otros, afronta las adversidades con coraje, aunque tenga sus momentos de debilidad.


     Por otro lado está Demelza, que me parece que ha llegado a superar en admiración popular al propio Ross, y es que ella es un personaje que subyuga por su autenticidad. Es fuerte y dulce al mismo tiempo y, en ocasiones, parece vivir en comunión con la naturaleza. Incluso la ropa que le han elegido para determinados momentos favorece esa simbiosis con el medio que la rodea. Muchas de sus escenas transmiten armonía. No hay prácticamente nada deshonesto en ella. ¿Cómo no va a gustar alguien así?



     En el grupo de secundarios existe mucha variedad. Encontramos buenos y malos y algunos que se quedan en medias tintas. Ahí está Elizabeth, el primer gran amor de Ross, una mujer que está metida en el corazón de nuestro protagonista y que, por circunstancias del destino, se ve expuesta a una serie de acontecimientos que dejarán al descubierto los rincones más recónditos de su personalidad. El problema de este personaje es que aparece como la antagonista de Demelza, y esto es lo que le resta puntos a los ojos de los espectadores, porque es como comparar una rosa con un jaramago. Sin embargo, tampoco es una mujer débil, aunque no sea la mejor tomando decisiones.    

   Otros personajes destacables son Verity, una joven con una historia conmovedora; Francis Poldark, alguien a quien no le gusta poner las cosas fáciles; y George Warleggan, el villano de la trama.

     Poldark es una serie que entra por los ojos, una auténtica delicia visual que se recrea en los primeros planos y en los parajes y ambientes rurales. La atención a los elementos naturales actuando en sintonía redunda en este sentido: es frecuente la aparición de un acantilado, de las olas rompiéndose al entrar en contacto con él, de la vegetación meciéndose al compás del viento, viento que también juguetea con los cabellos, especialmente con la melena de fuego de Demelza y la de ébano de Ross.



     Este cuidado estético no es una cáscara hueca: el continente y el contenido están en consonancia y el guion es tan atractivo como todo lo demás. La historia está bien hilvanada y es fácil creerse la evolución de los personajes, además de sentirse cercano a algunos, lamentarse por otros y despreciar a otros más. Eso sí, es una de esas
producciones en las que las desgracias no son escasas, así que quizá no sea la más adecuada para alguien que no esté pasando por un buen momento.

   El drama está garantizado a través de distintos aspectos: las dificultades que se pueden dar en el amor, las penurias económicas, las injusticias sociales, la insolidaridad, las desgracias familiares, la enfermedad… Ninguno de estos elementos se diluye en favor de otro, sino que todos alcanzan la misma importancia y suscitan el mismo interés. La tensión es continua, puesto que, aunque no sea una producción de ritmo rápido, los acontecimientos emotivos o desgarradores son constantes.



     Poldark es una historia ya conocida por estos lares, puesto que hubo una adaptación anterior de las novelas de Graham, concretamente en 1975. Esa es la que tuvieron la oportunidad de disfrutar nuestras madres. Lamentablemente, parece que nosotros no tendremos ocasión, al menos a corto plazo, de ver la belleza de la nueva versión en nuestros televisores. Una vez más, una producción de gran calidad pasa desapercibida en este país. Al menos, nos queda internet. Si aún no la habéis visto, dedicadle cuarenta segundos a la intro y decidid si os enamora o no.



Puntuación: 4 (sobre 5)
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