Ese impulso maravilloso

20/08/2014


           Título original: That wonderful urge                                   País: EE.UU.
           Género: Comedia romántica                                                 Año de estreno: 1948       
           Productora: 20th Century Fox                                               Duración: 82' aprox.



¿De qué va?:

    Sarah Farley (Gene Tierney) es una rica heredera que, desde muy joven, protagoniza frecuentemente las portadas de la prensa sensacionalista. Uno de los periodistas que publica más artículos sobre su vida es Thomas Jefferson Tyler (Tyrone Power). Éste, para conseguir información de más interés sobre la muchacha, se acerca a ella fingiendo ser otra persona, un reportero comprensivo y respetuoso que sólo desea mostrar al público la cara amable de Sarah. En un primer momento ella cae en el engaño y no sólo le revela muchos datos sobre sí misma, sino que también se siente atraída hacia él. Cuando descubre la verdad, decide vengarse comunicando a todos los medios una noticia que pone la vida de Thomas patas arriba.



¿Qué opino yo? (Sin destripes):

     Hay películas de la época dorada de Hollywood que no han podido hacer frente a los grandes clásicos del cine y han ido quedando relegadas al olvido sin merecerlo. Éste es el caso de Ese impulso maravilloso, una obra menor pero repleta del encanto de las comedias románticas de antaño.

     Este cinta no deja de ser una muestra más de la guerra de sexos tantas veces vista en la gran pantalla, pero, como muchas de las producciones que giran en torno a dicho tema, resulta un filme muy ameno que hace pasar al espectador un rato divertido y agradable.
 

     Son varias las virtudes que encierra. Para empezar, sus protagonistas. Tyrone Power y Gene Tierney forman una de las parejas cinematográficas más guapas de la historia. Cuando ambos salen juntos, llenan la pantalla y la química que desprenden es evidente. No en vano se dice que hubo una época en la que Tyrone estuvo enamorado de Gene y que quizás saltaron chispas, pero estos son cotilleos y deben ser contados en otro lugar.

     En lo que respecta al nivel interpretativo, ambos están correctos. Sus personajes no tienen una profundidad psicológica que exija a los actores un gran esfuerzo, pero los dos parecen sentirse cómodos dando vida a Sarah y Tom.

     Pese a que ninguno tiene un trasfondo complejo, ambos desprenden cierto carisma. Por eso, y dado que los dos cometen errores, son orgullosos y provocan continuos enredos, es imposible, o al menos lo ha sido para mí, inclinar la balanza a favor de uno de ellos. He tenido que repartir mis simpatías y enfados por igual.

     Otro de los puntos positivos de la cinta es su duración. Con apenas 82 minutos y un metraje bien estructurado, tiene tiempo para conseguir captar nuestro interés, sacarnos algunas sonrisas y engancharnos hasta el final. El resultado es que, pasados los diez o quince primeros minutos, tenemos una producción muy dinámica en la que suceden sin descanso escenas que aportan algo a la trama. No hay ninguna vacía o de puro relleno que pueda dar paso al aburrimiento.

     El guion, construido con sentido del humor y un poco de picardía, incluye incluso alguna sutilísima frase con connotaciones sexuales, además de alguna escena que indica lo que puede ocurrir en ese sentido, como cuando Tyrone aparece tumbado en la cama leyendo un libro sobre el tema.


     Como telón de fondo hay aspectos secundarios que, a pesar de estar enfocados desde un punto de vista humorístico, no dejan de ser una crítica a diversos aspectos de la sociedad. Me refiero, por ejemplo, a la influencia que tiene el dinero en las personas, al mal funcionamiento en ocasiones del sistema judicial y al daño que puede causar la prensa amarilla.

     Esta cinta no es la primera que se rueda con un argumento idéntico. Existe una versión de 1937 de la que Ese impulso maravilloso puede considerarse un remake. Aquella otra película lleva por título Amor y periodismo y, curiosamente, está protagonizada también por Tyrone Power, aunque su compañera en esa ocasión fue Loretta Young. 
 

   Es curioso que pese a que las técnicas cinematográficas han evolucionado tanto, lo guiones de las comedias románticas actuales han sufrido una pérdida de calidad importante. Ese impulso maravilloso no es ninguna obra maestra dentro del género, pero su calidad y su ingenio superan al de cualquier película de este corte que se haga hoy en día.


Puntuación: 3'5 (sobre 5)
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