¿De qué va?:
En 1953, después de pasar muchos años alejada de su tierra natal, Sarah Adams se embarca rumbo a su hogar por motivos personales. Durante la travesía conoce a la familia Bligh y entabla relación con ellos tras tener que ejercer su trabajo como enfermera con la matriarca, Elizabeth. Sin desearlo, Sarah es testigo de un hecho que el buen nombre de los Bligh exige mantener en el más absoluto secreto. Esto, sumado al cuidado con que Sarah oculta su propio pasado, provoca en Elizabeth un total rechazo hacia ella. Sin embargo, su hijo, George, y su médico, Jack, no piensan de la misma manera.
¿Qué opino yo? (Sin destripes):
No tenía previsto hacer esta reseña para hoy; de hecho, tenía medio preparada la crítica de Maléfica (que ya adelanto que no me ha gustado nada), pero me he quedado tan encantada con esta serie que he preferido darle prioridad. Vaya, que tengo ganas de compartir con vosotros lo mucho que me ha enganchado.
Con todas las producciones que he abandonado y las que están de descanso, me había quedado sin nada que ver. No es que tenga mucho tiempo ahora mismo, pero siempre disfruto regalándome algunos momentos de relax a través de las series, el cine o la lectura.
Así, buscando algo que me pudiese entretener, encontré este título, del que nunca había oído hablar. El argumento me atrapó, por lo que le di una oportunidad. Es la primera serie australiana que veo, y creo que no será la última. Está tan cuidada en todos los aspectos que es difícil que no guste a todos los seguidores de las historias de época (aunque aquí estamos ya en los años 50). Pero no sólo está enfocada a los amantes de ese tipo de producciones, sino a cualquier espectador que disfrute con un buen melodrama.
El contexto histórico es el primer punto que me pareció interesante a la hora de empezar a verla: los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Eso deja adivinar que los protagonistas, o algunos de ellos, estarán afectados por las consecuencias lógicas de un desastre de esa magnitud. Efectivamente, todos tienen su carga psicológica, algunos a causa de la guerra y otros, por diferentes motivos. Me ha impresionado lo mucho que se ha cuidado a cada personaje. Absolutamente todos tienen sus conflictos, sus demonios internos y su manera de lidiar con ellos, a veces equivocándose, a veces negándolos y a veces tratando de escapar de sí mismos. Inclusos los que podríamos decir que son malos no lo son porque sí; tienen sus motivaciones para hacer lo que hacen.
Sarah, la protagonista principal, es ya una mujer madura, muy fuerte, inteligente y que sabe buscarse la vida por sí misma. Es obvio que guarda algo que no quiere que nadie sepa. Su papel es fabuloso: no tiene nada que ver con una damisela en apuros que necesite ser rescatada. Por supuesto, no es perfecta, y hay quien intenta hacerle la vida
imposible, pero no es de las que se dejan abatir. Es luchadora y tenaz, aunque con un enorme peso en su corazón. La verdad sea dicha, prácticamente todas las mujeres que aparecen en esta serie son muy fuertes.
imposible, pero no es de las que se dejan abatir. Es luchadora y tenaz, aunque con un enorme peso en su corazón. La verdad sea dicha, prácticamente todas las mujeres que aparecen en esta serie son muy fuertes.
Algo que también me ha encantado es que los protagonistas leen. A Sarah la vemos, por ejemplo, con una obra de García Lorca, aunque la más lectora es Anna, una joven que también esconde algo. Ella aparece con un ejemplar de El amante de Lady Chatterley y haciendo mención a Jane Eyre.
La trama aborda temas muy delicados, como las secuelas psicológicas por la guerra, las relaciones entre clases, las diferencias religiosas, el maltrato a la mujer y la dependencia hacia el maltratador y la homosexualidad. Este último tema está expuesto con mucho cuidado y creo que es imposible que alguien pueda ofenderse. Más bien al contrario. Es difícil ver lo que sucede sin comprender el daño que pueden causar el sometimiento a algunas convenciones sociales, el miedo a estar estigmatizado y el dolor de tener que rechazarse a sí mismo. Algunas escenas finales ponen los vellos de punta. Todo está tan bien enfocado que lo que importa no es sólo esa persona en sí misma, sino todos y cada uno de los que la rodean, porque es algo que afecta de muy distinta manera a su entorno.
Ése es sólo un tema de los muchos que se ponen sobre la mesa, porque, como digo, cada personaje tiene sus conflictos, a veces en relación con los de otros y a veces de forma aislada.
El contexto espacial es algo que también quiero destacar. Prácticamente toda la historia se desarrolla en tierras australianas, concretamente en un pueblo denominado Inverness. Es un lugar en el que los cotilleos están a la orden del día, todo el mundo se conoce y, por tanto, los misterios que deben permanecer ocultos exigen un gran esfuerzo por parte de quienes los poseen. En cierta forma no deja de recordarme a otras poblaciones famosas (aunque ficticias) vistas en televisión, como Stars Hollow (Las chicas Gilmore) y Bluebell (Doctora en Alabama).
Aunque no soy una experta, ni mucho menos, en la moda y la ambientación de los años 50, creo que las casas, el mobiliario, los coches, el vestuario y los peinados nos introducen por completo en esa época. El guion mismo es impecable.
En suma, se trata de una producción seria con elementos melodramáticos, pero que no cae en la exageración o el patetismo huero. Es un reflejo de los modos de vida de personas de distinta clase y condición atrapadas en unas determinadas circunstancias a las que deben hacer frente en una época y un lugar que no perdonan ciertas cuestiones. Los protagonistas son creíbles, redondos, realistas, y todos tienen algo que contar, alguna lucha que librar.
Éste ha sido mi segundo gran descubrimiento televisivo del año, así que os animo a darle una oportunidad. Y por si con todo lo dicho no os he convencido, os dejo un vídeo para que os hagáis una idea mejor de cómo es:
Puntuación: 4'5 (sobre 5) |