Con esta entrada me salgo por completo de lo que viene siendo la tónica habitual del blog desde sus inicios, pero como este espacio pretende ser cultural, el tema que os traigo también tiene cabida.
Reconozco que a pesar de ser sevillana, he ido a este mercadillo unas tres veces en mi vida (que recuerde), pero cada una de ellas me he quedado sorprendida por lo que he encontrado. Los objetos más insospechados pueden verse aquí a la venta. Algunos de los que más me han llamado la atención han sido, por ejemplo, un par de guantes altos de puntilla (como mínimo de principios del siglo pasado), azulejos decorativos que podrían haberse extraído de casas señoriales e incluso postales viejas, algunas de ellas con un mensaje dirigido a familiares, amigos, conocidos o amores lejanos en distintas lenguas. La que he podido fotografiar para enseñárosla está en catalán (aclaro para quienes me siguen desde otras partes del mundo y lo desconozcan que se trata de una lengua cooficial en algunos territorios de España). Fijaos en la fecha; impresionante, ¿no?
Pero lo que más destaca de este mercadillo es su antigüedad. Su origen data del siglo XIII, lo que lo convierte en el más antiguo al aire libre que se realiza en la ciudad de Sevilla. Tiene lugar todos los jueves por la mañana, con excepción del Jueves Santo.
Como en una entrada como ésta lo que más importa son las fotografías, os dejo las que he hecho hoy: