Buzzer beat

28/09/2015


                     Estreno: 2009                                                                 Episodios: 11
                   Género: Romance/Superación                                      País: Japón
                   Cadena: Fuji TV                                                  Duración por episodio: 1º=70' aprox.
                                                                                                                     2º al 11º=50' aprox.
  


¿De qué va?:

     Naoki (Yamashita Tomohisa) es jugador profesional de baloncesto en Japón. No obstante, las cosas no acaban de salirle como desea, puesto que en la cancha no muestra todo su potencial y debe continuar mejorando. Junto con ese propósito está el de casarse con su novia, Natsuki (Aibu Saki).
     Por caprichos del destino conoce a una violinista, Riko (Kitagawa Keiko), que persigue sus sueños con la misma intensidad que él. El entrenador de Naoki se enamora de Riko a primera vista y ella decide darle una oportunidad, al mismo tiempo que va forjando una fuerte amistad con Naoki.



¿Qué opino yo? (Sin destripes): 

     De todas las series japonesas (o “doramas”) que he visto, esta es la que más se aproxima a una serie occidental. Podría haberse rodado en un país de Occidente casi sin ninguna diferencia. No quiero decir que esto sea ni bueno ni malo, sólo que es perfecta para todas aquellas personas que son reticentes a dar una oportunidad a las producciones de este país.

     Como siempre digo, en Japón se hacen series tan buenas y tan malas como en cualquier otro sitio y es una lástima que existan tantos prejuicios hacia las culturas orientales.


     Buzzer beat es una serie básicamente romántica. A los que les gusten las historias de amor, estoy convencida de que este “dorama” les encantará.

     Hay que tener en cuenta que hablo de amor romántico, es decir, que un simple abrazo y un beso tienen un gran valor y no es forzoso que entre la pareja principal haya una escena subida de tono innecesaria para la trama. El amor se forja como en las historias de antaño, a través de un conocimiento mutuo, el diálogo, el apoyo en los momentos difíciles, los silencios cargados de significado, el respeto e incluso la admiración. Todo eso hace que la base sea sólida.

     Tampoco hay que hacerse una idea equivocada: no es una serie totalmente blanca y no se debe confundir todo lo anterior con la mojigatería. Los personajes resultan realistas y todos ellos saben lo que es mantener una relación. Además, algunos secundarios guardan determinadas sorpresas no tan inocentes que afectan a los protagonistas.

     No es tan lenta como otras producciones japonesas. El ritmo es bastante bueno y ya desde el primer capítulo suceden acontecimientos que nos dejan pegados a la silla y con ganas de ver el siguiente episodio. Lo admito, eso no me había pasado hasta ahora con ninguna producción nipona de imagen real, ni siquiera con Natsu no koi wa nijiiro ni kagayaku.

     Como telón de fondo está el baloncesto, un deporte muy minoritario en Japón. En principio no es un tema que me atraiga, pero está lo suficientemente bien tratado para que no se haga aburrido e, incluso, para que llegue a despertar interés. En relación con esto, ya vi en su momento cinco temporadas de One Tree Hill y aquí sigo. De hecho, he disfrutado mucho más con Buzzer Beat.


     De igual forma se trata el apartado musical. Aunque no entendamos de música clásica o no seamos apasionados de ella, se nos hace ver lo difícil que es llegar a ser alguien en ese mundo y se consigue que empaticemos con quienes se dedican a ello.

     No sólo la historia de los protagonistas merece la pena, sino que algunos secundarios también tienen el carisma suficiente para deseemos saber qué sucede con ellos. En este “dorama” todas las escenas cuentan.
    
    Naoki es un chico serio, responsable y con una meta muy clara con la que está comprometido: destacar en el baloncesto. Está interpretado por Yamashita Tomohisa. (Yamapi para los amigos). Siempre he dicho que este chico no me parece buen actor y que en muchos casos parece interpretarse a sí mismo, pero en este papel me lo he creído más que en otros.

     Por su parte, Riko, quien trabaja en una librería, es también una joven luchadora con un sueño tan claro como el de Naoki, pero ella es mucho más risueña y, en algunos aspectos, algo peculiar.

     Quizás esté muy trillado hablar de historias de superación, pero la realidad actual no suele poner las cosas fáciles a la gente, por lo que los esfuerzos y empeños por superar obstáculos están a la orden del día y a todos nos resultan familiares, lo que consigue que conectemos con personajes como los que aquí se nos presentan. Los dos resultan muy inspiradores. Cada uno de ellos es, además, una fuerza para el otro y ahí radican los cimientos de su amistad.

     Junto a ellos hay otros destacados como la novia de Naoki (de quien prefiero no decir nada), el entrenador de baloncesto (un hombre con un sentido común y un saber estar que ya quisieran muchos), la mejor amiga de Riko (probablemente la amiga que a todos nos gustaría tener, leal y divertida) y los compañeros de equipo de Naoki.

     Al principio puede parecer predecible, pero con las series japonesas nunca hay que confiarse, porque en ocasiones les dan un giro inesperado que nos hace llevarnos las manos a la cabeza. En este caso, el desenlace no queda claro hasta el último segundo.


     De los tres “doramas” que he reseñado hasta ahora en el blog, este es el que más recomiendo, no sólo a gente acostumbrada a las series niponas, sino a cualquier espectador que quiera disfrutar de una historia de amor auténtica, de las que se cuecen a fuego lento.

Puntuación: 5 (sobre 5)
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