El escritor francés Frédéric Lenoir terminó de escribir El oráculo de la Luna en el año 2006, pero en España esta novela no vio la luz hasta 2009. La editorial Grijalbo la publicó en tapa dura y en 2010 llegó a nuestras librerías en formato bolsillo. Los precios de venta actuales son de 21 y 9'95 euros respectivamente. Ambas ediciones constan de 560 páginas.
¿Qué opino yo? (Sin destripes):
Cuando decidí leer este libro, no sabía nada sobre él. A pesar de la larga lista de lecturas pendientes, me apetecía hacer lo que hacía en los viejos tiempos, antes de tener Internet: perderme en la biblioteca y escoger algo de lo que nunca hubiera escuchado hablar, sin ver críticas u opiniones. Así me topé con El oráculo de la Luna y me lo llevé a casa dispuesta a sumergirme en él y a dejar que me sorprendiera.
Pues bien, lo hizo, porque no es lo que parece. Por la portada y el argumento podríamos deducir que sigue la línea de los best-sellers actuales, que suelen tener un ritmo trepidante, una sintaxis y un vocabulario simples para agilizar la acción y que sean de consumo rápido, pero esta novela no es así. Es una obra seria que, además, se toma muy en serio a sí misma. No en vano el autor tardó quince años en escribirla.
Pues bien, lo hizo, porque no es lo que parece. Por la portada y el argumento podríamos deducir que sigue la línea de los best-sellers actuales, que suelen tener un ritmo trepidante, una sintaxis y un vocabulario simples para agilizar la acción y que sean de consumo rápido, pero esta novela no es así. Es una obra seria que, además, se toma muy en serio a sí misma. No en vano el autor tardó quince años en escribirla.
«A veces la Providencia pone en nuestro camino a personas
que tienen algo en común con nosotros, con nuestra alma, con las líneas
principales de nuestro propio destino, sin que tengamos manera de
comprenderlo».
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Frédéric Lenoir es filósofo, sociólogo y experto en religiones, y todo ello lo deja ver en esta obra. Traslada sus conocimientos al texto, pero no de una forma superficial. Así se alternan pasajes más rápidos, en los que la intriga nos hace querer leer más y más para saciar la curiosidad, y otros más densos en los que hay que prestar mucha atención. Precisamente estos últimos me han parecido muy interesantes. Yo no diría que se centre demasiado en la historia de las religiones, sino más bien en la filosofía de éstas. Estudia cómo influyen en el ser humano y hasta dónde podemos llegar por una creencia.
Pero no se queda ahí, sino que el autor pone en boca de distintos personajes sesudas reflexiones acerca de cuestiones que han acompañado siempre al hombre: ¿existe el libre albedrío o es el destino quien gobierna nuestras vidas? ¿Qué papel desempeñaría la razón si todo estuviera predeterminado? ¿Y cómo nos afecta el amor? ¿Qué es realmente, un sentimiento o un estado mental?
«Existir es un hecho, mientras que
vivir es un arte».
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Junto con todo esto se hace un estudio muy detallado de los inicios de la Astrología. Resulta particularmente instructivo averiguar cómo se logró, a partir de las estaciones y los astros, ir atribuyendo una personalidad concreta a cada signo.
Todo lo que se cuenta está vertebrado por un misterio central que acompañará al protagonista desde el principio hasta el final del libro y que a mí personalmente me ha mantenido pegada a las páginas queriendo averiguar de qué se trataba. Es difícil catalogar El oráculo de la Luna, tiene tintes de novela histórica, pero también es un thriller con una historia de amor.
Es una obra muy bien escrita, con una correcta distribución de las partes más ágiles y las más densas para evitar cansar al lector y una intriga bien desarrollada. Giovanni es un personaje muy complejo. No es el mismo hombre al empezar su periplo que al concluirlo.
Observamos su evolución de manera constante, pero lamentablemente no he empatizado con él en ningún momento. Es una persona de extremos, parece que en él todo es blanco o negro, sin una escala de grises. De ese modo, vemos cómo oscila entre el amor a una mujer y la entrega total a Dios, la pasión y la castidad, la fe más absoluta y el ateísmo más férreo, la ignorancia y la sabiduría, la lealtad y la traición.
«Los viajes
cambian la manera de mirarnos a nosotros mismos y de mirar nuestra vida».
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Él y el final son el motivo de que no le dé más puntuación a esta obra. No creo que la novela tenga una mala conclusión, sólo que no es de mi gusto y, además, algunas cuestiones me hicieron sospechar ya demasiado pronto quién era el anciano al que Giovanni persigue durante gran parte de su vida. Eso sí, lo que nunca me imaginé es en qué consistía el secreto principal, qué contenía la carta que Giovanni tenía que entregar al Papa.
El libro se divide en bloques que, a su vez, se subdividen en capítulos. Cada bloque está dedicado a un astro y, por tanto, lo que se narra en esa parte tiene relación con las características que la Astrología atribuye a cada uno de esos astros.
«Cada tradición religiosa posee su grandeza única y es
nefasto querer cambiarla por otra».
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De la mano del protagonista el lector viaja por lugares muy diversos y distantes entre sí, cada uno con un encanto especial. Cruzaremos los muros de San Giovanni in Venere, conoceremos la Venecia renacentista, Chipre, Argel, Jerusalén y los monasterios de Athos.
No es una novela sencilla, pero sí amena gracias al enigma que encierra. Hace al lector pensar mucho y, estemos o no de acuerdo con lo que se dice, no nos va a dejar indiferentes.
| Puntuación: 3'5 (sobre 5) |
