Las sombras de Longbourn

31/07/2016

    La primera y única edición que se publicó en España de esta novela es de 2013. Fue la editorial Lumen quien la lanzó al mercado por un precio de 19'90 euros. En 2015 se vendió de oferta por 5'95 euros. Hoy por hoy está descatalogada. Se trata de una obra en tapa dura con 476 páginas.

¿De qué va?: 

     Son las cuatro de la mañana en Longbourn, la casa de los Bennet en Hertfordshire. Mientras las cinco hermanas y sus padres, los protagonistas de Orgullo y prejuicio, duermen plácidamente, Sarah y Polly, dos jóvenes criadas, empiezan a trabajar a las órdenes de la anciana señora Hill. Todos llevan años repitiendo la misma rutina, pero saben que la vida es algo más que un simple ir y venir de trapos, cacerolas y escobas.

    Sarah es quien más desea arriesgar y su pequeño y rutinario mundo cambia el día en que James Smith, un nuevo sirviente, llega a Longbourn arrastrando con él un pasado lleno de secretos y un futuro donde cabe la libertad. De repente, los sótanos y las buhardillas de la mansión cobran vida, y detrás de los delantales y los uniformes descubrimos criaturas que tienen mucho que contar. (Sinopsis de la editorial).


¿Qué opino yo? (Con destripes de Orgullo y prejuicio):

    Decepción es la palabra que define lo que siento. Por lo que he visto, es una novela bien valorada en Goodreads y con algunas buenas críticas entre los blogueros de habla hispana, así que me temo que, una vez más, voy a ser la nota discordante.

    La historia empieza bien. Me gustó el inicio y lo que parecía que iba a ser la tónica general del libro, además de que la protagonista no me caía mal, pero, en algún momento, eso se tuerce.

    Sarah es una joven trabajadora, tenaz e inconformista. Sin embargo, cuando empieza a aparecer el lado negativo de su personalidad, dejé de tolerarla, incluso de entenderla, porque a esta mujer le dan impulsos totalmente incoherentes. En algunos momentos se muestra demasiado suspicaz, con una imaginación exacerbada y delirante, y extremadamente rencorosa. No puedo decir que sea egocéntrica ni engreída, pero su exagerado deseo de atención se convierte en algo molesto, ya que si alguien no le habla tanto como ella considera conveniente o no la mira tanto como desea, se convierte en su enemiga. 


   «El mundo podía transformarse de arriba abajo sólo porque alguien había decidido ser bondadoso».


    Puede que todo esto parezca un poco exagerado, pero el atisbo de ese espíritu de diva, entre otras cuestiones, ha hecho que Sarah me resulte insoportable. A esto añado que la chica es bastante inestable. Hoy puede odiar a alguien y mañana cambiar de actitud de manera radical sin ninguna evolución, maduración psicológica ni nada que lo justifique. Es que no hay nada, ni siquiera un sentimiento, que explique determinados comportamientos.

    Quizás lo más interesante sea lo que transcurre de fondo, esto es, la historia de Orgullo y prejuicio, pero para eso ya tenemos la novela de Jane Austen.


   Jo Baker intenta desmitificar a los Bennet de Austen humanizándolos desde perspectivas poco agradables. Los criados tienen que eliminar determinados fluidos en sus ropas y las manchas que descuidadamente se hacen en sus telas, soportar su indolencia, la falta de consideración y los caprichos banales. Algún miembro de la familia oculta un importante secreto que no desvelaré.

    A través de los ojos de la servidumbre vemos, por tanto, que los Bennet (incluida Elizabeth) dejan mucho que desear y que el señor Collins es alguien más digno de piedad, por la falta de comprensión hacia él, que de burla. 


    «Uno de los curiosos males que aquejaban a las personas de buena posición era que no podían abrir una puerta».


    En principio se podría pensar en un Orgullo y prejuicio entre bambalinas, pero conforme vamos leyendo comprendemos que no es exactamente así, aunque Baker se aproveche de la historia de Austen para construir una mucho más plana. Gran parte del libro se centra en las tareas de los criados. Los hallamos continuamente lavando, tendiendo, recogiendo orines y otras sustancias de deshecho, sirviendo la mesa, recibiendo invitados, etcétera, lo que da lugar a un desarrollo lento de unos acontecimientos de por sí poco relevantes.

    En cuanto al romance que se adivina del argumento que figura en la contraportada, si alguien acude a esta obra buscando un paralelismo con la relación entre Elizabeth y Darcy, que se olvide de ello. Aquí, más que una historia de amor, lo que se da es un despertar sexual que genera cierta afinidad y complicidad. Incluso en el camino hacia ese despertar no he encontrado nada que lo respalde. No hay una unión, una cercanía, ni siquiera una atracción que explique por qué la chica implicada elige a esa persona.

    Por otro lado, el personaje más redondo es James, el único del que puedo decir que me ha gustado. El sí tiene unos miedos lógicos y un pasado que sustenta su ser presente. Su historia es la que, para mí, más merece la pena, aunque parte de ella sea muy previsible. El gran misterio que lo rodea desde el principio no es tal para el lector, que puede adivinarlo demasiado pronto, pero es el recorrido que lleva al muchacho hasta ahí y el destino que le espera lo realmente importante.


    Los restantes personajes son muy planos: el señor y la señora Hill, Polly, Ptolemy Bingley… Exceptuando a la señora Hill por una cuestión de su pasado, todos están de relleno.    

    Durante la primera mitad los hechos transcurren de forma lineal en el tiempo, mientras que en la segunda, la escritora se sirve de la analepsis en algunos capítulos, alejándose por completo de la trama de Orgullo y prejuicio. En ellos es donde se encuentra la mayor carga dramática, lo que a mi entender les confiere más calidad que al resto. Tras esos capítulos se retoma la narración cronológica.

    El estilo de Jo Baker ni se acerca al de Jane Austen, como era de suponer. Antes de que alguien me diga que no hay que establecer comparaciones, aclararé que si un escritor se aprovecha de la obra de otro, especialmente si es un clásico, lo menos que puede hacer es respetarlo en todos los sentidos y tratar de mantener cierta fidelidad, y Baker no sólo no tiene la elegancia, la ironía y el ingenio de Austen, sino que está en las antípodas y en ocasiones resulta incluso burda. A veces me da la impresión de que, al querer establecer una comparación, no sabe qué expresión elegir y termina poniendo dos innecesariamente.

    En fin, como curiosidad el libro puede pasar, pero, desde luego, no aprovecha una premisa que prometía mucho más.


Puntuación: 2 (sobre 5)

Antes de ti

17/07/2016


                   Título original: Me before you                                Año de estreno: 2016
                   Duración: 110' aprox.                                               Género: Drama
                   Productora: MGM/New Line Cinema                   País: EE.UU.


¿De qué va?:

    Louisa Clark es una joven de veintiséis años que sigue viviendo con sus padres en un pequeño pueblo inglés. Al perder su empleo en una cafetería, debe buscar un nuevo trabajo, lo que la lleva hasta el hogar de los Traynor. Allí es contratada como cuidadora de Will Traynor, un hombre de treinta y cinco años que quedó tetrapléjico a causa de un accidente. Louisa y Will no empiezan con buen pie y todo se complica cuando la muchacha descubre que Will no quiere seguir viviendo. Es entonces cuando Lou toma la firme decisión de hacer todo lo que esté en su mano para que él vuelva a amar la vida.

¿Qué opino yo? (Sin destripes): 

    Después de reseñar el libro he decidido dedicar una entrada para la película, ya que aunque existe mucha fidelidad en los diálogos, el tono es muy diferente. Esta es una de las poquísimas ocasiones en las que prefiero la versión cinematográfica, donde, curiosamente, se ha omitido el primer pronombre del título.

   Esta vez sí estamos ante una historia básicamente romántica. Mientras que el libro se vuelca muchísimo en el día a día de un tetrapléjico y en la lucha para devolverle las ganas de vivir, la cinta se centra más en los sentimientos que Will y Lou van desarrollando el uno por el otro. No deja de lado la difícil situación de Will y su aflicción se transmite bien, pero la base es la atracción entre ellos dos. Sin embargo, no hay que preocuparse por un exceso de azúcar, porque de eso no hay nada de nada. Es una relación muy bien trabajada, construida a través de duras pruebas, diálogos chispeantes, paciencia, comprensión y tolerancia. 


«Sólo se puede ayudar a alguien que quiere que lo ayuden».

   
   Una de las cuestiones que más me han impresionado es cómo puede cambiar el sentido de una conversación o un simple comentario cuando son trasladados a la pantalla. Nunca, con ninguna adaptación, he notado un cambio tan brusco. Los mismos diálogos que en la novela resultan serios, quizá hasta un poco sosos a veces, en boca de los actores adquieren fuerza, carácter, son mucho más potentes. Tanto Sam Claflin como Emilia Clarke dotan a sus personajes de una vitalidad y un dinamismo mucho menores en el libro, especialmente ella.

    El personaje de Lou es otro cambio favorable. Mucho más sonriente, simpática, dulce y encantadora en la película, conquista fácilmente el corazón del espectador. A Emilia le gusta gesticular muchísimo, pero, para mí, eso consigue dotar a Lou de una enorme expresividad y que nos creamos la afirmación de Will cuando le dice que es incapaz de ocultar ni una sola de sus emociones. Es uno de los personajes más entrañables que he conocido en el cine.

    Sam Claflin también está maravilloso como Will. En esta ocasión no cambia tanto con respecto al texto original de Jojo Moyes y en ambas creaciones enamora igualmente. Sam no ha debido de tenerlo fácil para interpretar a alguien sin movilidad de cuello para abajo. De hecho, a mi madre y a mí nos recordó en un par de escenas a Christopher Reeve. Transmite muchísimo con sus miradas y sus sonrisas, pero también con una personalidad decidida, burlona y más sensible de lo que puede parecer al principio. 


    Por cierto, haciendo un paréntesis, a todos aquellos que dicen que ahora a todas nos gusta Sam Claflin les diré en defensa propia que yo le tengo el ojo echado desde Los pilares de la tierra, eh. Fue lo primero que hizo y desde entonces ha mejorado muchísimo su capacidad interpretativa.

    En la cinta se han eliminado personajes secundarios prescindibles, un aspecto crucial sobre la familia de Will y una vivencia traumática de Lou en su juventud. Lo prefiero todo así. Me gustan más los padres de Will aquí, más unidos y enfrentándose juntos a algo que destrozaría a cualquiera. También prefiero que esa escena que comento sobre Lou no se haya incluido. Es la única forma de que la protagonista tenga esa luz que irradia, ya que en el libro hay mucha más amargura en ella y creo que ya es suficiente con la que se deriva del accidente de Will.

         Fantásticos son, asimismo, los escenarios elegidos. Para buena parte del metraje se optó por Pembrokeshire, al sudoeste de Gales. Algunas escenas se rodaron en Chenies Manor House, en Buckinghamshire. El equipo también se desplazó hasta Mallorca, de la que los actores han hablado maravillas. Para completar el cuadro está la belleza de París.

    La banda sonora es perfecta. Cada canción está elegida impecablemente para los momentos en los que suenan. Podemos escuchar piezas de Ed Sheeran, X Ambassadors, Imagine Dragons, Cloves, etcétera.

    En cuanto al vestuario, lo más destacable es que se ha respetado el estilo tan peculiar de Lou, tan especial en el filme como en la novela. Se refleja a una chica que lleva siempre una explosión de color y que combina a la perfección con su personalidad.

    Aunque suelo ser defensora del excelente trabajo de doblaje que se hace en España, esta vez no hay ni punto de comparación con las voces originales, especialmente en el caso de Sam Claflin, ya que él realiza unas inflexiones y posee una variedad de matices que no se aprecian en la versión española. 


    Como ocurre en el libro, se sigue jugando con el humor y el drama, y el tema que ha causado controversia se trata con respeto, independientemente de que estemos o no conformes con el desenlace. Se trata, por tanto, de una película que enamora y hace sufrir a partes iguales, al mismo tiempo que conduce a la reflexión.  

 
Puntuación: 4'5 (sobre 5)

Yo antes de ti

10/07/2016

     Esta novela de Jojo Moyes se publicó por primera vez en el Reino Unido en 2012. En España podemos encontrar varias ediciones:
- Editorial Suma, 496 páginas, 19'95 euros.
- Editorial Punto de Lectura, 496 páginas, 9'95 euros.
    En 2016 se ha estrenado la película basada en esta obra.

¿De qué va?:

     Louisa Clark es una joven de veintiséis años que sigue viviendo con sus padres en un pequeño pueblo inglés. Al perder su empleo en una cafetería, debe buscar un nuevo trabajo, lo que la lleva hasta el hogar de los Traynor. Allí es contratada como cuidadora de Will Traynor, un hombre de treinta y cinco años que quedó tetrapléjico a causa de un accidente. Louisa y Will no empiezan con buen pie y todo se complica cuando la muchacha descubre que Will no quiere seguir viviendo. Es entonces cuando Lou toma la firme decisión de hacer todo lo que esté en su mano para que él vuelva a amar la vida.


¿Qué opino yo? (Sin destripes):
  
    Hace apenas unas horas que he terminado este libro y sigo dándole vueltas a todo lo que ha pasado. Continúo escuchando una y otra vez Thinking out loud, una de las canciones de la banda sonora de la película, buscando opiniones de otros lectores por Internet, informándome sobre la autora y viendo fotos de Sam Claflin, el actor que da vida al protagonista en el filme.

    Es difícil digerir una historia como esta, una de las más duras que he leído en mucho tiempo. Sabía lo que iba a suceder antes de embarcarme en este viaje, incluso había visto la película, pero la sensación de tristeza se agudiza conforme transcurren los minutos, cuando uno va asumiendo la realidad de lo que se nos ha contado.

     Yo antes de ti se vende como una novela romántica y creo que es un error. Hay amor, una historia de amor sincera y auténtica, pero es una minúscula parte del libro. La trama es ante todo una lucha contrarreloj, un intento desesperado para que una persona que ha perdido todo cuanto se puede perder logre amar la vida y no renuncie a las posibilidades que le ofrece.

     El dolor más agudo se mezcla con la alegría más inesperada a lo largo de las páginas. Todo es más duro porque Will Traynor es un personaje al que se acaba amando irremediablemente. La escritora parte de un cliché: era guapo, rico, inteligente y exitoso. Por fortuna, Jojo Moyes se aleja de ahí y sólo utiliza ese recurso típico para que comprendamos el contraste entre lo que era y lo que le ha quedado, que su vida agradable de entonces, su amor por la libertad, por explorarlo todo sin límites, choca de frente con unas exigencias impuestas que le obligan a no ser el hombre que realmente es en su interior. Su sufrimiento, su sarcasmo, su resignación, sus sonrisas, sus consejos y sus ansias frustradas por una existencia plena se quedan con nosotros tras la última página y lo convierten en alguien que pervivirá en la mente de cualquier lector receptivo de la misma forma que lo hace en el corazón de Lou. Jojo Moyes ha construido un ser humano real, complejo, vivo.

    Desde el principio se nos engaña. Todo apunta a que Lou, una muchacha torpe y parlanchina, está ahí para animar a Will e infundirle de nuevo ganas de vivir. Sin embargo, es él quien le abre las puertas a un mundo lleno de posibilidades, la empuja más allá de sus reducidas costumbres. 


     El personaje de Lou arrastra consigo mucha angustia, algunos traumas que le impiden brillar. Hay mucha diferencia entre la Louisa del libro y la cinematográfica. La primera, que es la que importa en esta reseña (aunque me guste más la segunda), tiene una existencia mucho más oscura, hay menos chispa en ella, pero Will es capaz de apreciar todo lo que puede dar de sí. Algunas réplicas ingeniosas, sus enfados, su buena voluntad, sus salidas de tono y su torpeza van llamando la atención del joven.

    Lou es un personaje del que esperaba más, pero tras pensarlo detenidamente, me doy cuenta de que es como debe ser, porque es con ella con quien el ser humano común puede identificarse mejor, ya que a veces parece que en esta sociedad sobrevivimos más que vivimos. 


    Sin embargo, todo lo contrario tengo que decir del novio de Lou, Patrick. Es uno de los personajes peor construidos que he encontrado en mi vida. Ninguna persona, por simple que sea, es monotemática. Este hombre sólo tiene un tema de conversación a lo largo de toda la novela, y no estoy exagerando. Su papel no es relevante, puesto que ni siquiera supone un obstáculo entre Will y Lou. La única función que desempeña es acentuar aún más el hecho de que ella se conforme con una existencia anodina.

    Con ellos hay otros personajes y otros problemas.

    La prosa de Jojo Moyes es similar a la de muchos best sellers actuales: sencilla, directa, llana, coloquial a veces, con escasas descripciones… No es Cervantes, desde luego, pero tampoco Moccia; se puede leer. No obstante, no es un best seller más; no nos equivoquemos con este libro. Es más profundo e intenso de lo que puede parecer a priori, tanto por las reflexiones y emociones de cada uno de los personajes como por la forma de tratar un tema tan delicado como el que plantea. Tampoco creáis que el sufrimiento es constante. Hay espacio para mucho más que el drama.

    Es un libro que merece la pena leer tanto si os gustan las historias de amor como si no, ya que, como dije antes, el romance se da, pero no es, ni mucho menos, el tema central, y además no hay endulzamientos vanos. Este título consigue que, sean cuales sean nuestras creencias, nos pongamos en la piel de cada uno de los implicados.

    Es una novela que recomiendo, pero también aviso que es una novela para sufrir.

    Debido a la presión de los fans, la autora escribió una segunda parte totalmente innecesaria que ha gustado a poca gente y que no voy a leer. Yo antes de ti es un libro autoconclusivo, perfectamente cerrado y que no necesita más.


Puntuación: 4 (sobre 5)
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