Witches of East End (temporada 1)

23/02/2014


             Estreno: 2013                                                                       Género: Fantástico
             Cadena: Lifetime                                                                 Episodios: 10
                                              Duración por episodio: 40' aprox.

 
¿De qué va?:

     Basada en novelas de Melissa de la Cruz, la serie gira en torno a Joanna Beauchamp (Julia Ormond) y sus dos hijas adultas, Ingrid (Rachel Boston) y Freya (Jenna Dewan-Tatum), quienes llevan una existencia tranquila en un pequeño pueblo. Sin embargo, cuando algunos sucesos extraños comienzan a suceder y la vida de las jóvenes se ve amenazada, la tía de las muchachas aparece con unas noticias que cambian todo cuanto ellas conocían. Joanna se ve obligada a confesar que pertenecen a una estirpe de brujas, pero les oculta que una terrible maldición las persigue desde tiempos remotos.  


¿Qué opino yo? (Sin destripes):     
     
    Esta producción ha venido a ocupar el hueco dejado en la parrilla televisiva por la famosa Charmed (Embrujadas en España). Por ahora está muy lejos de cosechar el éxito que tuvo la historia de las tres hermanas brujas, pero parece haber superado a todas las series que lo han intentado, ya que otras de temática similar, como Eastwick o The secret circle, fueron rápidamente canceladas, mientras que ésta ha sido renovada para una segunda temporada.

     Desde luego, no pasará a la posteridad como el culmen de la originalidad, pues parte de su trama tiene cierta previsibilidad, y además los efectos especiales no son ninguna maravilla, pero aunque en un primer momento recuerde inevitablemente a Charmed por tener algunos puntos en común, pronto se desmarca de ésta. El argumento se va complicando en cada episodio, creando así una intriga que consigue que cualquier adepto a esta temática (y quizá alguna persona que no lo sea) se enganche. 


    El primer capítulo me resultó lo suficientemente interesante como para darle una oportunidad, aunque reconozco que tras el segundo y el tercero estuve a punto de abandonarla, ya que en esos dos se repetían las mismas ideas que se habían expuesto en el piloto. Decidí ver hasta el cuarto y, si no mejoraba, olvidarme de ella, pero precisamente ahí es cuando remontó y cada episodio comenzó a parecerme mejor que el anterior.

    No falta el típico triángulo amoroso,
y ésta es la parte donde más flojea, porque prácticamente desde el principio se sabe cómo acabará, pero también hay algunos aspectos de los dos contrincantes por el amor de la chica que causarán sorpresa. Por supuesto, hay un malo malísimo, claro, pero aquí es donde está el punto fuerte de la producción, por lo inesperadas que son muchas de las cuestiones referidas a él y a su entorno.

    Las protagonistas no dan para un análisis psicológico profundo. Esto no quiere decir que sean personajes planos, pero sí un poquito simples y estereotipados. Al final, seguramente todos los espectadores terminen sintiendo simpatía por alguna, ya que aunque no sean excesivamente complejas, son muy diferentes entre sí y, al margen de la brujería, son personas que perfectamente podríamos encontrarnos en la vida cotidiana


    En cuanto a nivel interpretativo, Julia Ormond está muy por encima de los demás actores del reparto, a pesar de que su personaje es el que me ha resultado más insípido. Al resto no lo conocía, pero probablemente a muchos les suene Mädchen Amick
 por su papel en Las chicas Gilmore. Por lo que he visto, la bruja a la que da vida esta actriz, la tía Wendy, es la más popular entre los seguidores, tal vez por ser la más desenfadada y desenvuelta. 


    No puedo evitar dar un dato curioso: ya avanzada la trama, se nombra el mundo de Asgard, y creo que es difícil no sonreír al pensar que tal vez Thor y Loki no anden lejos.

    Como podéis ver, no es una serie trascendental, pero sí amena y de pura evasión, con alguna que otra sorpresa y la promesa de una segunda temporada aún mejor.


Puntuación: 3'5 (sobre 5)

De vuelta a la Isla del Príncipe Eduardo con Emily, la de Luna Nueva

17/02/2014

 La noticia:

    Durante demasiado tiempo los libros de Lucy Maud Montgomery han estado descatalogados en España y quien haya querido disfrutar de las historias de esta magnífica escritora ha tenido que recurrir a bibliotecas o aguantarse sin poder hacerlo. Recientemente, la editorial Toromítico nos dio una tremenda sorpresa y una gran alegría al decidirse a reeditar la saga de Ana, la de Tejas Verdes, que va por su segundo volumen (de ocho). Supongo que Anne ha tenido la acogida que merece y que muchos nos hemos sentido encantados con el mundo de Avonlea y la Isla del Príncipe Eduardo, porque Almuzara ha anunciado que próximamente sacará a la venta ni más ni menos que la saga de Emily.

     Las vivencias de Emily están recogidas en tres libros, que reseñé cuando tuve ocasión de leerlos: Emily, la de Luna Nueva; Emily lejos de casa y Emily triunfa.

     Las portadas que podéis ver en mis reseñas son las antiguas de Salamandra, pero Almuzara ya nos ha enseñado la que tiene preparada para el primer volumen de esta nueva edición. A mí me parece preciosa y muy simpática. ¿Qué opináis vosotros?:


     Esta jovencita es muy diferente de Anne, pero siempre se ha dicho que su personalidad es más cercana a la de la propia escritora, mientras que la soñadora pelirroja es a quien Maud hubiera querido parecerse. Si habéis disfrutado con Anne, no dejéis de darle una oportunidad a Emily.

Pepita Jiménez

13/02/2014

     Esta novela se publicó por primera vez en 1874. Los críticos han señalado que el autor se basó en un caso real, el de doña Dolores Valera y Viaña, acaecido en la localidad cordobesa de Cabra en 1829.
     Cuando llegó a mano de los lectores, la obra no se vio libre de acusaciones que la tachaban de inmoral, pero a pesar de ello la acogida fue excelente, tanto en España como fuera de ella. Muy pronto se tradujo al inglés, al francés, al alemán, al portugués, al italiano y al polaco.
     Actualmente, en España son varias las editoriales que la han publicado: Cátedra (11'30 euros, 360 páginas), Austral (7'95 euros, 224 páginas), Alianza Editorial (9'80 euros, 256 páginas), Debolsillo (8'95 euros, 304 páginas), entre otras.

¿De qué va?: 

     A pocos meses de ser ordenado sacerdote con apenas veintidós años, don Luis de Vargas vuelve de visita a su pueblo, del que había pasado mucho tiempo alejado para estudiar con su tío el Deán. Allí se reencuentra con su padre, don Pedro, cacique del lugar. Éste, con cincuenta y cinco años, se halla totalmente enamorado de Pepita Jiménez, una jovencísima viuda con la que desea casarse. Don Luis, preocupado por la suerte de su padre, trata de analizar qué tipo de mujer es Pepita y si puede ser buena para el cacique. Sin embargo, pronto comienza a admirar los encantos de la muchacha y a intentar controlar la cada vez más poderosa atracción que le empuja hacia ella.


¿Qué opino yo? (Sin destripes):

  Pepita Jiménez es seguramente la obra más conocida de Juan Valera. El tema que trata nos puede parecer hoy por hoy poco novedoso, pero el dominio narrativo del autor, la complejidad psicológica de los personajes, el marco contextual y la evolución misma del argumento otorgan a esta novela un valor incuestionable.

    La realidad rural de la Andalucía de finales del siglo XIX le sirve a Valera para desarrollar unos protagonistas que crecen a lo largo de la narración y que nos permiten ver su evolución interna al mismo tiempo que los cambios que experimentan en relación con el entorno que los rodea. Al igual que hizo en Juanita la Larga, el autor detalla las características y fiestas populares de un pequeño pueblo de la Córdoba de la época, depositando en esta descripción los recuerdos de su infancia y bañándolos con una pátina de idealización, pero sin alejarse de las costumbres auténticas y del día a día de las gentes de entonces


     Con todo, el escenario no deja de ser un elemento pictórico que queda en segundo plano para ceder el lugar principal al análisis de los personajes, especialmente de don Luis de Vargas. Es a él a quien más conocemos y a quien mejor se puede comprender por la exhaustividad con la que Valera expone sus pensamientos y sentimientos. 



          
                                   «Lo que mucho vale, mucho cuesta».                                         



     El libro se divide en tres partes con estilos diferentes. La primera se encuadra dentro del género epistolar.
Está escrita, por tanto, en primera persona, y lo que se recoge en ella son las cartas que don Luis manda a su tío detallándole lo reprobable de los modos de vida de los pueblerinos, la belleza de la naturaleza, el fervor religioso que lo sustenta y sus ideas sobre Pepita Jiménez. 
     
    Las primeras misivas son, quizás, las más arduas de leer, ya que, dejándose llevar por el misticismo y la fe, repite una y otra vez el amor que siente hacia Dios, la admiración que le causa su obra, el deseo de servir a la Iglesia, etcétera. Aquí, de vez en cuando, don Luis hace referencia a Pepita, observándola y analizándola para saber si podría ser buena esposa para su padre y buena madrastra, pero tanto observa y analiza que pronto comenzamos a notar cambios en las cartas. Las palabras centradas en la muchacha son cada vez más abundantes y halagadoras, y así podemos ver cómo, sin darse cuenta, el joven se ve atrapado entre dos deseos, el sacerdocio y una mujer, y no una mujer cualquiera, sino la que pretende su propio padre.

     La segunda parte, titulada Paralipómenos, tiene ya la estructura que suele ser más habitual en las novelas.
Está escrita en tercera persona y es donde mejor se observa el carácter de Pepita, ya que hasta entonces sólo la habíamos conocido a través de los ojos de don Luis. Ella, que en un primer momento parece discreta, tranquila y poco interesada en el romance, se descubre extraordinariamente pasional y con una fuerza arrolladora. El amor de Pepita (no diré si es por don Luis o por otro hombre) es incluso egoísta, porque antepone su necesidad de estar con la persona que quiere a los deseos de ésta.



«Yo amo en usted, no ya sólo el alma, sino el cuerpo, y la sombra del cuerpo, y el reflejo del cuerpo en los espejos y en el agua, y el nombre y el apellido, y la sangre, y todo aquello que le determina como tal...».


     La última parte es la más corta y se compone de fragmentos breves de cartas enviadas por don Pedro (padre de don Luis) al Deán para informarle de las consecuencias derivadas de las decisiones que se han tomado.

   El estilo que emplea el escritor es culto (aunque incluye algún andalucismo, galleguismo y hasta alguna frase en caló), y como ya comenté previamente, puede hacerse un poco cuesta arriba en las primeras cartas. El Paralipómenos y el epílogo final ganan en fluidez, aunque las referencias a leyendas o mitos de la Antigüedad clásica y a figuras bíblicas y literarias son frecuentes a lo largo de las dos primeras partes. Una edición comentada puede ayudarnos a comprender aquellas que no conozcamos.

     La seriedad del aspirante
a sacerdote queda contrarrestada con algunos leves toques de humor que vienen de la mano de la actitud desenfadada de don Pedro o a costa de doña Casilda, tía de don Luis. Incluso este último es objeto de alguna chanza en determinados momentos.

    Hay otros personajes que enriquecen la narración, como el Vicario; Antoñona, representante del vulgo sencillo y de la clase popular baja, y con un papel trascendental para el desarrollo de los acontecimientos; y Currito, primo del protagonista, aunque muy lejos en importancia de los demás.

     ¿Qué hará don Luis? ¿Caerá rendido ante Pepita olvidando todos sus ideales o se entregará finalmente a la Iglesia? ¿Amará ella a otro hombre destrozando el corazón del joven seminarista o se enamorará de él y tratará de arrancarlo de manos del mismísimo Dios? ¿Traicionará don Luis a su padre?



Puntuación: 4 (sobre 5)

Al encuentro de Mr. Banks

06/02/2014


             Título original: Saving Mr. Banks                                         Género: Drama
             País: EE. UU.                                                                             Año de estreno: 2013
             Productora: Walt Disney Pictures                                         Duración: 125' aprox.



¿De qué va?:

     Durante veinte años, Walt Disney (Tom Hanks) intentó sin descanso que la escritora australiana P.L. Travers (Emma Thompson) le cediera los derechos cinematográficos de su primera y más popular novela, Mary Poppins, que finalmente fue llevada a la gran pantalla en 1964. (FILMAFFINITY).



¿Qué opino yo? (Sin destripes):

     Todos conocemos la película de Mary Poppins. Incluso quien no la haya visto ha oído hablar de ella, pero los libros originales de P. L. Travers no gozan de la misma fama. Tal vez esta cinta sea un trampolín para que muchos demos el salto a las novelas, y es que después de verla no se puede evitar la curiosidad por conocer a la auténtica niñera, la que está más allá de la adaptación edulcorada que hizo Walt Disney. 

     Al encuentro de Mr. Banks me ha encantado. Me ha hecho pasar un par de horas estupendas en las que he tenido tiempo para emocionarme, reírme y recordar aquellos días de mi infancia en los que disfruté de la historia de la familia Banks. No obstante, está muy claro de qué estudio cinematográfico proviene. La marca Disney está prácticamente en todas las secuencias, y si la creadora de Mary Poppins levantara la cabeza, seguramente no estaría tan satisfecha con el resultado como yo. 




«Viento del este y niebla gris anuncian que viene lo que ha de venir. No me imagino qué irá a suceder, mas lo que ahora pase ya pasó otra vez».


     El guion pretende que nos termine cayendo bien todo el mundo, hasta la antipática novelista, ya que la película está enfocada a que comprendamos su forma de ser y a que la veamos evolucionar como persona, aunque en algunos aspectos en la vida real dejara mucho que desear. Nos muestran cómo se forma una especie de vínculo amistoso entre la icónica figura de Walt Disney y la de la escritora, y cómo ésta cambia su forma de pensar ante la arrolladora y convincente personalidad del primero. 



     No quiero desvelar nada del final, pero está claro que los guionistas cortan donde le conviene al estudio. A pesar de la extensa duración del largometraje, hubiera preferido que siguiese unos minutos más, ver qué viene después de esa última escena, ya que a mi parecer es un desenlace ambiguo. Con todo, eso no quita valor a la película, y aunque lo que cuenta no sea exacto, sí que es muy aproximado. 




«Le prometo que cada vez que una persona entre en un cine en cualquier parte del mundo, se encontrará con George Banks, lo amará a él y a sus hijos, llorará por sus tribulaciones, se retorcerá las manos cuando pierda su dinero, y cuando vuele la cometa, señorita Travers, disfrutará».


     Me ha gustado muchísimo ver el proceso de creación del film que
se estrenó en 1964 (aunque esto no es un "cómo se hizo") y las exigencias de P. L. Travers, que llevaron a Walt Disney al límite de la exasperación, lo cual es normal si quien tiene los derechos pide, por ejemplo, que no se use el color rojo en pantalla y otras cosas por el estilo. Mis escenas favoritas son aquellas en las que se componen las canciones, y aunque sólo sea por esto, recomiendo verla en versión original. Ha habido una en concreto en la que hasta yo tenía ganas de levantarme de la silla y ponerme a bailar.

     La cinta va alternando dos tiempos, uno presente en el que se desarrollan los encuentros, acuerdos y desacuerdos entre la autora y el director, y otro pasado que nos cuenta la infancia de P. L. Travers, la relación con su familia (destaca la soberbia interpretación de Colin Farrell) y cómo nació Mary Poppins. 


 
     Los flashbacks son frecuentes, aunque a mí personalmente no se me ha hecho pesado este modo de narrar, y todas las partes me han interesado por igual. Eso sí, hay una importante carga dramática presente que hace que tal vez no sea muy adecuada para los niños. Algunas escenas no las comprenderían o podrían afectarles emocionalmente según la edad.  

     Emma Thompson está fantástica. No hace falta decir que es una actriz maravillosa, consigue revestir a su, en ocasiones, odioso personaje de una humanidad que impide que la detestemos por completo. 


     Tom Hanks es quien no me ha gustado tanto en su representación de Disney. No he llegado a ver en él al dueño de Mickey Mouse. No sólo el parecido es nulo, sino que la imagen que yo tenía de Walt en mi mente era diferente, aunque esto es algo totalmente subjetivo. También he notado algunas expresiones muy extrañas en el actor, y no sé si se deben a una alteración de las facciones propias de la edad o es que se ha apuntado a la moda del bótox. Con todo, la interacción con Emma es buena y el resultado es creíble y agradable.

     En resumen, se trata de una película encantadora, con el sello inconfundible de Disney, una banda sonora espléndida y unas actuaciones muy destacables en su mayoría


Puntuación: 4'5 (sobre 5)

El Señor de los Anillos 1. La Comunidad del Anillo

01/02/2014

     J. R. R. Tolkien concibió esta historia como una obra unitaria, pero fue su editor quien lo convenció de que lo más apropiado sería publicarla en tres partes, La Comunidad del Anillo, Las dos torres y El retorno del rey. Ésa es la división que mantiene a día de hoy.
     En España podemos encontrar en las librerías diversas ediciones, tanto de tapa dura como de bolsillo, gracias a Minotauro.

¿De qué va?: 

     Cuando Bilbo Bolsón decide celebrar su centésimo décimo primer cumpleaños, todo cambia en la vida de Frodo. Convertido en heredero de Bolsón Cerrado y de todos los bienes de Bilbo, se descubre propietario de un anillo que puede cambiar la historia de la Tierra Media. El llamado Anillo Único había sido forjado por el señor oscuro, Sauron, a quien le fue arrebatado en una dura batalla.
     El mago Gandalf el Gris pone a Frodo sobre aviso, pues Sauron busca el anillo desesperadamente, ya que en él había depositado parte de su poder. La única opción para evitar que vuelva a sus manos y que la Tierra Media caiga bajo un dominio de terror es destruirlo, pero esto únicamente puede hacerse en el Monte del Destino, el corazón mismo del lugar donde habita Sauron.


¿Qué opino yo? (Sin destripes):

      Podría decir que este libro me apasiona y quedarme corta. La primera vez que lo leí fue un poco antes de que estrenaran la película. Ahora, con algunos años más, me ha parecido un buen momento para una relectura, y he vuelto a enamorarme de la historia como la primera vez. Después de terminar La Comunidad del Anillo me he dado cuenta de lo adulterados que estaban mis recuerdos a causa de la cinta de Peter Jackson. 


     El mundo creado por Tolkien es tan complejo y completo que trasciende cualquier otro marco (que yo conozca) creado para una obra de fantasía. Todas las razas que se mueven por la Tierra Media tienen su propia idiosincrasia, su propio hábitat e, incluso, algunas de ellas, su propia lengua (aparte de la lengua común). Tolkien trabajó para crear un idioma que hiciera más reales y ricas las vidas que salieron de su pluma.

     El Señor de los Anillos es para mí mucho más que una simple novela fantástica; es una historia que parece no querer quedarse encerrada en el papel,
sino hacer vibrar al lector y hacerle sentir que lo que está leyendo bien podría haber sucedido en un mundo remoto y en un tiempo lejano, y que igual que muchas razas se dan la mano, él también puede ser partícipe de eso y acompañarlos en la aventura.

     Esto al menos es lo que siento yo, pero es difícil de explicar si uno no ha leído el libro o si, aun haciéndolo, no ha sido capaz de conectar con lo que se cuenta. 


«Es una historia hermosa, aunque triste, como todas las historias de la Tierra Media, y sin embargo quizá alivie vuestros corazones».


     Yo creo que en esta primera parte de la trilogía no sobra ni una coma. Ninguna frase que haya usado Tolkien aquí es gratuita.
Entiendo que algunos lectores quizás prefieran obras con más partes dialogadas y puedan aburrirse con las descripciones, pero las descripciones de este escritor son de las más fáciles de digerir que me he encontrado en mi vida como lectora, si hablamos de literatura de una cierta calidad. De hecho, fijaos si son fáciles de comprender y accesibles para cualquier lector que la excusa que dieron para no entregarle a Tolkien el Nobel fue que su prosa era pobre, algo con lo que discrepo por completo. Que un texto se pueda comprender bien no significa ni de lejos que se acerque a la pobreza léxica, expresiva o gramatical. 


«Los débiles pueden intentar esta tarea con tantas esperanzas como los fuertes. Sin embargo, así son a menudo los trabajos que mueven las ruedas del mundo. Las manos pequeñas hacen esos trabajos porque es menester hacerlos, mientras los ojos de los grandes se vuelven a otra parte».


     Mi percepción en lo referente a los personajes ha cambiado.
Durante todos estos años mi favorito ha sido Aragorn, de importancia indiscutible en la obra, pero tras esta relectura me he sentido ligeramente decepcionada con él. Se nos quiere presentar como un hombre que ha recorrido el mundo incontables veces y posee por ello gran experiencia y sabiduría, pero en más de una ocasión yerra en sus decisiones poniendo en peligro al resto, desconoce los terrenos por los que transitan o duda en cuanto a qué hacer.

     Probablemente los personajes más redondos, nos caigan mejor o peor, sean Sam y Frodo.
Además, me he reconciliado con Bilbo, al que no le tenía mucho aprecio, y me ha encantado observar cómo se desarrolla la amistad entre Legolas y Gimli, pertenecientes a razas que se despreciaban desde tiempos ancestrales (elfos y enanos). También me ha gustado mucho volver a ver al injustamente olvidado Tom Bombadil, probablemente el más enigmático de los seres que pueblan la Tierra Media.

     Aunque más o menos ya sabía lo que sucedería, en más de una ocasión me he encontrado con el alma en vilo deseando recordar cómo tal o cual personaje superaría una determinada situación. 



     El Señor de los Anillos es un clásico por derecho propio. Pese a lo que pudieran pensar los encargados de entregar el Premio Nobel, los lectores y la crítica posterior hemos dado la razón a Tolkien, y su obra cumbre se ha convertido en un claro ejemplo de que una novela que sume una buena calidad literaria a una historia interesante puede también ser un best-seller, y con toda certeza más duradero que uno que simplemente tenga un argumento medianamente atractivo, una calidad narrativa mediocre y un ritmo rápido para consumir velozmente.


Puntuación: 5 (sobre 5)
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