Maléfica

24/06/2014


                 Título original: Maleficent                                           Género: Fantasía
                 País: EE.UU.                                                                 Año de estreno: 2014
                 Productora: Walt Disney Pictures                                   Duración: 97' aprox.




¿De qué va?:

Es la historia jamás contada de Maléfica, la villana más querida de Disney, la mala de Sleeping Beauty (La Bella Durmiente). La película relata los acontecimientos que endurecieron su corazón y la llevaron a lanzar una maldición sobre la pequeña Aurora. (FILMAFFINITY).


¿Qué opino yo? (Sin destripes):

     Desde que se anunció que se haría una película de Maléfica supe que la iba a ver, pero al mismo tiempo tenía miedo por lo que podrían hacerle a la historia de 1959. Lamentablemente, mis peores temores se han confirmado

    He dudado mucho sobre si hacer o no esta reseña, porque los cambios introducidos me han sentado tan mal que preferiría olvidarme pronto de esta versión, pero he encontrado muchas críticas positivas en la red y he creído conveniente aportar un punto de vista distinto.

    Maléfica es un claro ejemplo de cómo destrozar un clásico. No puedo entrar en detalles para no fastidiar a quien todavía no haya tenido oportunidad de verla, así que trataré de exponer mi opinión sin desvelar nada importante, aunque en esta ocasión es realmente difícil.

 

    Al principio creí que la cinta nos contaría los hechos por todos conocidos desde el punto de vista de la mala, pero no es así en realidad, sino que los elementos más básicos sobre los que se sustentaba la anterior versión de Disney quedan completamente desmontados y pisoteados. No pueden combinarse los dos filmes, es imposible considerarlos complementarios, puesto que se oponen en cuestiones fundamentales. Incluso al final se nos dice explícitamente que la historia no es como nos la habían contado.
   

    ¿Qué pretende Disney con esto? ¿Tirar por tierra una de sus mejores obras?

   La Bella Durmiente es la película de mi infancia. No sé la cantidad de veces que mi padre tuvo que ir al videoclub a alquilármela. No me cansaba nunca de ella, y todavía hoy en día creo que es la que más veces he visto en mi vida (quizás junto a Regreso al futuro). Por eso puedo decir, literalmente, que Maléfica me ha dejado mal.

    No comprendo por qué Disney tiene que modernizar sus clásicos. Son clásicos por algo y es mejor dejarlos en paz. Tampoco entiendo el problema que muchos parecen tener con el príncipe azul de los cuentos de hadas. Estoy cansada de oír que estos cuentos pueden ser nocivos para las mentes infantiles por inculcarles una idea falsa, ya que los príncipes azules no existen. ¿Qué pasa, que las hadas sí? ¿Y los muñecos de nieve que hablan, como en Frozen



    Aquí, Felipe (para mí no es Phillip) apenas aparece, y es un muchachito adolescente más cercano a un ídolo del pop actual que al príncipe que podríamos esperar. Parece tener la misma edad que Aurora, aunque en la versión clásica se viera que es unos años mayor.

    Ella no es que diera mucho de sí en la película canónica, pero veíamos que era bondadosa, dulce, soñadora, amante de la naturaleza, que prefería el amor a la Corona y que colaboraba en las tareas del hogar. En Maléfica parece estar bajo los efectos de alguna sustancia psicotrópica, es la señorita sonrisas y prácticamente todo su diálogo se reduce a “hada madrina”, "qué bonito”, “qué ilusión” y poco más. En serio, no sé qué le pasa.

    Las hadas, Flora, Fauna y Primavera, son ahora Clavelina, Fronda y Violeta. Quedan degradadas a tres mujercillas estúpidas completamente ineptas hasta para la misión que, incomprensiblemente, se les ha encomendado. No tienen ningún carisma y son completamente ridículas

 

    Lo único positivo es la actuación de Angelina Jolie, que está caracterizada a la perfección.

     Desde el punto de vista técnico, los efectos especiales están lo suficientemente bien, y la banda sonora es olvidable.

     Incongruencias hay varias. La primera que vemos, y esto no es spoiler porque se sabe desde el primer minuto, es el propio nombre de Maléfica. No tiene ningún sentido que, dada su personalidad inicial, se llame así, pero claro, la cuestión era rehacer una historia que no lo necesitaba y llenar las salas (y el bolsillo), aunque sea un despropósito. 

 
    No sé si habrá alguien que considere esta cinta transgresora, pero al fin y al cabo no deja de tirar de tópicos: el despecho femenino, el ansia de poder… y la princesa sigue necesitando que la rescaten.



Puntuación: 1 (sobre 5)

Malas noticias sobre A place to call home

16/06/2014

     Llevo unos días en que estoy gafada. Parece mentira, pero después de engancharme a una serie buenísima que merece la pena y tras hacerle una reseña con todo el entusiasmo posible, me vengo a enterar apenas pasadas unas horas de la publicación de la crítica que la cadena ha decidido no renovarla para una tercera temporada. Lo peor es que parece que, según el rumbo que están tomando los actuales episodios en emisión, la segunda temporada no tendrá un final cerrado.

     No soy la única que se ha llevado las manos a la cabeza con la noticia. Muchos fans no conciben cómo una serie de esta calidad va a ser retirada de la parrilla, con la peor excusa que he visto en mi vida, que sólo la siguen personas mayores de 55 años, lo cual es totalmente falso.

     Pero no todo está perdido, y si esta producción os llama la atención, podéis dar vuestro apoyo para que continúen rodándola y le den un final digno. Os dejo el enlace (porfa, firmad):

A place to call home (temporada 1)

16/06/2014


                        Estreno: 2013                                                             Género: Drama
                        Cadena: Seven Network                                           Episodios: 13
                                                     Duración por episodio: 45' aprox.

 
¿De qué va?:

     En 1953, después de pasar muchos años alejada de su tierra natal, Sarah Adams se embarca rumbo a su hogar por motivos personales. Durante la travesía conoce a la familia Bligh y entabla relación con ellos tras tener que ejercer su trabajo como enfermera con la matriarca, Elizabeth. Sin desearlo, Sarah es testigo de un hecho que el buen nombre de los Bligh exige mantener en el más absoluto secreto. Esto, sumado al cuidado con que Sarah oculta su propio pasado, provoca en Elizabeth un total rechazo hacia ella. Sin embargo, su hijo, George, y su médico, Jack, no piensan de la misma manera.



¿Qué opino yo? (Sin destripes):

     No tenía previsto hacer esta reseña para hoy; de hecho, tenía medio preparada la crítica de Maléfica (que ya adelanto que no me ha gustado nada), pero me he quedado tan encantada con esta serie que he preferido darle prioridad. Vaya, que tengo ganas de compartir con vosotros lo mucho que me ha enganchado.

     Con todas las producciones que he abandonado y las que están de descanso, me había quedado sin nada que ver. No es que tenga mucho tiempo ahora mismo, pero siempre disfruto regalándome algunos momentos de relax a través de las series, el cine o la lectura.


     Así, buscando algo que me pudiese entretener, encontré este título, del que nunca había oído hablar. El argumento me atrapó, por lo que le di una oportunidad. Es la primera serie australiana que veo, y creo que no será la última. Está tan cuidada en todos los aspectos que es difícil que no guste a todos los seguidores de las historias de época (aunque aquí estamos ya en los años 50). Pero no sólo está enfocada a los amantes de ese tipo de producciones, sino a cualquier espectador que disfrute con un buen melodrama.

     El contexto histórico es el primer punto que me pareció interesante a la hora de empezar a verla: los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Eso deja adivinar que los protagonistas, o algunos de ellos, estarán afectados por las consecuencias lógicas de un desastre de esa magnitud. Efectivamente, todos tienen su carga psicológica, algunos a causa de la guerra y otros, por diferentes motivos. Me ha impresionado lo mucho que se ha cuidado a cada personaje. Absolutamente todos tienen sus conflictos, sus demonios internos y su manera de lidiar con ellos, a veces equivocándose, a veces negándolos y a veces tratando de escapar de sí mismos. Inclusos los que podríamos decir que son malos no lo son porque sí; tienen sus motivaciones para hacer lo que hacen.


     Sarah, la protagonista principal, es ya una mujer madura, muy fuerte, inteligente y que sabe buscarse la vida por sí misma. Es obvio que guarda algo que no quiere que nadie sepa. Su papel es fabuloso: no tiene nada que ver con una damisela en apuros que necesite ser rescatada. Por supuesto, no es perfecta, y hay quien intenta hacerle la vida
imposible, pero no es de las que se dejan abatir. Es luchadora y tenaz, aunque con un enorme peso en su corazón. La verdad sea dicha, prácticamente todas las mujeres que aparecen en esta serie son muy fuertes.

     Algo que también me ha encantado es que los protagonistas leen. A Sarah la vemos, por ejemplo, con una obra de García Lorca, aunque la más lectora es Anna, una joven que también esconde algo. Ella aparece con un ejemplar de El amante de Lady Chatterley y haciendo mención a Jane Eyre.


    La trama aborda temas muy delicados, como las secuelas psicológicas por la guerra, las relaciones entre clases, las diferencias religiosas, el maltrato a la mujer y la dependencia hacia el maltratador y la homosexualidad. Este último tema está expuesto con mucho cuidado y creo que es imposible que alguien pueda ofenderse. Más bien al contrario. Es difícil ver lo que sucede sin comprender el daño que pueden causar el sometimiento a algunas convenciones sociales, el miedo a estar estigmatizado y el dolor de tener que rechazarse a sí mismo. Algunas escenas finales ponen los vellos de punta. Todo está tan bien enfocado que lo que importa no es sólo esa persona en sí misma, sino todos y cada uno de los que la rodean, porque es algo que afecta de muy distinta manera a su entorno.


     Ése es sólo un tema de los muchos que se ponen sobre la mesa, porque, como digo, cada personaje tiene sus conflictos, a veces en relación con los de otros y a veces de forma aislada.

     El contexto espacial es algo que también quiero destacar. Prácticamente toda la historia se desarrolla en tierras australianas, concretamente en un pueblo denominado Inverness. Es un lugar en el que los cotilleos están a la orden del día, todo el mundo se conoce y, por tanto, los misterios que deben permanecer ocultos exigen un gran esfuerzo por parte de quienes los poseen. En cierta forma no deja de recordarme a otras poblaciones famosas (aunque ficticias) vistas en televisión, como Stars Hollow (Las chicas Gilmore) y Bluebell (Doctora en Alabama).

     Aunque no soy una experta, ni mucho menos, en la moda y la ambientación de los años 50, creo que las casas, el mobiliario, los coches, el vestuario y los peinados nos introducen por completo en esa época. El guion mismo es impecable.
 

     En suma, se trata de una producción seria con elementos melodramáticos, pero que no cae en la exageración o el patetismo huero. Es un reflejo de los modos de vida de personas de distinta clase y condición atrapadas en unas determinadas circunstancias a las que deben hacer frente en una época y un lugar que no perdonan ciertas cuestiones. Los protagonistas son creíbles, redondos, realistas, y todos tienen algo que contar, alguna lucha que librar.

     Éste ha sido mi segundo gran descubrimiento televisivo del año, así que os animo a darle una oportunidad. Y por si con todo lo dicho no os he convencido, os dejo un vídeo para que os hagáis una idea mejor de cómo es:



Puntuación: 4'5 (sobre 5)

Textos destacados: Libro de buen amor

10/06/2014

     Hoy inauguro una nueva sección en el blog. Después de hacer mil pruebas no he conseguido añadir una pestaña sin descofigurar las que ya tenía, así que estas nuevas entradas llevarán simplemente su correspondiente etiqueta, que podréis ver en el margen derecho junto con las demás. 
    
    Lo que voy a hacer, no sé con qué asiduidad, es ir recopilando textos de diferentes libros que, por un motivo u otro, me llamen la atención y que me parezcan insteresantes para compartirlos con vosotros. 

     Quiero empezar con unos fragmentos del Libro de buen amor, obra del siglo XIV, pero en español actual, para que no haya problemas. Esto es lo que su autor, el Arcipreste de Hita, escribía sobre cómo debía ser la mujer ideal. 


Coplas 431 a 435:

Busca mujer hermosa, atractiva y lozana,
que no sea muy alta pero tampoco enana;
si pudieras, no quieras amar mujer villana,
pues de amor nada sabe, palurda y chabacana.


Busca mujer esbelta, de cabeza pequeña,
cabellos amarillos no teñidos de alheña;
las cejas apartadas, largas, altas, en peña;
ancheta de caderas, ésta es talla de dueña.


Ojos grandes, hermosos, expresivos, lucientes
y con largas pestañas, bien claras y rientes;
las orejas pequeñas, delgadas; para mientes (fíjate)
si tiene el cuello alto, así gusta a las gentes. 


La nariz afilada, los dientes menudillos,
iguales y bien blancos, un poco apartadillos,
las encías bermejas, los dientes agudillos,
los labios de su boca bermejos, angostillos.


La su boca pequeña, así, de buena guisa
su cara sea blanca, sin vello, clara y lisa,
conviene que la veas primero sin camisa
pues la forma del cuerpo te dirá: ¡esto aguisa! 



Coplas 446 a 448:

En la cama muy loca, en la casa muy cuerda;
no olvides tal mujer, su ventajas acuerda.
Esto que te aconsejo con Ovidio concuerda,
y para ello hace falta mensajera no lerda.


Hay tres cosas que tengo miedo de descubrir,
son faltas muy ocultas, de indiscreto decir:
de ellas, muy pocas mujeres pueden con bien salir,
cuando yo las mencione se echarán a reír.


Guárdate bien que no sea vellosa ni barbuda
¡el demonio se lleve a la pecosa velluda!
Si tiene mano chica, delgada o voz aguda,
a tal mujer el hombre de buen seso la muda.
 


     Un poco exigente, ¿no? ¿Qué os parece?

Los tres mosqueteros

05/06/2014

     Esta novela de Alexandre Dumas se publicó inicialmente en forma de folletín entre marzo y julio de 1844. Ese mismo año fue recopilada en un único volumen por la editorial Baudry. Tiene dos continuaciones, Veinte años después y El vizconde de Bragelonne.   
     Hoy en día, en España existen muchas ediciones a distintos precios. En 2013, Debolsillo publicó una con 776 páginas por 8'95 euros. También en 2013 Alianza lanzó la suya, con 880 páginas, por 13'50 euros. Otras ediciones son las de Cátedra, que contiene los dos primeros títulos por 30'60 euros, y la de Edhasa, que también incluye esos dos títulos y cuesta 14 euros.

     Se han hecho muchas adaptaciones cinematográficas y televisivas, pero ninguna puede compararse con el original de Dumas.

¿De qué va?:

     Durante el reinado de Luis XIII, D'Artagnan, un gascón valiente y astuto, se dirige hacia París. En su camino se topa con tres mosqueteros del Rey: Athos, Porthos y Aramis. Aunque su primer encuentro no comienza con buen pie, pronto se ve luchando a su lado contra los soldados de Richelieu y poniéndose al servicio de la reina Ana de Austria, víctima de una conspiración.


¿Qué opino yo? (Sin destripes):
 
    Ésta no es una lectura reciente, hace ya varios años que disfruté de ella, pero me gustaría leer pronto la continuación, Veinte años después, y he creído adecuado compartir con vosotros lo que me pareció este primer libro antes de leer y reseñar el otro.

   Siempre he sido una fan declarada de los mosqueteros, incluso antes de leer la novela. Por supuesto, después de hacerlo lo soy mucho más, aunque no tanto de Dumas,
y es que me marcó enterarme de que había llegado a tener un taller entero de negros, gracias a lo cual pudo llegar a publicar varios libros al año y ganar anualmente unos doscientos mil francos. Tampoco quiero ser injusta, sus “colaboradores” (hasta setenta y tres) hacían lo que puede considerarse el esqueleto de la obra y Dumas lo revestía dándole su toque personal gracias a su talento. Si alguien se da una vuelta por París y siente curiosidad, el centro de trabajo de Dumas y sus ayudantes se encontraba en la Rue de Richelieu. 


     La fama de esta novela está bien ganada, porque todo en ella funciona a la perfección. El argumento ya de por sí es bastante bueno, como el contexto en que se desarrolla, pero lo que más destacaría yo es el carisma de los personajes. Tanto es así que todo el mundo, incluso quien no ha leído el libro, conoce a los mosqueteros. Todos hemos visto u oído algo de ellos que trasciende el escrito de Dumas (y de Auguste Maquet, principal colaborador). 


    No sé si a otros lectores les pasa como a mí, que soy incapaz de elegir un favorito entre D’Artagnan, Athos, Aramis y Porthos. Para mí, funcionan como un todo, como un conjunto unitario, y si faltara alguno de ellos, la historia cojearía. Con todo, cada uno tiene una personalidad propia y bien diferenciada, además de algo que aportar a la narración.

   Juntos protagonizan algunos momentos muy divertidos, incluso cargados de humor, y otros con gran intriga. Pendencieros, bravucones, algo pícaros y, sobre todo, con un gran sentido de la lealtad, es inevitable encariñarse con ellos. Con el que más me disgusté fue con D’Artagnan por cierto asuntillo de faldas, pero dejémoslo ahí. 



«¿Dónde encontráis un amor semejante al mío, un amor que ni el tiempo, ni la ausencia, ni la desesperación pueden apagar, un amor que se contenta con una cinta extraviada, con una mirada perdida, con una palabra escapada?».


       Los antagonistas están a la altura de los cuatro compañeros, y éste es uno de esos libros
 en los que son tan principales como ellos. Milady de Winter es, con toda seguridad, una de las villanas más conocidas de la literatura. Es el prototipo por excelencia de femme fatale: inteligente, atractiva, misteriosa y, por supuesto, malvada, una trampa irresistible para muchos hombres, como podemos comprobar en la novela. Recuerdo que incluso un profesor de mi Facultad reconoció ante toda la clase que se había pasado años enamorado de ella.

   Tan famoso como ella, o casi, es el cardenal Richelieu, ambicioso y conspirador, y que, además, fue una figura histórica real. 

    La primera mitad, con el viaje de D’Artagnan a París, su encuentro con los mosqueteros, las escaramuzas iniciales y la aventura que deben emprender por la reina, es en mi opinión la parte más amena.

     La segunda mitad pierde un poco de ritmo, pero sigue cumpliendo su función como excelente historia de aventuras. Dumas sabía bien cómo tenía que enfocar sus escritos para captar el interés de los lectores. En este caso, el autor nos ofrece buena dosis de acción, venganzas personales, odios, traiciones, lances amorosos, amistades sólidas…

     Los tres mosqueteros es puro folletín: con un estilo fluido y sencillo, no tiene otra pretensión que divertir al que lo lea, y lo consigue con creces. Logra que nos evadamos de la realidad que nos rodea para meternos de lleno en una historia muy dinámica en la que los duelos y peligros están a la orden del día

     Con los protagonistas vamos conociendo el París del siglo XVII, muy diferente del actual, no sólo en organización social y política, sino también desde el punto de vista arquitectónico, aunque aún hoy algunos rincones pueden conocerse. Por ejemplo, en la obra D’Artagnan vivía en la Rue des Fossoyeurs, actual Rue Servandoni; Athos, en la Rue Férou; Aramis, en la Rue de Vaugirard; Porthos, en la Rue du Vieux Colombier (hoy, Rue Saint-Sulpice); y el capitán Treville, en la Rue Tournon.

     No es mi libro preferido de Dumas (ese lugar lo ocupa El conde de Montecristo), pero me encanta, y creo que es un título que todo el mundo debería leer al menos una vez en la vida.

Puntuación: 4'5 (sobre 5)
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