Fablehaven (saga completa)

30/03/2019



    Esta saga está compuesta por cinco libros, cuyos títulos, en orden, son los que siguen:

1) Fablehaven
2) La ascensión del Lucero de la Tarde
3) La plaga de la sombra
4) Los secretos de la reserva de dragones
5) Las llaves de la prisión de los demonios 

    Comenzó a publicarse en el año 2006 y concluyó en 2010. En España ha tenido dos ediciones distintas, ambas de la mano de la editorial Roca: la primera de ellas, en tapa dura (20 € cada volumen), y la segunda, en tapa blanda (12,95 € cada tomo).

¿De qué va?: 

    Los padres de Kendra y Seth Sorenson planean un viaje a solas, por lo que los dos adolescentes deben pasar las vacaciones con el abuelo Sorenson en la apartada reserva en la que habita, Fablehaven. Sin embargo, pese a la aparente tranquilidad del lugar, los jóvenes deben seguir a rajatabla una serie de reglas extrañas. La curiosidad y la casualidad los lleva a descubrir que, en realidad, Fablehaven es un lugar mágico lleno de criaturas peligrosas que tienen mucho que ver con la misteriosa desaparición de su abuela. Sin quererlo, los dos hermanos se ven lanzados al tablero en el que una misteriosa sociedad juega para lograr la caída de Fablehaven y un mundo plagado de demonios.



¿Qué opino yo? (Sin destripes):

    Recuerdo la emoción que sentí de niña cuando Lucy Pevensie se escondió en un armario y de repente se encontró en un nuevo, mágico y peligroso mundo llamado Narnia. Observo la admiración de otros lectores por ese niño con gafas criado por muggles y elegido para cumplir un importante destino en una escuela de magos. Viajo a mi adolescencia para verme intrigada ante la variedad de paisajes y razas que pueblan la Tierra Media. Hoy mezclo todo eso y extraigo como resultado todo lo que he sentido con la saga Fablehaven

    Ante la el goteo incesante de novedades editoriales, muchas de ellas clasificadas como “literatura juvenil” (como si eso fuera un subgénero independiente, craso error), Fablehaven ha pasado desapercibida en España. Poco se conoce, por desgracia, y difícilmente me explico los motivos. Tal vez haya quien ha querido darle una oportunidad y se ha encontrado con un primer libro más bien flojo, lento, introductorio, y unos personajes con poco gancho, por lo que puede haber perdido el entusiasmo y ha preferido no seguir adentrándose en los misterios cada vez mayores y complejos de la reserva mágica de Fablehaven. 


    «Las personas inteligentes aprenden de sus errores, pero las inteligentes de verdad aprenden de los errores de otros».


    Yo leí el primero y, aunque no me aburrió, no me incitó a continuar acto seguido los volúmenes restantes. En el inicio de la saga empecé a conocer un ambiente curioso con algunos toques de intriga, pero la acción transcurre despacio, el tono es infantil y la prosa, inmadura. Además, no hay tiempo para descubrir personajes carismáticos. A eso se suma que el punto álgido tarda en llegar y el conflicto se soluciona, quizá, demasiado fácilmente. Claro que ningún libro de los que componen la saga resulta autoconclusivo y, cuando, unos meses después, comencé el segundo, ya no pude parar.

    Lo que había leído sólo era un esbozo, un mero chiste comparado con lo que estaba por venir. Todo lo que supone el universo de Fablehaven se amplía a partir de entonces hasta límites insospechados. Olvidaos de los protagonistas adolescentes que forman parte de una profecía, por torpes que puedan parecer, o de esos otros que son elegidos para una gran misión por sus dones especiales. Tampoco son de esos chicos normales que acaban descubriendo de pronto que llevan dormido en su interior un único y gran poder. Los hermanos Kendra y Seth Sorenson van creciendo como personajes poco a poco, se desarrollan conforme suceden los hechos. A veces son capaces de adaptarse y otras, casi se ven superados por ellos. Su evolución es natural y su maduración como personas y como personajes se produce de forma creíble y lógica. Es su propia forma de ser la que los ayuda o los entorpece, y cualquier don sobrevenido les llega por su tesón y sus acciones, y no simplemente porque por ser ellos sean especiales, como a veces sucede en la fantasía juvenil. Son tan vulnerables como lo seríamos cualquiera de nosotros en su situación.



    «¿Os dais cuenta del poder que tienen los sentimientos para distorsionar vuestra interpretación de la realidad? Eso hace pensar si de verdad has tenido un mal día o si tú mismo has hecho que pareciese un mal día».


    Kendra empezó siendo mi favorita en el primer libro. En algunos aspectos empaticé mucho con ella y me sentí identificada. Sin embargo, Seth se me atragantó. Pensé que, como en las Crónicas de Narnia, siempre tiene que haber un niño tonto que vaya provocando líos. Sin embargo, a partir del segundo libro, me quedé completamente enganchada a los capítulos protagonizados por el menor de los hermanos Sorenson. Seth, sin abandonar por completo su forma de ser, comienza un proceso de crecimiento que va unido a la temeridad, el valor, la independencia, la rebeldía y la libertad. Finalmente resulta mucho más redondo de lo que llega a ser su hermana, cuyas características predominantes son siempre la prudencia, la responsabilidad y un firme sentido del bien y del mal. 

    El mundo mágico creado por Brandon Mull es inmenso. A algunas criaturas ya las conocemos por formar parte del folclore popular, pero muchas otras han salido de la mente del autor y no sabría decir cuál es más asombrosa. Además, Mull le confiere unos rasgos característicos a cada raza o especie y los seres que vamos conociendo permanecen fieles a ellos. Pese a las sorpresas y a que cada uno tiene su carácter particular, me ha encantado cómo se tejen las distintas idiosincrasias y cómo los entes fantásticos son perfectamente reconocibles por las costumbres, lenguaje y tradiciones de los suyos. Todo esto da lugar a interacciones muy curiosas y alianzas inevitables, como también a inoportunos y peligrosos enfrentamientos. 

    Son muchos los secundarios que desfilan por las páginas, y no sólo humanos. Todos ellos tienen algo que aportar. 
 

    «Una incursión ocasional por alguna emoción negativa hace que sentirse normal resulte mucho más dulce».


    Pese al empeño de algunas criaturas y humanos por mantener un mundo ordenado en el que coexistan dentro de unos límites todas las entidades vivientes, cada libro va complicándose más y más, de manera que a nuestros protagonistas les estalla todo en las manos y no saben en quién confiar y en quién no, puesto que las traiciones y los engaños, insospechados para ellos y para nosotros, acaban estando a la orden del día. La trama va ganando complejidad y dramatismo libro tras libro y el ritmo es más trepidante

    El estilo tras el primer libro continúa siendo sencillo y asequible para cualquier lector, pero se nota mayor esmero en la prosa, un vocabulario más amplio y selecto y una sintaxis más elaborada. Los pequeños detalles comienzan a tener un poco más de relevancia y las descripciones, sin ser largas y abrumadoras, alcanzan algo más de peso. 

    Me vais a permitir un pequeño e intrascendente destripe: el amor, tan predominante en muchas sagas juveniles, es un elemento irrelevante, casi inexistente, en esta. No obstante, Brandon Mull crea una historia tan adictiva que no lo he necesitado para sentir que es redonda. 

   Con esta saga he recuperado la fe en la literatura actual protagonizada por adolescentes. No la llamaré saga juvenil, ya que hay dejarse llevar menos por las etiquetas, puesto que los libros no tienen edad y los lectores, cuando nos sumergimos en ellos, podemos jugar con la nuestra como nos plazca


Puntuación: 4,5 (sobre 5)
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