Los mundos de Chrestomanci (1). Una vida mágica

06/12/2015
     Los mundos de Chrestomanci es una saga escrita por Diana Wynne Jones entre 1977 y 2006. Supone un conjunto de siete libros, de los cuales el primero es Una vida mágica. En España, los cuatro títulos que dan inicio a la colección fueron editados por SM en 2002 y rápidamente descatalogados.
     En 2015, la editorial Anaya volvió a publicar el primero. Esta edición está a la venta por 8'90 euros y consta de 265 páginas.

¿De qué va?: 

     Tras la muerte de sus padres, Eric (más conocido como Gato) vive a la sombra de su arrogante hermana Gwendolen, cuyos poderes mágicos todos admiran. Su vida transcurre apaciblemente bajo la tutela de una bruja mediocre, hasta que los dos hermanos son enviados al castillo del poderosísimo mago Chrestomanci. Sin embargo, la vida con el mago y su familia no será lo que ninguno de los dos esperaba... (Sinopsis de la editorial).


¿Qué opino yo? (Sin destripes):

     Diana Wynne Jones es la autora de uno de mis libros favoritos, El Castillo Ambulante y, además, fue alumna nada menos que de Tolkien. Desde que me enamoré de esa magnífica novela leo todo lo que cae en mis manos de esta escritora, aunque hasta ahora ninguna obra suya me había enganchado tanto como aquella. 

   Llevaba mucho tiempo queriendo leer la saga de Chrestomanci, pero en España sólo publicaron los cuatro primeros libros y, para colmo, cuando quise hacerme con ellos, ya estaban descatalogados, así que imaginad mi alegría cuando Anaya sacó de nuevo el primero.

     Las páginas se me han pasado volando y la novela se ha terminado casi sin que me diera cuenta. He vivido unos días maravillosos absorbida por la historia de Gato, Gwendolen, Chrestomanci, su castillo, su jardín y mucho más. Es una obra en la que la magia rebosa por todas partes y en la que nunca sabemos qué va a pasar. Se desarrolla en un universo en el que la existencia y uso de la magia es algo completamente natural, lo que trae consigo peligros que los personajes deben afrontar.


     Los libros de Diana tienen un problema, si es que esto puede considerarse como tal, y es que suelen empezar de forma lenta para ir cogiendo ritmo hacia la mitad y dar un giro asombroso casi al final. Eso puede hacer que algunas personas abandonen antes de tiempo, pero craso error. Cuando uno sigue leyendo, es inevitable acabar atrapado por sus tramas y sus personajes. En esta ocasión, igual que me pasó con Howl, he sentido mucha curiosidad por Chrestomanci, que no es el protagonista, pese a todo, pero para mí ha resultado el más interesante de esta historia.
    
    Un adjetivo que se le puede aplicar a este título es el de "imprevisible". Aunque me imaginaba ciertas cosas, la autora ha conseguido sorprenderme. Suceden hechos que no esperaba y queda claro que la imaginación de Diana es absolutamente desbordante.

     Aunque a priori parezca una lectura infantil, es perfectamente capaz de cautivar a un adulto, no sólo por el interés que despiertan los propios acontecimientos, sino porque, leyendo entre líneas, observamos temas que se comprenden mejor con una edad más avanzada, y es que en el mundo fantástico de Chrestomanci hay lugar para el odio, la traición, el egoísmo y algo que me ha llamado mucho la atención, el cainismo. Por supuesto, también hay sentimientos y cualidades positivos.

     El estilo es muy, muy sencillo, de manera que todo tipo de público puede acercarse a Una vida mágica sin temor (y sin diccionario).

  Los protagonistas son niños, Gato y su hermana Gwendolen, que es uno de los personajes más insufribles que me he encontrado en mucho tiempo, pero ella está diseñada así aposta y conforme vamos avanzando nos damos cuenta del porqué. Con Gato, en cambio, es muy fácil sentir afinidad y empatía, aunque a veces den ganas de darle un buen tirón de orejas por determinados errores que comete. La narración empieza a ganar puntos con la aparición de Janet, de quien no diré nada para que la descubra libremente quien aún no se haya acercado a esta obra.



    Los secundarios son de lo más variopinto. Tenemos brujas, hechiceros, encantadores, usureros y hasta algún dragón. Lo que me da pena es que, terminada la última página, ya no sepamos nada más de los que hemos conocido, puesto que, aunque la saga continúa en seis volúmenes, los personajes son diferentes. El lado bueno de esto es que no debemos tener miedo si la editorial decide no seguir con la publicación, ya que, al menos en el primer libro, el final es un final en condiciones. No obstante, tengo fe en que Anaya nos permita seguir deleitándonos con Los mundos de Chrestomanci.
 

Puntuación: 4'5 (sobre 5)
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