Réquiem por un campesino español

09/12/2013

     Esta novela corta de Ramón J. Sender apareció por primera vez en México en 1953, mientras el autor español se encontraba en el exilio. El título que recibió en un principio fue Mosén Millán, pero en 1960 se cambió por el actual. El periódico El Mundo la incluyó entre las cien mejores novelas en español del siglo XX. Actualmente la editorial Austral tiene a la venta en España una edición con 160 páginas por 6'95 euros.
     En 1985 fue llevada al cine por Francesc Betriu, y fue una de los primeras películas de Antonio Banderas.

¿De qué va?:

     Réquiem por un campesino español recoge un dramático episodio de la guerra civil en un pueblecito aragonés. Mosén Millán, el párroco de la localidad, se dispone a ofrecer una misa en sufragio por el alma de un joven al que había querido como a un hijo, Paco el del Molino. Mientras aguarda a los asistentes, el cura reconstruye los hechos. La narración sobrecoge por su ajustado realismo, por la eficacia de sus símbolos y por el profundo conocimiento de los mecanismos de la conciencia.


¿Qué opino yo? (Sin destripes):

     Este libro es la prueba fehaciente de que no es necesario escribir mil páginas para contar de forma impecable una historia sobrecogedora. De manera concisa y clara, Ramón J. Sender nos conduce por la vida de Paco narrándonos los hechos más destacables de su existencia a través de los recuerdos de Mosén Millán.

     Desde el principio sabemos que Paco está muerto, pero esto no supone nada para el lector en un primer momento, ya que este personaje nos es totalmente desconocido, es sólo un nombre en un papel. Sin embargo, rápidamente, sin digresiones innecesarias, se nos comienza a sumergir en una espiral de sucesos, algunos envueltos en un halo sentimental, porque al ser el párroco quien rememora la vida de Paco, es inevitable que sus propios sentimientos se manifiesten al acordarse de cada hecho. De ese modo conocemos tanto a Mosén como a Paco.

     Al mismo tiempo, un monaguillo va recitando un romance que se compuso tras la muerte de Paco y en el que se recogen sus desdichas. Sin embargo, lo va haciendo poco a poco, desgranándolo y recordando versos de vez en cuando, de manera que se alternan con la narración. A veces esto da lugar a que se sucedan fragmentos opuestos que causan un mayor impacto dramático. Sucede así, por ejemplo, cuando Mosén Millán rememora el bautizo de Paco mientras el monaguillo canturrea unos versos sobre su fusilamiento.

     Además de los personajes ya mencionados aparecen otros como don Valeriano, don Gumersindo y don Cástulo, pertenecientes a las familias pudientes del pueblo. Ellos son la mejor encarnación de la vileza y la hipocresía patentes y protagonizan junto con el párroco un final desgarrador.

     Entre los pueblerinos que destacan están los padres de Paco, Jerónima, presente también en la vida de Paco desde su comienzo, y el zapatero, del que nunca se menciona el nombre, pero que recorre las calles del pueblo con sus peculiaridades.

     El propio carasol, un lugar a las afueras de la localidad, se convierte en un espejo de la situación que viven los habitantes de la zona. En un primer momento es fuente de chismes, cotilleos, coqueteos y risas, pero los distintos estadios por los que pasa muestran la capacidad de destrucción del ser humano.

     El mayor delito de Paco es rechazar la injusticia social. Todo se desencadena cuando aún es un niño, tras una visita que realiza con Mosén Millán a un enfermo para darle la extremaunción. La pobreza y aislamiento en los que viven el moribundo y su esposa despiertan en el chiquillo una conciencia de lo que está bien y lo que está mal y lo persiguen durante toda su existencia para convertirlo en el hombre que será.

     Ramón J. Sender emplea un lenguaje sencillo, ya que no pretende crear una obra erudita, sino una que toque el alma humana, que refleje el dolor de una guerra. Lo hace a un nivel local, situando la acción en un pequeño pueblo y presentándonos a unos pocos personajes que bien podrían haber sido reales.

     Es cierto que esta novela corta me gustó más la primera vez que la leí, pero eso tal vez se deba a que es bastante triste y quizás éste no era el momento más adecuado para una relectura. Con todo, es un libro muy recomendable, especialmente para todos aquellos que estén interesados en la Guerra Civil Española. Si lo habéis leído, ¿qué pensáis del papel del cura? ¿Es víctima o verdugo?

Puntuación: 4 (sobre 5)
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