¿De qué va?:
Ha transcurrido un año desde que John Moray y Denise Lovett se declarasen su amor. Ahora él se encuentra en París, mientras ella continúa trabajando en El Paraíso, una tienda que ya no pertenece al empresario, sino a Katherine, la antigua prometida de Moray, y a su marido. Tras su regreso al país, Moray vuelve a los grandes almacenes, pero esta vez como empleado, y dispuesto a recuperar su antigua posesión cueste lo que cueste, pero las circunstancias hacen que su romance con Denise se complique cada vez más.
¿Qué opino yo? (Sin destripes):
Lamento muchísimo tener que decir que esta temporada ha supuesto para mí una enorme decepción. Si leísteis mi reseña de la temporada anterior, veríais que la valoré muy positivamente. The Paradise me deslumbró, y he pasado un año deseando que volviese a emitirse. Pues bien, no tiene nada que ver lo que se nos ha ofrecido con lo que ya habíamos visto.
Ya sabíamos que la novela de Zola no se seguiría para elaborar las nuevas tramas, porque lo que plantea el autor francés en su obra ya se usó para la primera temporada (muy libremente, eso sí). Todo el argumento actual es absolutamente original, cien por cien idea de los guionistas. Sin embargo, tenía la esperanza de que se mantuviera la misma calidad, sobre todo después de aquel final tan maravilloso, pero no ha sido así.
Ya sabíamos que la novela de Zola no se seguiría para elaborar las nuevas tramas, porque lo que plantea el autor francés en su obra ya se usó para la primera temporada (muy libremente, eso sí). Todo el argumento actual es absolutamente original, cien por cien idea de los guionistas. Sin embargo, tenía la esperanza de que se mantuviera la misma calidad, sobre todo después de aquel final tan maravilloso, pero no ha sido así.
Los nuevos episodios han estado centrados en los lamentos de Moray por haber perdido El Paraíso y en sus intrigas para recuperarlo, y también se ha querido mostrar que Denise es su igual en todos los aspectos; incluso se han dado pinceladas para hacernos entender que es superior a él. Sin embargo, aunque ella siga teniendo buenas ideas para los negocios, poco tiene que esforzarse para conseguir lo que quiere. Parece que la suerte le trae todo lo que desea, poniéndole por delante a las personas más idóneas para darle lo que necesita, sin que tenga que hacer nada especial. Ojalá en la vida real las cosas fueran tan sencillas.
Denise se ha convertido en un personaje totalmente plano, movido especialmente por la ambición y con un grado exagerado de insulsez. Ni siquiera me ha convencido su amor por Moray. Está muy bien que ella quiera demostrarle lo que puede hacer, pero parece que se lo ha tomado como una especie de competición en la que tiene que ganar a toda costa. Esos diálogos breves pero cargados de sentido que mantenían en la primera temporada no existen ya, y mucho menos el intercambio de miradas que nos mostraban cómo iban evolucionando y cómo crecía su complicidad.
Denise se ha convertido en un personaje totalmente plano, movido especialmente por la ambición y con un grado exagerado de insulsez. Ni siquiera me ha convencido su amor por Moray. Está muy bien que ella quiera demostrarle lo que puede hacer, pero parece que se lo ha tomado como una especie de competición en la que tiene que ganar a toda costa. Esos diálogos breves pero cargados de sentido que mantenían en la primera temporada no existen ya, y mucho menos el intercambio de miradas que nos mostraban cómo iban evolucionando y cómo crecía su complicidad.
Las conversaciones que ahora mantienen son mucho más vacuas, y, aunque es cierto que en un primer momento Moray infravalora sus capacidades (algo que luego cambia), parece que ella tiene que ser siempre mejor en todo: en la forma de hacer negocios y hasta en la forma de amar. A Denise no le sirven ciertas actitudes de él, pero en lugar de dialogar para hacerle comprender que se equivoca, prefiere competir o incluso alejarse de él hasta que sea él quien cambie para adaptarse a las exigencias de ella.
Por su parte, Moray es un hombre diferente. En un principio lo vemos felizmente enamorado (de hecho, a veces hay excesivas dosis de azúcar), pero, poco a poco, comienza a hundirse y a emplear métodos poco ortodoxos para recuperar la tienda. Poco hay del empresario inteligente que levantó El Paraíso de la nada.
Por su parte, Moray es un hombre diferente. En un principio lo vemos felizmente enamorado (de hecho, a veces hay excesivas dosis de azúcar), pero, poco a poco, comienza a hundirse y a emplear métodos poco ortodoxos para recuperar la tienda. Poco hay del empresario inteligente que levantó El Paraíso de la nada.
Curiosamente, quien más me ha gustado esta temporada ha sido Katherine. Es el personaje con más matices y con mayor evolución. Ella ejemplifica a la perfección que nadie es completamente malo ni completamente bueno. Vemos su lado negativo en su odio hacia Denise, aunque no podemos dejar de comprenderla: después de todo es una mujer a la que el hombre que ama abandonó justo el día de su boda para irse con otra. Y por otra parte, el amor que siente por la hija de su marido (esto no es spoiler, porque se anunció a bombo y platillo y lo sabemos desde el episodio 1) la dulcifica. Katherine, en los nuevos episodios, no deja de ser una víctima. La relación con su esposo no es buena y no ha olvidado a Moray. Su trato con una niña que ni siquiera es su hija, pero sí la única de quien recibe cariño, la ennoblece, y es inevitable sentir con cierta amargura su soledad.
Otro personaje que ha crecido mucho ha sido el de Clara. No tiene las ideas de negocio de Denise, pero es muchísimo más perspicaz que ella. Mientras que Denise está en Babia, Clara mantiene los ojos abiertos y se da cuenta con facilidad de todo lo que sucede a su alrededor, leyendo incluso lo que se esconde en los corazones de lo demás. También comprendemos mejor su sufrimiento.
Tom Weston, el marido de Katherine, ha sido otra decepción. Esperaba más de él, de su pasado como soldado y de su nueva posición como dueño de El Paraíso, pero lo que al final resulta ser se veía venir desde el principio. Para mí no hay nada sorprendente en él.
Además de lo dicho, no me ha gustado que haya desaparecido sin ninguna explicación el personaje de Pauline. La he echado de menos, y no ha habido ni una frase para decirnos por qué ya no está. Ha sido sustituida por Susy, una chica que para mi gusto no aporta nada.
No quiero hablar del desenlace para no desvelar nada, así que trataré de hacerlo de manera sucinta. El último episodio ha sido extrañísimo para ser un final de temporada. No da ningún aliciente para continuar viendo una tercera, si la hubiera, aunque no hay necesidad de que la haya. Además, hay algo importantísimo que trae a los personajes de cabeza y que se termina jugando en una partida de dados, una solución ridícula para el problema.
En fin, una verdadera lástima.
Puntuación: 2 (sobre 5) |