Este libro de Elizabeth Gaskell fue publicado por primera vez a finales de 1850 en el país de la autora. La editorial Alba nos lo trajo a España en el año 2009 en una bonita edición de tapa blanda que cuenta con 189 páginas. Ésta es la que se puede conseguir a día de hoy en librerías por 17 euros.
¿Qué opino yo? (Sin destripes):
Estamos
ante una historia sencilla que nada tiene que ver con las grandes obras de la
autora. No podemos buscar aquí a la Elizabeth Gaskell de Norte y Sur (novela muy recomendable).
En
las primeras páginas, la escritora hace gala de su magnífica capacidad de
descripción para introducirnos en un paisaje campestre de gran belleza: el
páramo en el que vive la protagonista. Es una lástima que Gaskell no trate con
el mismo cuidado a los personajes de este libro. Digo esto porque resultan muy
maniqueos. En ningún momento he podido sentirlos como reales; no sé por qué se
comportan como lo hacen ni por qué son como son.
Maggie
es una chica abnegada y bondadosa. Jamás se equivoca en sus resoluciones, y sus
decisiones están tan desprendidas de egoísmo y parecen tan coherentes que son
aceptadas por todos como si procediesen de una especie de ángel. Y, a pesar de
eso, su madre apenas la quiere. De hecho, se explicita en el texto el escaso
cariño que ésta siente por su hija, aunque la joven se muestre siempre solícita
y cariñosa con su familia.
Tal
vez yo sea muy exigente, pero para creerme
a un personaje necesito conocer sus motivaciones y ver todos sus
matices, y en lo que respecta a la progenitora de nuestra protagonista, la
autora pretende que aceptemos sin más que la falta de afecto no tiene ninguna
causa aparente, es así y ya está.
El
hermano de Maggie es igual de plano. Desde pequeño se vislumbran sus graves
defectos, y lo único que hace el resto de su vida es potenciarlos, sin que se
aprecie el rastro de una conciencia. No obstante, en su caso sí podemos
entender el motivo de su comportamiento, al menos en parte: una madre sin
carácter que lo malcría y justifica todos sus actos.
El
único personaje redondo de la obra es el señor Buxton. Amigo del padre
fallecido de Maggie, ni es perfecto ni es malvado. Sufre conflictos realistas y
tiene una profundidad moral que lo lleva a plantearse cómo debe obrar en cada
momento, guiándose por el amor, la amistad, la venganza o el dolor.
«¡Conocemos tan poco la verdadera
realidad de aquellos hogares que visitamos como amigos íntimos!».
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Por otro lado, la relación de noviazgo entre la muchacha y su enamorado comienza de forma muy abrupta. En ningún momento previo al compromiso la vemos pesando en él, pero cuando el joven le pide matrimonio, acepta en seguida y se descubre la mujer más enamorada del mundo.
Cuando
La casa del páramo se publicó por
primera vez, fue considerado un cuento de Navidad, pese a que la acción no se
limita a esa época del año. Supongo que el hecho de que se viese así se
debe a que es un relato lleno de buenas intenciones que nos muestra que la bondad es recompensada.
A
pesar de todo lo dicho, es un libro agradable de leer, corto, fácil y con
algunos fragmentos emocionantes. En este sentido, hay partes que nos incitan a
seguir adentrándonos en él para conocer la resolución, ya que puede ocurrir
cualquier cosa. El final está bien elaborado, aunque es algo precipitado: en
pocas páginas, Elizabeth Gaskell nos ofrece escenas trágicas, intrigantes,
románticas y desesperadas. Este desenlace me ha recordado muchísimo a un hecho
histórico que se dio en una época posterior.
Quien
vea Return to Cranford, la segunda
parte de la miniserie Cranford de la
BBC, podrá encontrar en ella algunos aspectos basados en este libro, aunque con
muchas diferencias.
En
resumen, La casa del páramo es un
relato entrañable que se desarrolla en un ambiente idílico y que contiene una
historia de amor bonita pero que podría estar mejor desarrollada, igual que los
personajes, demasiado planos y estereotipados.
Puntuación: 2'5 (sobre 5) |