Éste es el último libro de la saga de Emily Byrd Starr, creada por Lucy Maud Montgomery. Los anteriores son Emily, la de Luna nueva y Emily lejos de casa. La primera edición apareció en Canadá en el año 1927 con el título de Emily's quest, pero a España, como sucedió con los otros dos, no llegó hasta 1997 de la mano de Emecé. Hoy los tres tomos de esta editorial están descatalogados en nuestro país. Éste consta de 266 páginas, por lo que es más corto que sus predecesores.
En 2014 Toromítico comenzó a publicar una nueva edición de esta saga.
En 2014 Toromítico comenzó a publicar una nueva edición de esta saga.
¿Qué opino yo? (Sin destripes):
Este
libro es totalmente distinto a los dos anteriores. El tono que emplea y los
temas que trata son mucho más sombríos, y también resulta una novela más
profunda que las otras dos, a pesar de ser más corta.
Emily
deja de ser una niña para convertirse en una mujer, y los problemas a los que
tiene que enfrentarse vienen derivados de su edad y de unas circunstancias muy
especiales.
Al inicio de la novela vemos a la joven protagonista tal y como la conocemos,
admirando la vida y persiguiendo sus sueños, aunque ya entonces comienza a
notar los sinsabores de la soledad. Con casi todos sus amigos lejos, Emily
empieza a conocer el tedio y la añoranza de tiempos mejores. Es en esos
momentos cuando tiene su primer enamoramiento juvenil, lo que implica olvidarse
del que fue su amor de toda la vida, pero cuando algo es auténtico, siempre
vuelve. Éste es uno de los aspectos que más le van a hacer sufrir. Su propio
orgullo y los caprichos del destino le juegan algunas malas pasadas.
«Pero
Laura también sabía que precisamente el hecho de que se sintiera
vieja y sabia probaba la juventud de Emily. Las personas que son viejas y
sabias nunca se sienten ninguna de las dos cosas».
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Además de todo esto, vive algo que la cambia por completo. La muchacha que antes encontraba belleza en todo, que veía “el destello” y que confiaba en su fortuna, ahora llega incluso a detestar la vida. Su estado de ánimo tiene muchos altibajos, y todo eso tiene unas consecuencias que yo en ningún momento había previsto.
Hay
un capítulo que me ha gustado especialmente. En él, la joven, al cumplir
veinticuatro años, abre una carta que había escrito a su yo del futuro cuando
sólo tenía catorce. Emily se sorprende al leerla, porque Catorce (nombre que
ella da a la niña que fue), con sus fantasías, sus alegrías y sus rarezas,
parece ser mucho más sabia que Veinticuatro. Es ahí donde comprobamos con total
claridad cómo ha evolucionado el personaje.
El
título del libro es un claro spoiler.
Viéndolo ya podemos adivinar cómo termina esta historia, pero lo cierto es que
ese triunfo tiene muchos matices y lo que importa es descubrir a través de la
lectura en qué consiste y qué tiene que vivir Emily para llegar a él.
Esta
tercera parte tiene momentos sorprendentes, mucho más que los que podemos
encontrar en las dos primeras, y la narración es más ágil. También suceden
bastantes más cosas y es en su conjunto una obra, por así decirlo, menos
contemplativa.
«Es
difícil entender por qué a trabajar se le llama maldición, hasta que uno
recuerda lo amargo que es un trabajo forzado o no deseado. Pero el trabajo para
el que somos aptos, ese que sentimos que hemos venido al mundo para hacer, ¡qué bendición es y cuánta
dicha encierra!».
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Por supuesto, la naturaleza sigue presente, pero las sensaciones que alberga Emily en cada momento influyen mucho en la visión que se ofrece de la misma. El mundo de la Luna Nueva aparece tan hermoso y acogedor como aislado y asfixiante.
Teddy,
Perry e Ilse, los amigos de la protagonista, ya no son los compañeros de juegos
que conocíamos. Cada uno a su manera trata de cumplir sus sueños, y las
relaciones entre ellos, separados por la distancia, son muy distintas, pero Lucy
Maud Montgomery es capaz de desnudar el alma de cada uno de ellos para
nosotros. Así sabemos en qué personas se han convertido esos niños, cuáles son
sus sufrimientos y qué desean en realidad, más allá de lo que aparentan ante
otros.
«No
sirve pensar que un hombre es perfecto porque, naturalmente, él está convencido
de que lo es, y cuando encuentra a alguien que está de acuerdo con él, tiende a
dormirse en sus laureles».
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También cambian las relaciones de Emily con las gentes de su entorno. Sus vecinos y conocidos leen sus publicaciones y todos intentan tratarla con respeto por miedo a que los caricaturice en sus obras. Quizá éste sea el único punto que encierre una cierta comicidad.
Para
mí, éste es el libro que despierta más emociones de los tres. He sufrido mucho
con Emily, a ratos me he alegrado y también enfadado.
Se
sigue alternando la narración en tercera persona con lo que la joven escribe en
sus diarios, pero estos fragmentos en primera persona son más escasos, ya que
hay épocas en que Emily se mantiene alejada del papel por motivos importantes.
Esta
saga ha sido lo primero que he leído de esta autora, pero no será lo único. El final de la historia es conciso, coherente y esperanzador; no podría
ser mejor.
Puntuación: 4 (sobre 5) |