Las horas distantes es la tercera novela de la escritora australiana Kate Morton. Publicada por primera vez en 2010, a España nos llegó de la mano de la editorial Suma de letras en 2012 a un precio de 21 €. Punto de lectura la editó en formato bolsillo en el año 2013, y está a la venta por 10'99 €.
¿Qué opino yo? (Sin destripes):
Antes de empezar la lectura de este libro iba sobre aviso por la cantidad de críticas negativas que había visto, pero como me gusta juzgar por mí misma, no quise descartarlo. Además, de todos las obras de Kate Morton, el argumento de ésta era el que más me llamaba la atención, y es que si hay un castillo que oculta un misterio, para mí ya gana puntos.
En honor a la verdad, las tres cuartas partes me hicieron disfrutar mucho. Me metí de lleno en la historia y me sentí como si acompañara a Edie en su recorrido por Milderhurst Castle y oyera al mismo tiempo que ella el susurro de las horas distantes. Me intrigó por completo el misterio que rodeaba a las hermanas Blythe y a su padre y cuál podría ser el secreto que Meredith, la madre de Edie, le había estado ocultando durante toda su vida.
Esto no es lo único que me enganchó, sino también la atmósfera que se describe, el ambiente casi tenebroso del castillo ya en ruinas. Este último es un claro símil del estado de las tres hermanas: conocieron tiempos mejores, pero hay algo oculto en ellos, algo que no debe salir a la luz y que les ha llevado a la situación lamentable del presente. Los cuatro han envejecido juntos y contemplado los mismos sucesos impronunciables. La escritora también nos aporta datos sobre cómo se vivió en Inglaterra la Segunda Guerra Mundial.
En cuanto a las protagonistas, en general me gustaron. La del presente, Edie, es una mujer muy común. No hay ninguna característica destacable en ella, pero a mí no me ha resultado aburrida. Con todo, está claro que la autora la utiliza como un mero instrumento para desgranarnos la historia del pasado, ya que no tiene una trama particular importante más allá de la relación con su madre.
Las gemelas, Percy y Saffy, son, para mí, los dos personajes mejor construidos. Ambas tienen un carácter bien definido, con luces y sombras. Cada una de ellas posee puntos fuertes, débiles, sueños propios y su manera de enfrentarse a las adversidades.
Juniper, la tercera hermana, me parece un esbozo de una interesante idea sin desarrollar. Desde el principio se nos quiere presentar como la más enigmática y
especial de las tres, una persona que, para bien o para mal, causa una fuerte impresión allá por donde va, pero no creo que esto se consiga por completo. Es un personaje cuya importancia no deriva de sus propias acciones, sino de las circunstancias que se van alineando contra ella y de la genética heredada. Se dan algunos apuntes de su supuesta gran creatividad, de la que realmente no se conoce lo suficiente y que no tiene mayor trascendencia en el resultado final, ni siquiera para poder compararla con su padre (escritor famoso gracias a La verdadera historia del Hombre de Barro), como se pretende hacer en alguna ocasión.
A pesar de esto, lo que le sucedió a Juniper, el terrible hecho que la dejó en el lamentable estado en que aparece al principio del libro es el gancho inicial que invita a seguir leyendo.
Los saltos frecuentes entre distintas épocas (la del presente y dos fechas diferentes del pasado) contribuyen a aumentar la curiosidad por saber qué paso realmente, ya que poco a poco van apareciendo piezas nuevas del puzle y hemos de averiguar cómo encajan. La parte narrada por Eddie está en primera persona, por lo que, claro está, lo vemos todo bajo su punto de vista. Cuando vamos al pasado, el narrador pasa a ser omnisciente.
En honor a la verdad, las tres cuartas partes me hicieron disfrutar mucho. Me metí de lleno en la historia y me sentí como si acompañara a Edie en su recorrido por Milderhurst Castle y oyera al mismo tiempo que ella el susurro de las horas distantes. Me intrigó por completo el misterio que rodeaba a las hermanas Blythe y a su padre y cuál podría ser el secreto que Meredith, la madre de Edie, le había estado ocultando durante toda su vida.
«No podía imaginar por qué alguien querría volver a vivir el pasado cuando le aguardaba el gran misterio del futuro». |
Esto no es lo único que me enganchó, sino también la atmósfera que se describe, el ambiente casi tenebroso del castillo ya en ruinas. Este último es un claro símil del estado de las tres hermanas: conocieron tiempos mejores, pero hay algo oculto en ellos, algo que no debe salir a la luz y que les ha llevado a la situación lamentable del presente. Los cuatro han envejecido juntos y contemplado los mismos sucesos impronunciables. La escritora también nos aporta datos sobre cómo se vivió en Inglaterra la Segunda Guerra Mundial.
En cuanto a las protagonistas, en general me gustaron. La del presente, Edie, es una mujer muy común. No hay ninguna característica destacable en ella, pero a mí no me ha resultado aburrida. Con todo, está claro que la autora la utiliza como un mero instrumento para desgranarnos la historia del pasado, ya que no tiene una trama particular importante más allá de la relación con su madre.
«Las historias están en todas partes y las personas que esperan el momento ideal para escribir acaban con las páginas vacías». |
Las gemelas, Percy y Saffy, son, para mí, los dos personajes mejor construidos. Ambas tienen un carácter bien definido, con luces y sombras. Cada una de ellas posee puntos fuertes, débiles, sueños propios y su manera de enfrentarse a las adversidades.
Juniper, la tercera hermana, me parece un esbozo de una interesante idea sin desarrollar. Desde el principio se nos quiere presentar como la más enigmática y
especial de las tres, una persona que, para bien o para mal, causa una fuerte impresión allá por donde va, pero no creo que esto se consiga por completo. Es un personaje cuya importancia no deriva de sus propias acciones, sino de las circunstancias que se van alineando contra ella y de la genética heredada. Se dan algunos apuntes de su supuesta gran creatividad, de la que realmente no se conoce lo suficiente y que no tiene mayor trascendencia en el resultado final, ni siquiera para poder compararla con su padre (escritor famoso gracias a La verdadera historia del Hombre de Barro), como se pretende hacer en alguna ocasión.
A pesar de esto, lo que le sucedió a Juniper, el terrible hecho que la dejó en el lamentable estado en que aparece al principio del libro es el gancho inicial que invita a seguir leyendo.
Los saltos frecuentes entre distintas épocas (la del presente y dos fechas diferentes del pasado) contribuyen a aumentar la curiosidad por saber qué paso realmente, ya que poco a poco van apareciendo piezas nuevas del puzle y hemos de averiguar cómo encajan. La parte narrada por Eddie está en primera persona, por lo que, claro está, lo vemos todo bajo su punto de vista. Cuando vamos al pasado, el narrador pasa a ser omnisciente.
El desarrollo del argumento no se me ha hecho lento en ningún momento, ya que las pistas necesarias para entender el final están bien distribuidas a lo largo de los capítulos, y de cada uno de ellos se desprende algo que complica aún más la trama. Además, el modo de narrar de Kate Morton no es complejo. Su léxico y expresión están muy cuidados, pero son cercanos al lector, sin frases recargadas ni cultismos.
Con todos estos ingredientes, el cóctel resultante debería haberme parecido mejor, pero lamentablemente no ha sido así. A mitad de la novela ya sabía cómo iba a terminar. Sólo hay un aspecto que me ha sorprendido, y es la mano responsable de lo que sucede. Por lo demás, todo está muy claro, y haber leído La casa de Riverton contribuye a ello.
Otra decepción ha sido lo que Meredith le ocultaba a su hija. Toda una vida de desconfianza, de intentar que Edie no supiera nada por algo que, a mi parecer, es absolutamente nimio y que no tiene ningún peso en la historia principal.
Es una lástima que estos detalles negativos me hayan estropeado el resto. Lo que me ha quedado claro con esta novela es que Kate Morton ha encontrado una fórmula en la que se siente cómoda y que le funciona comercialmente, por lo que parece que por ahora no piensa moverse de ahí.
Como conclusión, mi impresión es que, con una primera mitad muy buena, este libro prometía más de lo que da finalmente. La autora se repite, pero el desenlace está muy lejos del impacto que me provocó el de La casa de Riverton.
Puntuación: 2'5 (sobre 5) |