He estado pensando mucho sobre si debía o
no hacer esta entrada, ya que se sale de la tónica habitual que he llevado en el blog hasta ahora, pero finalmente he concluido que si éste pretende ser un
espacio cultural, bien puede hallar su hueco en él esta noticia.
Iba yo caminado por las calles de Sevilla
esta mañana cuando me topé de frente con un anuncio que perfectamente podría
haber salido de Viajes Temporales Murray (quien haya leído El mapa del tiempo me entenderá).
El cartel captó mi atención en cuestión de
segundos, ya que en medio de unas fotografías que parecían tomadas en otros
siglos rezaba esta leyenda: “¿Quieres viajar al pasado?”.
La respuesta inmediata no puede ser otra
que sí, por supuesto. Así pues, corrí presta al mostrador de información y tomé
un jugoso folleto en el que no aparece por ningún lado el no tan jugoso
precio. Con él en la mano y viéndome anclada al presente tras observar la moderna
tecnología que figura en el tríptico, me dispuse a terminar unas tareas y a dirigir mis pasos a casa para
completar la información con los datos de la página web, que es la que sigue:
En rasgos generales, Past View se presenta
como una nueva forma de hacer turismo en la que, al parecer, Sevilla es pionera
en el mundo. El potencial del invento ha gustado a otras ciudades, de manera
que no me extraña que pronto se pueda vivir esta experiencia en distintos
puntos de la geografía española.
De momento, la capital hispalense ofrece
dos alternativas que pueden complementarse, Past View Metropol y Past View
Sevilla. En ellas se puede hacer un recorrido a pie por diversos puntos de la
ciudad y, gracias al dispositivo que se ofrece, ver la realidad sevillana de
siglos anteriores, de forma que se presencie sucesos como la inauguración de la
Giralda, el ingreso en prisión de Cervantes o la actividad comercial del Puerto
de Indias, siempre de la mano de un guía acompañante.
Si se quiere más información o ver un vídeo
al respecto,lo mejor es acceder a la webque he puesto antes. Sinceramente, yo
no he hecho ninguna de las dos la rutas, y por ahora tendrán que esperar, entre
otras cuestiones porque no puedo evitar tener la sensación de que es algo
en fase experimental.
Si alguien tiene la oportunidad de hacerlo,
bien en Sevilla o bien en otra ciudad que se sume a esta idea, le aconsejaría
que en primer lugar tratara de enterarse de las opiniones de otras personas que
se hayan animado a “viajar al pasado”.
El mapa del cielo forma parte de la trilogía victoriana que Félix J. Palma inició en 2008 con El mapa del tiempo. Este segundo volumen se publicó en tapa dura en 2012, y esa edición, de la editorial Plaza & Janés, está a la venta por 21'90 euros. Sin embargo, en 2013 se ha lanzado en formato de bolsillo por 9'95, y consta de 739 páginas.
¿Qué opino yo? (Sin destripes):
A
pesar de que El mapa del tiempo me
gustó mucho, el argumento de El mapa del
cielo no me llamaba excesivamente la atención. Tenía la sensación de
quela invasión marciana mezclada con
H.G. Wells y los viajes en el tiempo resultaría un cóctel inverosímil. De
hecho, cuando se intenta resumir la trama a alguien, es difícil hacerlo sin que
suene extravagante. Y sin embargo, me ha terminado gustando más que su
predecesora.
La
contraportada del libro no hace justicia al contenido, ya que sólo expone el
tema de una de las tres partes que lo conforman. Se sigue la misma
estructura que en El mapa del tiempo,
pero en esta segunda novela las tres partes están mejor engarzadas que en la
primera, dando como resultado una obra más compacta.
A
Palma le encanta jugar con el lector; es un tramposo que siempre trae una
sorpresa bajo la manga, de manera que nunca sabemos qué esperar con respecto a
lo que estamos leyendo. No podemos saber si lo que nos está contando es cierto,
si es algún truco o si va a dar un giro que haga cambiar todo lo que conocíamos
hasta el momento. Es simplemente genial, y a pesar de haber usado ya estos
recursos en El mapa del tiempo y
tenerlo difícil para asombrarnos de nuevo, consigue hacerlo otra vez, y yo
diría que incluso más.
«Aunque en realidad, en
eso consistía crecer, se dijo en un alarde de madurez, en padecer una ceguera
progresiva que nos impide cada vez más distinguir los retazos de magia
esparcidos por el mundo, esos que sólo vislumbran los niños y los soñadores».
En
la primera parte de El mapa del cielo,
cuando la acción está más interesante y nos estamos mordiendo las uñas por la tensión, el autor hace algo que nos deja totalmente desconcertados. Para ser sincera, en un
primer momento me sentí un poco estafada y no me gustó, pero cuando se sigue
leyendo y se llega al final del libro, entendemos por qué lo hace y nos damos cuenta
de que estamos ante una novela redonda en la que no hay ningún hilo suelto y de
que ese desenlace encaja perfectamente con el principio, de forma tan magistral
que hasta que no hemos avanzado bastante en la lectura no lo podemos prever. Me
llamó la atención también que nos plantara un oso polar en plena Antártida
(sólo viven en el Ártico), pero una vez más nos da la correspondiente
explicación al final.
La
segunda parte mezcla la aventura con el romance. Aquí es donde realmente
empieza la invasión marciana y donde el autor es capaz de alternar mejor su
peculiar sentido del humor con el terror más absoluto. Hay fragmentos que me
provocaron algunas sonrisas, y alguno de ellos hasta me hizo reír, pero acto
seguido se pasa a la desolación, al pánico, a los nervios por la destrucción de
Londres y por las posibles muertes. Y en medio del caos se va gestando una
preciosa historia de amor. Emma, una mujer inconmovible que creía que nunca se
enamoraría de nadie que no fuese como su bisabuelo, alguien que hizo soñar al
mundo, se va sintiendo cada vez más atraída por Montgomery
Gilmore, a quien había considerado el hombre más insoportable del planeta y
quien oculta un importante secreto.
El
principio de la tercera parte fue lo único que se me hizo un poco pesadoa causadel cambio de narrador y de estilo, ya que se alterna la escritura de un
diario en pasado con los acontecimientos que van ocurriendo en presente, situados un tiempo después del final de la segunda parte. Pero los hechos que suceden enseguida volvieron a captar mi atención. Y admito que aquí lo he pasado fatal, y
no porque no me gustase el libro (todo lo contrario), sino por las desdichas
que van ocurriendo, el final de algunos personajes y las escenas truculentas y
estremecedoras que se describen. En medio de todo eso, me resultó muy simpático
el guiño a Superman con un personaje que adopta una apariencia anodina,
camuflándose bajo ella y unas gafas para pasar desapercibido.
«Tuvo
que reconocer que hasta entonces no había escrito: había estado garabateando
folios, jugando a escribir, a creerse escritor simplemente porque sabía
redactar. Pero nunca había hecho literatura».
El
final es agridulce, con un componente esperanzador y otro desolador. No puedo
decir más, sólo que para mí es una buena conclusión, acorde a todo lo que se
nos ha contado y con unos elementos relacionados con la ciencia-ficción muy
bien elaborados y que atan todos los cabos.
Es
una pena que en el texto haya algunas faltas de ortografía y gramaticales, como
algún laísmo, determinados galicismos y algunas expresiones erróneas, pero
quitando eso, la prosa de este escritor es bastante buena y clara, y sabe cómo atrapar
al lector.
Aunque
se ha dicho que no importa el orden en el que se lean las dos obras, yo
recomiendo que se empiece por la primera y se siga por ésta, ya que aquí
aparecen algunos personajes cuya historia se cuenta en El mapa del tiempo, y también hay algunos guiños a cosas que
pasaron antes. Y si alguien quiere leer La
guerra de los mundos, obra de Wells en la que se basa el texto de Palma, es
mejor que lo haga antes. Yo cometí el error de no hacerlo, pero trataré de
subsanarlo leyendo pronto El hombre
invisible, sobre la que girará el tercer libro de la trilogía.
Para
terminar, estéticamente hablando las dos portadas (la de la edición en tapa
dura y la de bolsillo) me parecen preciosas, pero quitaría de ellas las
críticas de medios de comunicación y supuestos entendidos aconsejando la
novela. Nunca leo algo porque me lo diga un periódico concreto o un crítico
determinado, y menos cuando tengo la sospecha de que en algunos casos esas
críticas pueden estar pagadas, y no digo que éste sea el caso, porque no lo sé
y porque el escrito de Palma realmente se merece los elogios.
Juli Baker y Bryce Loski se
conocen cuando ambos cuentan con siete años de edad y comienzan a ser vecinos.
Desde el primer momento, Juli se siente atraída por él, convencida de que será
quien le dé su primer beso. Pero Bryce, asustado por su insistencia e incapaz
de comprender su carácter soñador y genuino, inventa mil excusas durante años
para tratar de evitarla.
Sin embargo, cuando ambos van a Secundaria,
Bryce empieza a darse cuenta de que Juli es especial y, aunque trate de
resistirse a ello, comienza a mirarla con otros ojos, pero tal vez la muchacha
ya haya perdido su ilusión por el chico que durante tanto tiempo la despreció.
Qué opino yo (Sin destripes):
Adoro esta película; nunca me canso de
recomendarla, aunque también aviso siempre que no es para todos los paladares.
Creo que hay que tener una cierta sensibilidad para
apreciarla, ya que no es un film con una gran intriga ni giros
sorprendentes. No hay violencia ni sexo, y no por ello es infantil; los niños
también pueden disfrutar con esta cinta, pero tal vez no capten algunos
aspectos debido a que, a pesar de su sencillez, tiene mucha profundidad.
Se
trata de la historia cotidiana de unas personas que van creciendo y
desarrollando emociones y sentimientos según las situaciones que les van
sucediendo día a día. Con lo que digo puede parecer que el metraje se desarrolla lentamente, y
no es así. Bryce y Juli tienen mucha fuerza como personajes y pasan por un torbellino
de sensaciones en el que el espectador se ve inmerso.
La
primera vez que tuve noticias de Flipped
aún no se había estrenado en España, así que conseguí una copia con doblaje
hispanoamericano. Las voces me parecieron muy bien escogidas y el acento y el
léxico bastante neutros. De hecho, me he acostumbrado a este doblaje y a día de
hoy me sigue gustando más que el que posteriormente se ha hecho en España
(permítaseme un inciso para decir que, como no puede ser de otra manera, amo la
lengua española con todos sus matices y sus variantes, tanto en España como en
Hispanoamérica, y que deberíamos cuidarla y apreciarla más en todos los países
hispanohablantes).
«Sabía a lo que me refería sobre que el todo
podía ser más que la suma de sus partes. Decía que era igual con las personas,
pero a veces con ellas el todo podía ser menos».
En
Flipped se cuenta la historia de un
primer amor, pero creo que es el primer amor que a muchos les habría gustado
vivir. Se basa en un conocimiento mutuo, en el respeto y la comprensión. Vemos
a los protagonistas cuando todavía son unos niños y observamos cómo van
cambiando y volviéndose adolescentes. Y ésta es la parte que más me gusta,
porque se les trata como lo que son, unos jóvenes que tienen sus inquietudes y
problemas y que pueden enamorarse sin que toda su vida esté dominada por las
hormonas.
Su relación está tratada con mucho cuidado y se muestra una gran consideración
con la juventud, ya que no se reduce sus sentimientos a una simple atracción,
en gran parte física, incontrolable y desenfrenada, algo que está muy de moda
ahora en la literatura y el cine. Lo que se inicia entre Bryce y Juli está
revestido de cierta inocencia, pero resulta mucho más profundo y sincero que
las relaciones que se muestran en otras obras a las que prefiero poner un
candado y no mencionar. Además de todo, este film logra no caer en la cursilería barata.
«A veces un poco de
incomodidad al principio puede ahorrar mucho sufrimiento después».
Asimismo
es muy interesante la estructura narrativa: vemos que se van sucediendo de dos en dos escenas muy similares (aunque no exactamente iguales), una desde el punto de vista de él y otra
desde la perspectiva de ella. En un primer momento pensé que esto se me
haría muy pesado, pero terminó siendo todo lo contrario: me encantó ver lo que
cada uno de ellos creía que pensaba el otro y lo que éste pensaba realmente.
Esta manera de plasmar los acontecimientos muestra que Bryce y Juli nunca
parecen encontrarse en el mismo punto al mismo tiempo. Por eso es magnífica la
escena donde sus pensamientos al fin confluyen, cuando hablan de verdad por
primera vez. A ese respecto, las últimas frases de Juli y Bryce están cargadas
de sentido, resumiendo y ampliándolo todo.
El
final, para mí, es perfecto; termina en el momento adecuado y de la mejor
manera posible, y nos quedamos imaginando el futuro a partir de esa última
imagen, soñando con que las últimas palabras de los dos se hagan realidad.
La
película se basa en un libro homónimo de Wendelin Van Draanen,
aunque en éste la acción se sitúa en nuestra época, mientras que el film la
traslada a finales de los años 50 y principios de los 60 del siglo XX.
Lamentablemente la novela no está editada en España.
Resulta
incomprensible que en este país Flipped
saliera directamente en DVD. No han tenido suficiente valor para estrenarla en
salas de cine, así que me he quedado con las ganas de verla en la gran
pantalla.
De
esta película me gusta todo: los actores (principales y secundarios), el guion,
la fotografía, la banda sonora… Tal vez
sea una historia que se ha contado infinidad de veces, pero en pocas han
confluido un fondo exquisito con una forma excelente, que es exactamente lo que
tenemos aquí.