Antes de ti

17/07/2016


                   Título original: Me before you                                Año de estreno: 2016
                   Duración: 110' aprox.                                               Género: Drama
                   Productora: MGM/New Line Cinema                   País: EE.UU.


¿De qué va?:

    Louisa Clark es una joven de veintiséis años que sigue viviendo con sus padres en un pequeño pueblo inglés. Al perder su empleo en una cafetería, debe buscar un nuevo trabajo, lo que la lleva hasta el hogar de los Traynor. Allí es contratada como cuidadora de Will Traynor, un hombre de treinta y cinco años que quedó tetrapléjico a causa de un accidente. Louisa y Will no empiezan con buen pie y todo se complica cuando la muchacha descubre que Will no quiere seguir viviendo. Es entonces cuando Lou toma la firme decisión de hacer todo lo que esté en su mano para que él vuelva a amar la vida.

¿Qué opino yo? (Sin destripes): 

    Después de reseñar el libro he decidido dedicar una entrada para la película, ya que aunque existe mucha fidelidad en los diálogos, el tono es muy diferente. Esta es una de las poquísimas ocasiones en las que prefiero la versión cinematográfica, donde, curiosamente, se ha omitido el primer pronombre del título.

   Esta vez sí estamos ante una historia básicamente romántica. Mientras que el libro se vuelca muchísimo en el día a día de un tetrapléjico y en la lucha para devolverle las ganas de vivir, la cinta se centra más en los sentimientos que Will y Lou van desarrollando el uno por el otro. No deja de lado la difícil situación de Will y su aflicción se transmite bien, pero la base es la atracción entre ellos dos. Sin embargo, no hay que preocuparse por un exceso de azúcar, porque de eso no hay nada de nada. Es una relación muy bien trabajada, construida a través de duras pruebas, diálogos chispeantes, paciencia, comprensión y tolerancia. 


«Sólo se puede ayudar a alguien que quiere que lo ayuden».

   
   Una de las cuestiones que más me han impresionado es cómo puede cambiar el sentido de una conversación o un simple comentario cuando son trasladados a la pantalla. Nunca, con ninguna adaptación, he notado un cambio tan brusco. Los mismos diálogos que en la novela resultan serios, quizá hasta un poco sosos a veces, en boca de los actores adquieren fuerza, carácter, son mucho más potentes. Tanto Sam Claflin como Emilia Clarke dotan a sus personajes de una vitalidad y un dinamismo mucho menores en el libro, especialmente ella.

    El personaje de Lou es otro cambio favorable. Mucho más sonriente, simpática, dulce y encantadora en la película, conquista fácilmente el corazón del espectador. A Emilia le gusta gesticular muchísimo, pero, para mí, eso consigue dotar a Lou de una enorme expresividad y que nos creamos la afirmación de Will cuando le dice que es incapaz de ocultar ni una sola de sus emociones. Es uno de los personajes más entrañables que he conocido en el cine.

    Sam Claflin también está maravilloso como Will. En esta ocasión no cambia tanto con respecto al texto original de Jojo Moyes y en ambas creaciones enamora igualmente. Sam no ha debido de tenerlo fácil para interpretar a alguien sin movilidad de cuello para abajo. De hecho, a mi madre y a mí nos recordó en un par de escenas a Christopher Reeve. Transmite muchísimo con sus miradas y sus sonrisas, pero también con una personalidad decidida, burlona y más sensible de lo que puede parecer al principio. 


    Por cierto, haciendo un paréntesis, a todos aquellos que dicen que ahora a todas nos gusta Sam Claflin les diré en defensa propia que yo le tengo el ojo echado desde Los pilares de la tierra, eh. Fue lo primero que hizo y desde entonces ha mejorado muchísimo su capacidad interpretativa.

    En la cinta se han eliminado personajes secundarios prescindibles, un aspecto crucial sobre la familia de Will y una vivencia traumática de Lou en su juventud. Lo prefiero todo así. Me gustan más los padres de Will aquí, más unidos y enfrentándose juntos a algo que destrozaría a cualquiera. También prefiero que esa escena que comento sobre Lou no se haya incluido. Es la única forma de que la protagonista tenga esa luz que irradia, ya que en el libro hay mucha más amargura en ella y creo que ya es suficiente con la que se deriva del accidente de Will.

         Fantásticos son, asimismo, los escenarios elegidos. Para buena parte del metraje se optó por Pembrokeshire, al sudoeste de Gales. Algunas escenas se rodaron en Chenies Manor House, en Buckinghamshire. El equipo también se desplazó hasta Mallorca, de la que los actores han hablado maravillas. Para completar el cuadro está la belleza de París.

    La banda sonora es perfecta. Cada canción está elegida impecablemente para los momentos en los que suenan. Podemos escuchar piezas de Ed Sheeran, X Ambassadors, Imagine Dragons, Cloves, etcétera.

    En cuanto al vestuario, lo más destacable es que se ha respetado el estilo tan peculiar de Lou, tan especial en el filme como en la novela. Se refleja a una chica que lleva siempre una explosión de color y que combina a la perfección con su personalidad.

    Aunque suelo ser defensora del excelente trabajo de doblaje que se hace en España, esta vez no hay ni punto de comparación con las voces originales, especialmente en el caso de Sam Claflin, ya que él realiza unas inflexiones y posee una variedad de matices que no se aprecian en la versión española. 


    Como ocurre en el libro, se sigue jugando con el humor y el drama, y el tema que ha causado controversia se trata con respeto, independientemente de que estemos o no conformes con el desenlace. Se trata, por tanto, de una película que enamora y hace sufrir a partes iguales, al mismo tiempo que conduce a la reflexión.  

 
Puntuación: 4'5 (sobre 5)
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