Al encuentro de Mr. Banks

06/02/2014


             Título original: Saving Mr. Banks                                         Género: Drama
             País: EE. UU.                                                                             Año de estreno: 2013
             Productora: Walt Disney Pictures                                         Duración: 125' aprox.



¿De qué va?:

     Durante veinte años, Walt Disney (Tom Hanks) intentó sin descanso que la escritora australiana P.L. Travers (Emma Thompson) le cediera los derechos cinematográficos de su primera y más popular novela, Mary Poppins, que finalmente fue llevada a la gran pantalla en 1964. (FILMAFFINITY).



¿Qué opino yo? (Sin destripes):

     Todos conocemos la película de Mary Poppins. Incluso quien no la haya visto ha oído hablar de ella, pero los libros originales de P. L. Travers no gozan de la misma fama. Tal vez esta cinta sea un trampolín para que muchos demos el salto a las novelas, y es que después de verla no se puede evitar la curiosidad por conocer a la auténtica niñera, la que está más allá de la adaptación edulcorada que hizo Walt Disney. 

     Al encuentro de Mr. Banks me ha encantado. Me ha hecho pasar un par de horas estupendas en las que he tenido tiempo para emocionarme, reírme y recordar aquellos días de mi infancia en los que disfruté de la historia de la familia Banks. No obstante, está muy claro de qué estudio cinematográfico proviene. La marca Disney está prácticamente en todas las secuencias, y si la creadora de Mary Poppins levantara la cabeza, seguramente no estaría tan satisfecha con el resultado como yo. 




«Viento del este y niebla gris anuncian que viene lo que ha de venir. No me imagino qué irá a suceder, mas lo que ahora pase ya pasó otra vez».


     El guion pretende que nos termine cayendo bien todo el mundo, hasta la antipática novelista, ya que la película está enfocada a que comprendamos su forma de ser y a que la veamos evolucionar como persona, aunque en algunos aspectos en la vida real dejara mucho que desear. Nos muestran cómo se forma una especie de vínculo amistoso entre la icónica figura de Walt Disney y la de la escritora, y cómo ésta cambia su forma de pensar ante la arrolladora y convincente personalidad del primero. 



     No quiero desvelar nada del final, pero está claro que los guionistas cortan donde le conviene al estudio. A pesar de la extensa duración del largometraje, hubiera preferido que siguiese unos minutos más, ver qué viene después de esa última escena, ya que a mi parecer es un desenlace ambiguo. Con todo, eso no quita valor a la película, y aunque lo que cuenta no sea exacto, sí que es muy aproximado. 




«Le prometo que cada vez que una persona entre en un cine en cualquier parte del mundo, se encontrará con George Banks, lo amará a él y a sus hijos, llorará por sus tribulaciones, se retorcerá las manos cuando pierda su dinero, y cuando vuele la cometa, señorita Travers, disfrutará».


     Me ha gustado muchísimo ver el proceso de creación del film que
se estrenó en 1964 (aunque esto no es un "cómo se hizo") y las exigencias de P. L. Travers, que llevaron a Walt Disney al límite de la exasperación, lo cual es normal si quien tiene los derechos pide, por ejemplo, que no se use el color rojo en pantalla y otras cosas por el estilo. Mis escenas favoritas son aquellas en las que se componen las canciones, y aunque sólo sea por esto, recomiendo verla en versión original. Ha habido una en concreto en la que hasta yo tenía ganas de levantarme de la silla y ponerme a bailar.

     La cinta va alternando dos tiempos, uno presente en el que se desarrollan los encuentros, acuerdos y desacuerdos entre la autora y el director, y otro pasado que nos cuenta la infancia de P. L. Travers, la relación con su familia (destaca la soberbia interpretación de Colin Farrell) y cómo nació Mary Poppins. 


 
     Los flashbacks son frecuentes, aunque a mí personalmente no se me ha hecho pesado este modo de narrar, y todas las partes me han interesado por igual. Eso sí, hay una importante carga dramática presente que hace que tal vez no sea muy adecuada para los niños. Algunas escenas no las comprenderían o podrían afectarles emocionalmente según la edad.  

     Emma Thompson está fantástica. No hace falta decir que es una actriz maravillosa, consigue revestir a su, en ocasiones, odioso personaje de una humanidad que impide que la detestemos por completo. 


     Tom Hanks es quien no me ha gustado tanto en su representación de Disney. No he llegado a ver en él al dueño de Mickey Mouse. No sólo el parecido es nulo, sino que la imagen que yo tenía de Walt en mi mente era diferente, aunque esto es algo totalmente subjetivo. También he notado algunas expresiones muy extrañas en el actor, y no sé si se deben a una alteración de las facciones propias de la edad o es que se ha apuntado a la moda del bótox. Con todo, la interacción con Emma es buena y el resultado es creíble y agradable.

     En resumen, se trata de una película encantadora, con el sello inconfundible de Disney, una banda sonora espléndida y unas actuaciones muy destacables en su mayoría


Puntuación: 4'5 (sobre 5)
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