Feliz Navidad

06/11/2013


                    Título original: Joyeux Noël                                                  Género: Drama
                    Año de estreno: 2005                                                              Duración: 112' aprox.
                    Productora: Nord-Ouest                                                       País: Francia



¿De qué va?:

     Basada en un hecho real, la película se centra en la tregua que, durante la Primera Guerra Mundial, soldados alemanes, franceses y escoceses decidieron llevar a cabo en la Navidad de 1914. Dejando a un lado sus diferencias, los distintos bandos celebraron conjuntamente esta festividad y protagonizaron uno de los hechos más insólitos y esperanzadores vividos jamás en una contienda.


¿Qué opino yo? (Sin destripes):

     Hay muchas formas de entender la Navidad: algunas personas la consideran una fiesta comercial (aunque se celebre desde mucho antes de que existieran los grandes centros comerciales), para otras es una época muy triste porque añoran a los seres queridos que ya no están, y otras, aunque también recuerden a los que perdieron, disfrutan de los que aún están a su alrededor, dando gracias por ello y dejándose llevar por el espíritu navideño, ya que como dijo Rabindranath Tagore, “si lloras porque no puedes ver el sol, las lágrimas no te dejarán ver las estrellas”. Yo estoy dentro de este tercer grupo, pero lo más sorprendente y emotivo es que los protagonistas de esta película también lo estén.



      Ellos están rodeados de muerte, muchos de sus compañeros y familiares yacen a su alrededor, y están muy lejos de su hogar, pero cuando llega la Navidad, en plena Guerra Mundial, dejan a un lado el odio y la desolación. Representan mejor que nadie el espíritu de esta festividad, que trasciende incluso a la mismísima religión. Entre ellos hay creyentes y otros que no lo son, pero saben que la Navidad va mucho más allá de eso, que es momento de paz y armonía, de hacer el bien y no la guerra. Y lo que resulta más impactante y doloroso tanto para ellos como para el espectador es saber que aunque todos ellos sean iguales, estén en una guerra en la que ninguno desea permanecer y puedan confraternizar por sus semejanzas en vez de odiarse por sus diferencias, cuando la noche termine, deberán matarse por orden de mandos que están a muchos kilómetros de distancia, en el cálido refugio de sus hogares.

     Siempre me ha llamado muchísimo la atención este hecho, y por eso el argumento de esta película me parece particularmente interesante.
Esta tregua entre tropas francesas, escocesas y alemanas no es un suceso que se remarque mucho a la hora de estudiar Historia, y no comprendo por qué, ya que considero que es uno de los acontecimientos más destacables que han podido suceder jamás en una guerra a tan gran escala; el hombre muestra que es capaz de lo mejor y de lo peor.

     Se dice que aunque en algunos sectores la tregua sólo duró la Nochebuena, en otros se mantuvo hasta febrero, aunque lo cierto es que poco se puede asegurar sobre cómo ocurrió y qué fue lo que pasó durante ese tiempo, ya que los distintos gobiernos pusieron gran empeño en ocultar la verdad, confiscando los negativos, tomando represalias contra los soldados, destruyendo cartas en las que se narraba lo acontecido e imponiendo una censura en la prensa. Las altas esferas militares se encargaron de que un episodio como éste no volviese a suceder nunca. 



     La cinta trata de recoger aquellos testimonios que quedaron y llevarlos a la pantalla. De ese modo, vemos a los distintos bandos bebiendo juntos, cantando villancicos e incluso jugando al fútbol. Hay documentos que aseguran que el resultado de uno de esos partidos fue de 3 a 2 a favor de Alemania.

     El tema, como veis, es más que interesante, y el ritmo es bueno. Sin embargo, también tiene puntos débiles, como la falta de vaho a pesar del frío, la presencia de Diane Kruger en las trincheras (totalmente fuera de lugar), lo mucho que se nota su playback y su historia de amor con el tenor, metida con calzador.
Me parece mucho más profundo y auténtico el amor del teniente francés por su esposa, pese a que ésta no aparece ni una sola vez: lleva una fotografía de ella en la cartera, es su asidero moral, la mira con frecuencia tratando de recordar los momentos vividos a su lado y aferrándose a la esperanza de volver a estar junto a ella, y cuando pierde la cartera en la refriega, conoce tan bien sus rasgos, los tiene tan fijados en su mente, que dibuja su rostro de memoria sobre un papel.

     Este personaje es el que más me ha gustado de todo el reparto. El actor, Guillaume Canet, refleja como ninguno los estragos que una guerra provoca en el alma de un hombre. Sus ojos permanecen siempre apagados, con una amargura que el espectador siente real. Sus náuseas antes de salir a las trincheras nos ayudan a comprender lo que esas personas sienten al estar allí.



     Un aplauso merece también Daniel Brühl, cuyo personaje, el teniente alemán, es el que más evoluciona. Sólo por curiosidad, este actor de nacionalidad alemana nació en Barcelona y su verdadero nombre es Daniel César Martín Brühl González Domingo.

     Hay escenas impagables a lo largo de todo el metraje, de esas que ponen los vellos de punta por su significado. Algunas de ellas son, por ejemplo, cuando el lado alemán comienza a cantar Stille Nacht (Noche de paz) y los escoceses, desde su trinchera, responden con sus gaitas, o cuando todos los hombres reunidos retiran los cadáveres de la nieve y dan sepultura a los muertos de uno y otro bando, o las represalias que todos han de sufrir por haber elegido la paz durante un día. En este último aspecto, es sublime el capellán escocés por la decisión que toma tras las duras palabras de su superior contra él por haber oficiado la misa que aunó a los contendientes y tras la vomitiva arenga de un obispo de su Iglesia en favor de asesinar alemanes, tergiversando el mensaje de Cristo.



POSIBLE DESTRIPE:
     Es absolutamente magnífica la forma en que se cierra la cinta y la melodía con la que lo hace si tenemos en cuenta quiénes la entonan al final y que con ella, entonada previamente por otro bando, se había dado pie a la tregua. La conexión entre las dos escenas y el simbolismo de este cierre dan como resultado una conclusión inmejorable.FIN DEL DESTRIPE.

     Normalmente me gusta ver las películas dobladas al español, pero creo que en este caso ganaría la versión original, ya que ver a franceses, alemanes y escoceses tratando de hacerse entender en español resta verosimilitud.

     Es un film que se puede ver en cualquier momento del año y es adecuado para personas interesadas en la Historia, para las que les guste la Navidad, para las que aún creen en la bondad del ser humano y para las que simplemente quieren disfrutar de una buena película.


 Puntuación: 4 (sobre 5)  
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